María Conti, Adriana para las compañeras, amigas y vecinas de La Matanza, integrante de la Comisión de Mujeres del PCR, falleció en un trágico accidente junto con su compañero Rafael Gigli el 31 de julio de este año. En el acto, que contó con la presencia de la camarada Clelia Iscaro, del CC del PCR; y de Juan Carlos Alderete, coordinador nacional de Desocupados de la CCC, se recordó su personalidad. Se expresó cómo ella acompañó durante tantos años las luchas y penurias de las matanceras y los matanceros, que desbordaron con su presencia el frente de la Casa de la Mujer, que la entrañable María tanto peleó para conseguir junto a las compañeras de Ama de Casa de La Matanza.
Con la calle cortada, y un escenario con gigantografías de María y Rafael impresas por los compañeros, el barrio se conmovió. A las compañeras de Amas de Casa, junto a los del PCR, CCC y MIJP, se sumaban vecinos que venían de hacer las compras, mujeres y hombres, jóvenes y mayores que siguieron el desarrollo del acto con los ojos llenos de lágrimas.
Dio la bienvenida Gladys Roldán, presidenta de Amas de Casa del País, quien junto a María y las compañeras enhebraron un recorrido inédito en la lucha por las necesidades y padecimientos más profundos por las mujeres.
Se leyó una carta de Graciela Bogado de ACP de La Matanza. Por la Sala de salud del Barrio María Elena habló Nuria Benítez; por Amas de Casa del País-Ex Escuela 91, Esther Chamorro. Miriam Aranda lo hizo por la juventud de la CCC de La Matanza. Norma Cabrera (amiga y una de las fundadoras del trabajo que enfrentó la violencia contra la mujer) habló por la Escuela de Psicología Social Pichón Riviere y trajo el saludo de su directora Ana P. Quiroga. Carmen Jerez por el MIJP-Matanza y Mara por los docentes de Suteba de Matanza también dirigieron sus palabras.
Saludaron a las compañeras y compañeros presentes con conmovedoras voces Cecilia, la sobrina de María; Beatriz, la arquitecta responsable técnica del proyecto de construcción de la Casa de la Mujer María Conti; María por ACP de Moreno; Lorena por la Comisión de Mujeres de Quilmes-Berazategui-Varela; y también Clelia Iscaro por el Partido Comunista Revolucionario.
Entre las presencias más cercanas de María, estuvieron su hermano Silvio; Teresa, su amiga y compañera; y la camarada Mirta de la zona Oeste. También, en el momento en que se desarrollaba el acto, se comunicaron con las compañeras los hijos de María, Pedro y Andrés.
Llegaron cartas con palabras fraternas de la Juventud Comunista Revolucionaria, de la Comisión de Mujeres de Quilmes-Berazategui-Varela, del MUS, la CEPA; Laura García Tuñón, directora de género; Alejandra Ancriman, de la Secretaría de Igualdad de Género y Oportunidades de Córdoba, entre otros saludos.
María era feliz haciendo lo que hacía
Miguelina Gómez, vicepresidenta de desocupados de la CCC de La Matanza, hizo una descripción sobre el ejemplo de humildad de nuestra camarada María. Cuando María llegó al barrio “No teníamos luz ni agua. Adriana venía las veces que la necesitábamos con sus alpargatitas blancas y sus jeans gastaditos, porque era una persona muy humilde la compañera. Tenía un estudio que le costaba muchísimo llevarlo adelante, pero eso no nos hacía sentir mal a nosotras, porque ella era igual a nosotras. Y si había nada más para ofrecerle que un plato de sopa, un caldo de gallina y un poquito de fideo o polenta, Adriana se sentaba a compartir nuestra mesa. Esa era la compañera Adriana.
“Quiero decirles que siento un dolor muy grande, y quiero decirte Adriana, desde donde estés, que soy Miguelina, la que vos te encargaste de transformar en una mujer que puede escuchar las necesidades de nuestros compañeros, de estar al lado del que necesita que le extiendan la mano y que podamos escuchar. Yo soy parte de la transformación, compañera Adriana. Yo, Miguelina soy una mujer que sin tener estudios ni demasiados conocimientos, ella hizo que abriera las puertas de mi casa, conociera un mundo diferente y me enseñó el camino de la lucha. Vos te encargaste de transformar un ser humano en una mujer. Hoy estoy aquí gracias a todos ustedes, también muchas gracias a los compañeros que siguen luchando, porque este es el camino.”
Al cierre del acto, la compañera Gladys Roldán, presidenta de Amas de Casa del País, se refirió al largo camino que recorrieron junto a María en La Matanza, en la lucha por enfrentar la doble opresión que sufren las mujeres.
Expresó que sabiendo que no es fácil el trabajo entre las mujeres, “Siempre decíamos que no era imposible. María era una mujer que se entregaba entera, no había horas ni días para ella. Eso lo sabíamos nosotros, y también compañeros de otros partidos políticos. Ella llamaba y te decía ‘tengo una idea’ a cualquier hora. Yo sé que ella era muy feliz haciendo lo que hacía, viniendo al Barrio Elena. Amaba este barrio”.
A continuación, Gladys señaló que hay que “seguir ese camino y poder tirar de ahí. Eso va a ayudar mucho a las mujeres para poder solucionar los problemas en sus casas”.
Recordó conmovida las sentidas palabras de María: “Ella siempre nos dijo que nosotras éramos muy importantes y que podíamos hacer cosas como hacían los hombres. Acá estamos, frente a un micrófono… Yo no hablaba cuando conocí a María, y hoy soy otra persona.”