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05 de noviembre de 2014

Cegueras, mentiras y verdades

Los candidatos promocionados del sistema

El gobierno niega la inflación, las crisis económica, social y energética; le atribuye la inseguridad a los extranjeros mostrando la hilacha reaccionaria. Mientras tanto, la política K nos empantana más y más en esos infiernos. Además, el gobierno toma medidas para controlar la justicia, con códigos y fiscales que les garanticen la impunidad de su corrupción, amenazada con salir a la luz por las investigaciones de las empresas fantasmas de Lázaro Báez en Nevada, Panamá, Irlanda y las Seychelles; o en California, donde un juez puede publicar el contrato secreto con la Chevron.
La oposición publicitada del sistema, ofrece una “salida” sobre la base de abrir más el país y dar más seguridad a los capitales imperialistas. 
Todos los publicitados, los K y no K, desprecian la capacidad nacional de los trabajadores, campesinos, técnicos, profesionales y científicos, de la industria nacional, para salir del desastre al que nos han llevado los que nos han gobernado. Ese desprecio hace que los que hasta ayer eran altos funcionarios de este gobierno, o de los de Alfonsín, Menem, la Alianza o Duhalde, hoy se presentan como “opositores”, y negocian alianzas que muestran lo que son: un gran revoltijo.
Estos “opositores”, trabajan la idea de que “sacar” a la Argentina del pantano llevará mucho tiempo y “serán necesarios” muchos ajustes. 
Un país que produce alimentos para 400 millones de personas puede resolver el hambre en una semana. No se necesitan “años” ni esperar al 2015 para el dragado del arroyo que hubiera evitado la inundación de Luján. Es falso que sea necesario una década o más para salir de la crisis energética. Si se recupera la soberanía energética rompiendo los contratos que incumplieron las petroleras imperialistas, se ponen en producción todos los yacimientos que “tapan” presionando por los precios, y se estatiza YPF con control de los obreros, los técnicos y la población de la zona, se puede salir rápidamente de la crisis energética.
Si se pone en funcionamiento el plan de un millón de nuevas chacras, liquidando a los grandes pooles y grandes terratenientes, se revierte la situación del campo, se abaratan los alimentos y habrá trabajo en un año para un millón de familias. Si se pone en funcionamiento el plan de un millón de nuevas viviendas en un año se revitalizará la construcción, parte de la industria, se crearán más de otro millón de puestos de trabajo, y se dará un salto en la resolución del drama de la vivienda. Expropiando los bienes mal habidos por la corrupción y encarcelando a los corruptos, se puede dar trabajo, educación y futuro a la juventud, cerrar con cerrojo las fronteras a la droga y la trata, y estimular la organización de las autodefensas en los barrios, con lo que se dará un salto hacia la liquidación de la inseguridad.