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11 de noviembre de 2010


Centros de tormenta revolucionaria

Documentos del PCR / tomo 6

En la actua­li­dad América Central es un foco de tor­men­ta revo­lu­cio­na­ria. La lucha heroi­ca de la gue­rri­lla sal­va­do­re­ña con­tra el gobier­no ultra­rre­ac­cio­na­rio de ese país, y la resis­ten­cia de los pue­blos nica­ra­güen­se y pana­me­ño con­tra la intro­mi­sión y la ocu­pa­ción des­ver­gon­za­das del impe­ria­lis­mo yan­qui, encuen­tran apoyo soli­da­rio en todo el mundo.
Terceros paí­ses, en espe­cial ambas super­po­ten­cias, se entre­me­ten abier­ta­men­te en Centroamérica para uti­li­zar la lucha demo­crá­ti­ca y anti­im­pe­ria­lis­ta de esos pue­blos como un peón en un table­ro ajeno, por lo que la situa­ción en toda el área es com­ple­ja igual que en otros focos de tor­men­ta.
También se man­ti­e­ne el com­ba­te revo­lu­cio­na­rio arma­do en Camboya (en donde los inva­so­res viet­na­mi­tas han sufri­do una dura derro­ta); en Afganistán (con­tra el gobier­no títe­re de los sovié­ti­cos); en Etiopía y en Áfri­ca del Sur. El levan­ta­mien­to, el Intifada del pue­blo pales­ti­no, es apo­ya­do por el pro­le­ta­ria­do y los pue­blos revo­lu­cio­na­rios de todo el mundo. Se man­ti­e­ne la lucha arma­da libe­ra­do­ra del pue­blo fili­pi­no, enca­be­za­da por su par­ti­do mar­xis­ta-leni­nis­ta. No ha podi­do ser aplas­ta­do el movi­mien­to inde­pen­den­tis­ta del pue­blo iraní, y los agre­so­res yan­quis se han roto los dien­tes hasta ahora, fra­ca­san­do una y otra vez en sus inten­tos de derri­bar el gobier­no de Kadafi.
Se acu­mu­la mate­rial infla­ma­ble en toda América del Sur. Así lo demues­tran las recien­tes elec­cio­nes bra­si­le­ñas, en las que la izquier­da reco­gió cerca del 50% de los votos; cre­cen las luchas del pue­blo para­gua­yo, espe­cial­men­te las luchas obre­ras, y las del cam­pe­si­na­do por la tie­rra. Se acu­mu­lan ele­men­tos revo­lu­cio­na­rios en Colombia y Venezuela y espe­cial­men­te en Perú; y ha sido des­pla­za­da la dic­ta­du­ra pino­che­tis­ta en Chile, en donde cre­cen los
fac­to­res favo­ra­bles a un auge del movi­mien­to demo­crá­ti­co. El triun­fo del Frente Amplio en las recien­tes elec­cio­nes en Montevideo, pese a la hege­mo­nía que los revi­sio­nis­tas pro­so­vié­ti­cos tie­nen en ese fren­te, es parte del mismo pro­ce­so.
Las nacio­na­li­da­des opri­mi­das por el socia­lim­pe­ria­lis­mo han ini­cia­do un com­ba­te libe­ra­dor que no podrá ser aplas­ta­do defi­ni­ti­va­men­te por los nue­vos zares y que con­mo­cio­na­rá, sin dudas, el fin de este siglo y los ini­cios del pró­xi­mo.
En el Este euro­peo la lucha nacio­nal y demo­crá­ti­ca de los pue­blos pola­co, hún­ga­ro, che­cos­lo­va­co, y ale­mán apor­ta para soca­var y dis­gre­gar el impe­rio sovié­ti­co, y ha per­mi­ti­do a esos pue­blos con­quis­tar cier­ta auto­no­mía nacio­nal e impor­tan­tes liber­ta­des demo­crá­ti­cas. Esta lucha está actual­men­te hege­mo­ni­za­da por ten­den­cias no pro­le­ta­rias pero con­tie­ne gér­me­nes revo­lu­cio­na­rios impor­tan­tes, por el rol que juega en ellas el pro­le­ta­ria­do, orga­ni­za­do cre­cien­te­men­te en forma inde­pen­dien­te de los sin­di­ca­tos ofí­cia­les, a tra­vés de comi­tés de huel­ga y de lucha, autó­no­mos, elec­tos por las bases del movi­mien­to obre­ro y revo­ca­bles por éstas en cual­quier momen­to, y por­que en el auge del movi­mien­to han apa­re­ci­do fuer­zas mar­xis­tas revo­lu­cio­na­rias que se nie­gan a acep­tar que esa lucha sirva sólo para cam­biar una forma de explo­ta­ción capi­ta­lis­ta por otra.
En las pro­pias super­po­ten­cias se des­ta­ca el com­ba­te de la clase obre­ra, tanto en la URSS como en los EE.UU., que busca, desde abajo, la forma de orga­ni­zar­se con inde­pen­den­cia de las direc­cio­nes sin­di­ca­les ofí­cia­les. Han teni­do gran reper­cu­sión las huel­gas de los mine­ros y ferro­via­rios sovié­ti­cos y la de los mine­ros yan­quis. En los EE.UU. ha habi­do gran­des movi­li­za­cio­nes de los “sin techo”, y del movi­mien­to de muje­res y revo­lu­cio­na­rio con­tra la pro­hi­bi­ción del abor­to.
Albania, Rumania, Yugoslavia y Corea del Norte, paí­ses en los que se ha eli­mi­na­do en mayor o menor medi­da la pro­pie­dad pri­va­da de los medios de pro­duc­ción, han resis­ti­do, duran­te años, las pre­sio­nes y chan­ta­jes del impe­ria­lis­mo en gene­ral y del impe­ria­lis­mo sovié­ti­co en par­ti­cu­lar para que acep­ten las órde­nes de su batu­ta, sin poder ser doble­ga­dos hasta ahora. Su resis­ten­cia apor­ta al com­ba­te anti­im­pe­ria­lis­ta de los pue­blos. Luego de los acuer­dos de Malta la resis­ten­cia ruma­na fue aba­ti­da por el golpe de Estado rea­li­za­do por fuer­zas subor­di­na­das a la URSS, que se mon­ta­ron en el cre­cien­te des­con­ten­to y movi­li­za­ción del pue­blo con­tra el gobier­no de Ceaucescu y en la repre­sión rea­li­za­da par­ti­cu­lar­men­te en la ciu­dad de Timisoara.
En los últi­mos meses ha sali­do a luz la resis­ten­cia del gobier­no cuba­no a seguir las indi­ca­cio­nes del bas­tón de mando de Gorbachov. La URSS ha con­tes­ta­do con san­cio­nes eco­nó­mi­cas que ponen en serio ries­go a la eco­no­mía cuba­na y ame­na­zan con el ham­bre a su pue­blo, que sigue sufrien­do, por otra parte, el cerco eco­nó­mi­co y mili­tar de los yan­quis.
La resis­ten­cia cuba­na a la voz de mando de Moscú, expre­sa, obje­ti­va­men­te, en cier­to grado y medi­da, la resis­ten­cia de un país opri­mi­do a la opre­sión de una super­po­ten­cia y con­tri­bu­ye a la lucha mun­dial con­tra las dos super­po­ten­cias. Fidel Castro resis­te a la per­es­troi­ka gor­ba­cho­via­na desde posi­cio­nes que empal­man con las que sos­tu­vie­ron Brehznev, en la URSS, y Honneker, en la República Democrática Alemana. No es la pri­me­ra vez que Castro for­ce­jea con los jefes sovié­ti­cos. Pero siem­pre lo hizo –igual que ahora– apo­yán­do­se en un sec­tor del gobier­no sovié­ti­co con­tra otro. Nunca enfren­tó desde una posi­ción inde­pen­dien­te al socia­lim­pe­ria­lis­mo. Por lo que su resis­ten­cia no es garan­tía de una polí­ti­ca de inde­pen­den­cia nacio­nal para el pue­blo cuba­no.