El escrutinio provisorio arrojó el triunfo ajustado de Capitanich que desde el otro día de las elecciones está en Buenos Aires. De más de 2.500 urnas, se suspendió el provisorio faltando escrutar 5 que si la diferencia de 2.005 votos es real, no pueden alterar el ganador.
Rozas cuestiona que los telegramas no expresan el verdadero resultado que estaría en las actas que están en las urnas. No dicen que hay fraude, dicen que hay errores de confección de los mismos que los perjudican, beneficiando a Capitanich y que Rozas ganaría por más de 2.000 votos.
Se inició el escrutinio definitivo verificando las actas con la presencia de una nube de fiscales y abogados de ambos y de la fuerza policial con vallado en las esquinas del Juzgado Electoral quienes pedían identificación para ingresar a la cuadra.
A partir de ahí el cuestionamiento vino de la gente de Capitanich, que denunció y agitó que el software de ECOM, la empresa de computación provincial, había sido alterado y le sacaban 1 o 2 votos por urna, lo que podía alterar el resultado ajustado. Se suspendió el escrutinio, la empresa rechazó la acusación y propuso armar un equipo completo de computación paralelo para el control de Capitanich y entregar un CD cada 254 urnas del cargado para su control.
A partir de ahí ambos se atribuyen que aumentaron sus números comparados con los telegramas, habiéndose escrutado el 22% de las urnas. Al decir esto, coinciden en algo: que los telegramas estaban incorrectos en un porcentaje que finalmente se verá si altera o no el resultado provisorio.
O sea, primero Rozas cuestionó al Correo (de manejo nacional) y después Capitanich a ECOM (de manejo provincial). Esto siempre teniendo en cuenta que las contradicciones y cruce de facturas entre Rozas y Nikisch se han tensado.
Están pendiente de resolución la validez o no de 1.800 votos adulterados que correspondían a Capitanich, pero cuya impresión fue alterada, con denuncia del PJ, previo a las elecciones y allanamiento del taller gráfico. Hasta ahora, a pesar de ello, fueron impugnadas por el Tribunal Electoral y hay una presentación judicial al respecto. El presidente del Tribunal Electoral es un integrante del Superior Tribunal de Justicia que era secretario de la Gobernación de Rozas y puesto por él ahí.
En la opinión pública está instalado el triunfo de Capitanich y a Rozas se lo ve muy preocupado por un resultado que no esperaba y para el que no se preparó ni tomó medidas. El gobernador aparece prescindente como en toda la campaña y al otro día de las elecciones se comunicó con Capitanich.
El resultado es incierto y hay una tensa expectativa por ahora relativamente calma, sin convocatorias a movilizar ni de uno ni de otro.
Lo que queda claro cada vez más en la Argentina, es que la disputa por arriba es tremenda; que el camino de las elecciones es de un manejo mafioso de cada parte del aparato del Estado y que a través de ellas el pueblo no tiene en las condiciones actuales que legitimar las mismas, y que es correcta la posición de castigar con el voto bronca para seguir la lucha y cambiar de fondo por el camino del Argentinazo.
02 de octubre de 2010