Frente a la plaza Tiananmen, el presidente Xi Jinping, quien encabeza el gobierno de la burguesía imperialista, encabezó la ceremonia, que consistió en un impresionante desfile militar. Utilizando el prestigio de Mao Tsetung lo citó: “el pueblo chino se puso de pie”. Para inmediatamente afirmar que, en la actualidad, “no hay ninguna fuerza que pueda siquiera hace temblar el estatus de China o detener al pueblo y a la nación en su camino hacia adelante”. El pueblo chino y los grupos étnicos, dijo Xi “alcanzaron grandes conquistas que asombran al mundo en los últimos 70 años con esfuerzos concertados y una dura batalla”.
Unos 15.000 soldados, cientos de tanques, misiles y aviones de combate desfilaron ante los dirigentes del partido y del Estado, entre ellos el ex presidente revisionista Jiang Zemin (1993-2003).
Las fuertes medidas de seguridad desplegadas en el acto se replicaron, de alguna forma, en Hong Kong, donde cientos de agentes policiales salieron a las calles para realizar registros a los ciudadanos. También fueron cerradas algunas estaciones de subterráneo, para intentar frenar a los manifestantes que reclaman democracia.
El desfile
El desfile duró casi tres horas, entre la parte militar con 15.000 participantes impresionantemente coordinados, y la parte civil, en la que participaron unas 100.000 personas. Mostró las nuevas armas de las Fuerzas Armadas: sobre todo los misiles balísticos de capacidad nuclear DF41 y DF17, capaces de escapar a los sistemas defensivos estadounidenses. El 40% del armamento se mostró por primera vez. El nuevo Dongfeng 41 (DF-41), pilar de la fuerza nuclear de China es un misil balístico intercontinental que puede alcanzar cualquier parte de EEUU continental. Puede transportar hasta 10 cabezas nucleares -cada una de ellas con un objetivo independiente-, según destacaron los medios oficiales. También se mostró otro sistema de misiles balísticos, el DF-17, que incorpora un vehículo de planeo hipersónico y que puede transportar carga nuclear y convencional. Este tipo de armamento, que los especialistas comparan con el sistema Avangard de Rusia, tiene la capacidad de evitar de manera eficaz los sistemas de defensa antimisilísticos. Algunos expertos citados por la prensa estadounidense destacaron que se trata de un arma única, que Occidente aún no tiene.
En el aniversario desfilaron también misiles JL-2, diseñados para lanzarse desde un submarino y con un alcance de 7.000 kilómetros; o el Gongji-11 (GJ-11), dron furtivo de última generación capaz de atacar sin ser detectado. Otros de los drones más destacados de la jornada fue el DR-8, que ya había entrado en servicio y que, según explicó el diario The South China Morning Post, jugaría un papel crucial en el caso de que se desatara un conflicto con los portaaviones de Estados Unidos en el Pacífico o en el mar de China Meridional. También se mostró una nueva versión del estratégico bombardero chino, el H6-N, que sería capaz de transportar armas atómicas a distancias mayores que sus predecesores.
Este mismo periódico de Hong Kong señaló que Xi Jinping lanzó en 2015 un plan para modernizar a las fuerzas armadas. Durante la última década, el presupuesto en Defensa creció en al menos un 10% cada año y actualmente se sitúa en US$ 168.200 millones, lo que convierte a China en el segundo país en gasto militar después de Estados Unidos.
Este último llegó a los US$ 643.300 millones en 2018. Dando fechas, Xi dijo: “Tras las enormes reformas, el Ejército de Liberación Popular está bien posicionado para avanzar hacia convertirse en el de primer orden mundial para 2049”.
Aparecieron también enormes retratos de los líderes de la República Popular, presentes y pasados, queriendo mostrar una falsa continuidad: el primero fue Mao Zedong, seguido por Deng Xiaoping, Jiang Zemin y Hu Jintao. Cerró el actual líder Xi Jinping, promotor de la “nueva era”.
Armas hipersónicas
Más allá del desfile hay que tener en cuenta la aparición de estas armas. Son tan rápidas que superan las barreras del sonido, es decir, los 1.235 kilómetros por hora y también las de cualquier sistema de defensa existente.
El gobierno de China anunció que probó con éxito por primera vez el Starry Sky-2, un dispositivo que voló, según las autoridades de Pekín, a 7.344 kilómetros por hora. Eso representaría seis veces la velocidad del sonido, una rapidez tan descomunal que podría darle una vuelta completa al Ecuador en menos de dos horas.
Rusia anunció el mes pasado que sus MiG-31 que patrullan el Mar Caspio fueron armados desde abril con un nuevo misil hipersónico, el Kinjal. El Avangard podría cubrir distancias intercontinentales a una velocidad hipersónica de 24.140 kilómetros por hora.
No está claro si Estados Unidos posee esta tecnología. El secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, aseguró en abril pasado ante una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado que las armas hipersónicas y sistemas de defensa contra ellas eran “la prioridad número uno” para la investigación y el desarrollo militar de su país.
Mientras tanto en Hong Kong
Se volvieron a realizar manifestaciones, esta vez con una escalada en la represión, ya que la policía usó balas en lugar de gases lacrimógenos y bengalas, e hirió de muerte a un estudiante que participaba en las manifestaciones. También se usaron molotovs contra la policía.
Los reclamos de los manifestantes son: Que no se describan como “disturbios” las protestas. Amnistía para todos los manifestantes detenidos. Investigación independiente sobre la brutalidad policial. Sufragio universal para las elecciones del jefe del Ejecutivo y el Consejo legislativo (actualmente controlado por el gobierno chino).
Desde ya que hay un sector, muy minoritario, que desea la vuelta a la colonia británica.
Escribe Irene Alonso
Hoy N° 1786 09/10/2019