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24 de octubre de 2012

De un lado miles de obreros; del otro, miles de policías y guardias de seguridad de los monopolios. Cada estallido de descontento desnuda los secretos del “milagro chino”.

China: rebelión obrera en Foxconn

Hoy 1442 / ¿El “milagro chino” sacó a millones de personas de la pobreza?

La explotación a que son sometidos los trabajadores del gigante electrónico chino Foxconn -con la complicidad de la burguesía monopolista que dirige el Estado- volvió a ser noticia. En las últimas semanas de setiembre y primeras de octubre se conocieron rebeliones de esos obreros en dos de las plantas que la corporación tiene en Taiyuan (en la provincia nororiental de Shanxi) y Zhengzhou (provincia oriental de Henan).

La explotación a que son sometidos los trabajadores del gigante electrónico chino Foxconn -con la complicidad de la burguesía monopolista que dirige el Estado- volvió a ser noticia. En las últimas semanas de setiembre y primeras de octubre se conocieron rebeliones de esos obreros en dos de las plantas que la corporación tiene en Taiyuan (en la provincia nororiental de Shanxi) y Zhengzhou (provincia oriental de Henan).
En el complejo fabril de Taiyuan el descontento estalló en la noche del 23 de setiembre. Dos mil trabajadores rompieron vidrieras, provocaron incendios callejeros, volcaron patrulleros cuando la policía llegó para reprimirlos y derribaron vallas de la empresa; varios miles estuvieron presentes, y 40 personas resultaron heridas. El gobierno local envió 5.000 policías, pero no pudo tener la situación bajo control hasta la madrugada.

 

Superexplotación y disciplina paramilitar
Foxconn fabrica dispositivos electrónicos y componentes para varias de las mayores marcas mundiales de electrónica como HP, Sony y Apple. Emplea a alrededor de 1 millón 300.000 personas en todo el mundo (1 millón 100.000 de ellas en China). Las plantas de Taiyuan producen componentes de aleación de magnesio para electrónica de consumo, productos de iluminación LED, telefonía móvil y otros. El complejo fabril es una ciudad amurallada con fábricas, residencias-dormitorio, almacenes, etc. Foxconn Taiyuan ocupa a cerca de 79.000 trabajadores; su promedio de edad es de 20 años.
Aparentemente la chispa se encendió cuando los guardias de seguridad de la empresa golpearon a un grupo de trabajadores en los dormitorios. Los obreros fueron a buscar ayuda: miles acababan de terminar su turno, y muchos con- currieron en apoyo y aprovecharon para expresar su enojo, largamente acumulado. En Foxconn viene habiendo muchos casos de hostigamiento y ataques violentos de los guardias de la empresa a los trabajadores: la tensión ya era muy alta. La dirección empresaria de Foxconn impone una disciplina paramilitar, tanto en los lugares de trabajo como en los dormitorios, incluyendo vallas, puertas, controles de seguridad y reglamentos.
En el trasfondo de la nueva oleada de descontento están las condiciones de superexplotación que salieron a la luz pública con la ola de suicidios de obreros producidos en plantas de la misma empresa a lo largo de 2010. Los directivos de Foxconn respondieron instalando mallas de alambre y rejas para impedir que los obreros se arrojaran desde las ventanas de los edificios, y anunciando aumentos salariales. Sin embargo, según denuncian los trabajadores, esos aumentos fueron acompañados por exigencias de mayor velocidad de trabajo y un aumento de las horas extras no pagadas.

 

Cómo aporta Foxconn al “milagro chino”
Ahora Foxconn Taiyuan necesita más trabajadores para la producción de piezas para el nuevo iPhone 5, y muchos trabajadores fueron trasladados allí desde las plantas de Shenzhen y Zhengzhou. Pero el traslado desde los centros costeros a regiones del interior significa para muchos pérdidas salariales. La rebelión fue provocada por la gran insatisfacción y las condiciones represivas de trabajo y de vida.
También por las condiciones de trabajo relacionadas con la producción de partes del iPhone 5 se declararon en huelga el 5 de octubre los trabajadores de la planta de Foxconn en Zhengzhou.
En China, la central sindical oficial (Acftu) es prácticamente un apéndice del Estado, bombea toda lucha e incluso delata a los activistas; los sindicatos independientes están prohibidos. Los trabajadores se ven obligados a organizarse de manera autónoma y clandestina en los lugares de trabajo y en los dormitorios.
Durante este año y antes de la rebelión de Taiyuan y la huelga de Zhengzhou se conocieron varias luchas en las fábricas de Foxconn: en enero, 150 obreros amenazaron con suicidarse colectivamente por un reclamo salarial en Wuhan; otros mil obreros fueron a la huelga por salarios en Yantai; en febrero, cientos se declararon en huelga por salarios impagos en Ningbo; otros 1.000 se declararon en huelga en marzo en la misma planta de Taiyuan; en abril, de nuevo en Taiyuan, 2.000 fueron a la huelga por los salarios, y decenas de trabajadores ocuparon la terraza de una de las plantas de Shenzhen en contra de las “reubicaciones” y “transferencias”; y en junio 1.000 trabajadores de Chengdu se enfrentaron con los guardias de seguridad de la empresa.