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14 de diciembre de 2016

A fines de noviembre el presidente de China, Xi Jinping, realizó una gira por Ecuador, Perú y Chile, países de América Latina con costa al Pacífico.

China y América Latina

La potencia celebra el avance de sus monopolios

 
Esta gira, pocos días después del triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, evidenció las ambiciones de la potencia asiática, frente a lo que se anuncia como una política más proteccionista por parte del nuevo gobierno yanqui, que incluso ha expresado reservas al Tratado Trans Pacífico.

 
Esta gira, pocos días después del triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, evidenció las ambiciones de la potencia asiática, frente a lo que se anuncia como una política más proteccionista por parte del nuevo gobierno yanqui, que incluso ha expresado reservas al Tratado Trans Pacífico.
China selló con Ecuador, Perú y Chile más de 40 acuerdos de “cooperación bilateral” en diversos rubros, entre ellos la economía y el comercio, la energía, la protección medioambiental y los intercambios culturales. Además, tras la visita del presidente chino, este país elevó a siete el número de países de América Latina con los que ha establecido una “asociación estratégica integral”. A los firmados anteriormente con Argentina, Brasil, México, Perú y Venezuela, se sumaron ahora Ecuador y Chile. Este nivel, como aseguran las propias autoridades es “el más alto para la diplomacia china”.
Posteriormente a esta gira de Xi Jinping, a comienzos de diciembre, el gobierno chino dio a conocer un Documento sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe en el que, en el retorcido lenguaje diplomático, los mandamases de esta potencia imperialista expresan sus intereses hacia el continente en esta nueva situación política. Este documento, el segundo desde el 2008, contempla 39 planes de cooperación en ocho áreas principales, y rescata “el notable progreso de la cooperación amistosa entre China y los países latinoamericanos y caribeños en diferentes campos”.
Sabemos los argentinos las implicancias de este “notable progreso”, que en nuestro caso incluyeron múltiples negocios hechos por el kirchnerismo y ratificados por el actual gobierno macrista, como el de los trenes, las represas, y hasta una base militar en Neuquén.
En este Documento, el gobierno chino habla de “construir una nueva configuración de las relaciones China-América Latina y el Caribe cinco en uno”, entre las que se cuentan la “sinceridad y confianza mutua, unas relaciones económico-comerciales de cooperación y ganancia compartida, unas relaciones culturales y humanas de aprendizaje recíproco, unas relaciones de estrecha coordinación en el plano internacional y una cooperación en conjunto y unas relaciones bilaterales que se coadyuven”.
Tratando de despejar la hojarasca, del documento se trasluce la satisfacción de la dirección de esta potencia imperialista por la radicación de “cada vez más compañías del país asiático” en  América Latina y el Caribe, “hecho que viene profundizando la cooperación en inversión industrial y capacidad productiva”. Hablando en criollo, el gobierno imperialista chino está contento con el avance de sus monopolios en la región, a costa de la explotación de los trabajadores y el pueblo de nuestros países, y de la destrucción de sus industrias nacionales.