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09 de septiembre de 2015

El sábado 5 de septiembre, en el Museo de la Mujer, se realizó el cierre de la muestra “Mujeres originarias”, de Ana Candioti, con una presentación de La Marea, revista cultural invitada por la artista para celebrar sus 20 años de existencia.

Cierre de la muestra Mujeres Originarias

Elogiado trabajo de la artista Ana Candioti

 Abrió el acto Jorge Brega, quien en nombre de la dirección de la revista presentó a un panel integrado por la antropóloga Liliana Tamagno, la docente y quichuista santiagueña Casilda Chazarreta, la presidenta de la Unión Campesina del Chaco, Beti Sánchez, y la psicóloga social Josefina Racedo

 Abrió el acto Jorge Brega, quien en nombre de la dirección de la revista presentó a un panel integrado por la antropóloga Liliana Tamagno, la docente y quichuista santiagueña Casilda Chazarreta, la presidenta de la Unión Campesina del Chaco, Beti Sánchez, y la psicóloga social Josefina Racedo
A continuación damos una apretada síntesis de todo lo expuesto:
Liliana Tamagno señaló la preocupación existente “por los grados de desigualdad y violencia por los que traviesa el mundo y nuestra propia sociedad, violencia contra los que nada tienen y contra las mujeres”. Pese a esto, “la cultura hegemónica nos impone la superficialidad, la cultura del festejo, de que todo está bárbaro, todo bien. Las pinturas de Ana Candioti y su idea de cultura, en cambio, van en otro sentido”. La crítica ha señalado que Ana “se deja tomar por la belleza de la dignidad. El concepto de dignidad se opone al de vulnerabilidad con que se manejan hoy algunos políticos y trabajadores sociales, un concepto que en realidad es descalificatorio, trata a los pobres e indígenas como minusválidos. Pensar en términos de dignidad es contrapesar esas ideas”. (…) “El contexto vital de los retratos de mujeres originarias pintados por Ana también se contrapone a la idea de victimización. Aunque sepamos que son víctimas de la explotación, del capitalismo, no son sólo víctimas. En estas pinturas está ausente ese prejuicio racista, que atraviesa nuestra sociedad y que permea fuertemente a la propia academia”. (…) “Refiriéndose a las mujeres originarias, Ana ha comentado en una entrevista: ‘Te miran fijo, te taladran, jamás te interrunpen’. Me hizo pensar que hay muchos que no pueden sostener la mirada del otro, por eso se aíslan y se rodean de aplaudidores. Estas miradas dignas de los retratos de Ana me llenan de tranquilidad, porque hacen pensar en un futuro diferente, en que las cosas no están perdidas, que no han podido destruir todo”. 
Tanto Josefina Racedo como Casilda Chazarreta, amigas y conocedoras de la labor de la artista, recurrieron cada una a su memoria personal para relatar vivencias compartidas con ella en sus recorridos por al norte argentino, en sus propias provincias (Tucumán y Santiago del estero, respectivamente), donde Ana investigó y recogió imágenes para su pinturas. Josefina subrayó que la tarea artística de Ana “demuestra que es posible mostrar lo que somos con dignidad y fuerza, con la ‘esperanza activa’ –como decía Paulo Freire–, que está por ejemplo en el retrato de esa niña cuya mirada que ve desde atrás, desde su abuela, hacia adelante, hacia aquello que necesitamos resolver para lograr mundo mejor”. Casilda, por su parte, señaló que Ana retrató a las “mujeres que existieron, existimos y que seguiremos existiendo, ojalá que con otras condiciones y, como se ha dicho, con la dignidad como bandera. Dignidad y no dádivas”.
Beti Sánchez agradeció “el trabajo que ha hecho la hermana Ana en nuestra comunidad, en un momento en que sufríamos mucha necesidad, y ella no fue delicada y supo estar en nuestra casas”. Se refirió luego a la situación que viven en su comunidad qom de Pampa del Indio, Chaco: “Dicen que el gobierno está dando cosas a los pueblos originarios, pero algunas que conseguimos es con nuestra lucha. No había luz en la época que vino Ana, con la lucha la conseguimos y algunas viviendas también”. Su intervención emocionó a todos y fue muy aplaudida. Entre otras cosas contó: “Los políticos dicen que están ayudándonos, mienten. Dicen que no hay más pobreza, pero hay hermanos que no tienen nada. Dicen que van a hacer viviendas, pero nada, sigue mintiendo el gobierno. Pero nosotros no vamos a bajar los brazos. Te dan cinco o diez viviendas y no te alcanza. Lo que hay tenemos que recibir, pero si nos resignamos a eso, el gobierno va a estar contento. Quiere que peleemos entre nosotros por ver a quién tocan esas viviendas; debemos hacer asambleas y discutir a quién le corresponden. (…) Los hermanos trabajan en la cosecha del algodón, pero cerraron la cooperativa y ya no compran algodón, nos dicen que no hay precio para el algodón. El gobierno busca que dejemos el algodón para que abandonemos nuestros campitos y que puedan vender nuestra tierra. No queremos abandonar nuestro campo, queremos recuperar nuestra tierra. Tierra para nuestros hijos, nuestros nietos. Somos muchas familias, y muchas no tienen tierra. Para el gobierno es fácil vender tierras, pero le cuesta entregarla a los pobres”. 
Luego de las intervenciones del panel, Casilda Chazarreta invitó a cantar a Roberta Pajón y Pancha Gallardo, vidaleras de la localidad santiagueña de Fernández, que vinieron con ella especialmente desde su provincia. Las tres entonaron diversas vidalas que deleitaron y emocionaron al numeroso público presente. A ellas se sumó luego un grupo de discípulos suyos, residentes en nuestra ciudad, y el múltiple resonar de las voces y las cajas enfervorizó el ánimo de todos.
Finalmente, unas palabras de agradecimiento y satisfacción de Ana Candioti pusieron el cierre a la hermosa velada.