El 19 de marzo, una declaración firmada por el camarada Jacinto Roldán delineaba que nuestra táctica de acumulación, si se decretaba la cuarentena, debía tener centro en los barrios. También nos orientaba a armar comités barriales de emergencia, como instrumentos para que el pueblo protagonice la batalla contra la pandemia. Esto nos permitió encarar la «cuarentena» con una línea de masas.
Otro gran acierto del Comité Central (CC) fue la decisión de seguir publicando el hoy en plena pandemia mundial (formato digital) e impulsar que la distribución fuera por los canales orgánicos.
Antecedentes
En nuestra zona, en otro momento político, habíamos realizado una buena campaña de círculos de lectores (particularmente antes y después del acto en All Boys y durante todo 2019). Esa iniciativa había contribuido de manera decisiva para que cientos de compañeras y compañeros que enfrentaban al macrismo en las calles tomarán en sus manos la pelea por constituir el Frente de Todos y la campaña electoral. Muchos de esos compañeros se afiliaron al PCR en ese proceso.
La lucha en las calles, principalmente con la unidad lograda en «los Cayetanos», el protagonismo en el debate político (con los círculos de lectores) y la campaña para derrotar a Macri generaron las condiciones para pegar un salto en la afiliación. La derrota electoral de Macri a manos del Frente de Todos causó gran alegría a nuestras fuerzas y a la enorme mayoría del pueblo. Casi inmediatamente se desató la pandemia en nuestra Patria.
Nueva campaña de círculos de lectores: por una corriente comunista revolucionaria de masas
En la dirección zonal, a la luz de lo discutido por el CC y la circular mencionada, vimos que la táctica de acumular fuerzas revolucionarias, poner el centro en los barrios y pelear los comités barriales de emergencia, exigía constituir organismos. Es decir, los círculos de lectores permitieron que compañeras y compañeros (afiliados y no afiliados) protagonicen la discusión política. Las células son un salto cualitativo, al ser el instrumento para que sus integrantes tomen en sus manos la lucha política por dirigir el barrio, en medio de esa pandemia, empujando la unidad a través de los comités barriales de emergencia.
También hay que decir que en los sectores del Partido en los que estuvo en discusión la conformación del Frente o donde no se hizo campaña, nos estancamos o retrocedimos. Allí, la batalla es por revertir.
Ha crecido el Partido, y en mayor proporción, los movimientos que orientamos, principalmente el de desocupados y precarizados. Hace dos meses iniciamos una nueva campaña de círculos de lectores. La necesidad de acumular fuerzas y de desarrollar una corriente comunista revolucionaria de masas nos llevó a impulsar esta iniciativa desde la dirección zonal. Hay experiencias muy buenas. Los círculos se realizan en muchos lugares encabezados por compañeras y compañeros del lugar, la mayoría nuevos afiliados.
Se lee y se discute antes o después de cocinar, antes de salir al barrio como promotoras de salud, de capacitarse como en cuestiones de género, etc. En los círculos nos unimos y debatimos con compañeros peronistas. Se discute todo: la situación internacional (gran alegría por los triunfos en Bolivia y Chile, y por las luchas en Latinoamérica); los números de la pandemia; las embestidas de la derecha macrista; las medidas del gobierno; el Impuesto a las Grandes Fortunas; la Ley de Tierra, Techo y Trabajo; las notas sobre el movimiento de mujeres, etc.
Esa masa principalmente peronista que está incorporándose al movimiento de desocupados y precarizados, protagoniza los círculos de lectores y va conociendo a nuestro Partido, nuestra línea. Una parte se incorpora y ahí debemos volver a tomar medidas para que tengan funcionamiento político en un organismo. La experiencia mayormente exitosa en los barrios nos animó a intentarlo en otros sectores de trabajo partidario, con buenos resultados.
Toda esta actividad con nuestro periódico implicó dar un salto en la impresión del hoy en la zona. Esto facilita que se lea la Hora Política y también otras notas, que grafican nuestra línea. A la vez, debemos mantener un ritmo de seguimiento semanal para conocer dónde se lee, qué se lee y qué opiniones surgen. Este ritmo semanal, cuando lo mantenemos, favorece el cobro y por lo tanto el autosostenimiento de la impresión a escala zonal. Cuando perdemos esa frecuencia, es imposible un seguimiento político de la prensa, y el cobro se resiente.
Algo para destacar es que la división de tareas empieza a funcionar, y estamos realizando reuniones de frente de prensa y de otras áreas. Apostamos a que estas reuniones contribuyan a la formación de cuadros, tan necesaria para abordar los desafíos que se avecinan.
Corresponsal
Hoy N° 1840 11/11/2020