Este 1 de Mayo fue multitudinario en todo el país. En Bogotá fueron más de 60.000 personas en su mayoría jóvenes y muchas mujeres en respaldo al presidente del cambio y sus reformas y en ese ambiente político caldeado por los ataques diarios de la prensa hegemónica, los grandes capitalistas y sus expresiones políticas, el presidente de Colombia Gustavo Petro radicó en el Senado de la República el proyecto para la convocatoria a una Consulta Popular con doce preguntas que busca por este mecanismo derrotar a la oposición que hundió la reforma laboral.
Reforma Laboral que era un intento de solucionar problemas a favor de los obreros y trabajadores. Ya en los debates en la Cámara de Representantes se hundió lo relativo a fortalecer el movimiento sindical y en el Senado decidieron que los derechos conculcados a los obreros y trabajadores por los uribistas es el camino. Las leyes 50 de 1999 y la ley 789 de 2002, ambas uribistas, eliminaron el recargo nocturno hasta las 10 pm, la retroactividad de las cesantías se redujo hasta en el 75% el pago de dominicales y feriados. La reforma todo lo que hacía era recuperar lo perdido, horas nocturnas hasta 7 pm, dominicales y festivos hasta el 100%, también se buscaba volver a los contratos laborales para los estudiantes del SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje).
Esta situación del hundimiento de la reforma laboral, que generó mucha indignación popular y grandes movilizaciones populares, aunada a las condiciones críticas con la reforma a la salud también torpedeada y hundida en el Congreso en 2024, probó una vez más el talante de las clases dominantes y sus expresiones políticas siempre favorables a las grandes ganancias y a exclusión, desigualdad, precarización de las amplias sectores populares de Colombia.
Ciertamente que Colombia tiene serios problemas estructurales, como que en la agricultura hay un 85% de informalidad en las áreas rurales, y más del 56% de informalidad en las zonas urbanas, con predominio del capital financiero especulativo, del extractivismo, un crecimiento significativo del sector servicios que según la ANIF (Asociación Nacional de Instituciones Financieras) emplea a 16 millones de personas, y las propuestas reformistas del gobierno Petro intentan revertir con un enfoque que llama convertir a Colombia en “potencia mundial de la vida”. A lo anterior hay que aunar la violencia persistente, los ataques a líderes y lideresas sociales y los feminicidios y transfemicidios que muestran un aspecto del carácter patriarcal de la sociedad colombiana.
El gobierno de Gustavo Petro busca acomodarse a las nuevas y cambiantes condiciones mundiales, que está en un momento de transición hacia un nuevo orden mundial en donde la disputa interimperialista entre Rusia, China y los EEUU, siendo el país aliado de los Estados Unidos desde hace más de cien años, las movidas de Petro hacia acuerdos con China, como por ejemplo vincularse a la Iniciativa de la Ruta de la Seda, las críticas al gobierno Trump por el trato a los inmigrantes, la ruptura de relaciones con Israel y su denuncia del genocidio en Gaza, su apertura a Turquía y a los Emiratos Árabes y Qatar es otro frente de debate con las clases dominantes pro yanquis.
En la dura lucha política actual el Primero de Mayo mostró el respaldo que aún mantiene el gobierno del cambio. Las centrales obreras CUT, CTC, CGT, los estudiantes del SENA, la Minga indígena, la Acción Comunal, el movimiento campesino, las organizaciones de mujeres y feministas, de jóvenes.
La coyuntura actual está siendo muy favorable, por una parte en relación a la defensa de las reformas y hasta del gobierno del cambio con todo y sus errores, desaciertos, límites, y por otro lado porque se está mostrando que el acumulado del movimiento popular proveniente de los levantamientos populares de 2019, 2020, y 2021 siguen presentes, y por lo tanto el movimiento revolucionario debe trabajar por construir y movilizar en la lucha con una mirada más allá de la actual coyuntura y del actual gobierno.
hoy N° 2059 14/05/2025