Es Justo Rebelarse, contra este sistema de miseria y opresión
El asesinato del abogado Javier Ordoñez en la madrugada del 9 de septiembre a manos de policías usando descargas eléctricas de Taser y luego golpeado hasta morir en el Centro de Atención Inmediata -CAI- del barrio Villa Luz en Bogotá, luego fue tirado por sus victimarios a la puerta del Hospital. Este brutal asesinato, fue filmado por sus compañeros y difundido por redes sociales. Lo que desató la ira popular que se extendió de norte a sur y de oriente a occidente en el Distrito Capital.
La ira de miles de jóvenes se desató contra los CAI, la respuesta a la protesta popular contra el abuso policial fue una mayor agresión dejando un saldo de 10 jóvenes asesinados a tiros por la policía, más de 150 heridos por armas de fuego u otras armas, 100 policías heridos, 50 CAI´s afectados o incendiados, 48 buses de Transmilenio destruidos. Las protestas se presentaron principalmente en Bogotá y también en las ciudades de Medellín, Pasto, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Duitama, Cajicá, Pereira, Manizales y otras ciudades. Hoy 14 de septiembre se han presentado manifestaciones en Cali, dejando un muerto y varios heridos.
Los CAI Centros de Atención Inmediata de la policía, son el símbolo de la corrupción, abuso físico, sexual y psicológico y represión en los territorios por parte de los uniformados hacia los jóvenes y mujeres principalmente. Por eso fueron atacados. Violencia popular contra los violentos de uniforme.
El comportamiento de la policía no se trata de un “acto en función de servicio”, un exceso de fuerza como dicen los mandos de la policía y el ministro de Defensa Holmes Trujillo, es decir un accidente, sino un asesinato. Es una acción sistemática por parte de la policía entrenada para enfrentar las protestas populares como acciones contrainsurgentes. El asesinato del joven estudiante Dylan Cruz durante el paro del 21 N y más de 34 personas este año en plena pandemia del Covid19, reposan en la Procuraduría; son más de 7.000 procesos por abuso policial, lo que indica que no son las “manzanas podridas” del ridículo discurso del presidente Duque, sus ministros y el partido de gobierno, el Centro Democrático. Disparar armas de fuego como en las noches de las 9 y 10 contra la justa protesta popular prueba que es una política sistemática desde los altos mandos de la Policía Nacional.
Las duras protestas de la noche del 9S fue la producto de la rabia e indignación de la población en especial jóvenes, mujeres y hombres que en medio de la pandemia han soportado las masacres, la eliminación de líderes sociales, la estigmatización a los jóvenes y además han perdido trabajos, estudios, futuros, es la rabia acumulada durante meses de cuarentena contra este sistema opresor y este gobierno indolente con las necesidades del pueblo e incompetente para darle salidas a los problemas de la sociedad colombiana, y que ha puesto en primer lugar los intereses del sector financiero.
El establecimiento argumenta que a la brutalidad policial se responda con marchas pacíficas, y denomina a la protesta popular, “vandalismo organizado”. Fue un acto de indignación y rabia, un ¡No más! También dicen que es infiltración de las disidencias de las FARC y el ELN, ¡Mienten!, quieren bajo el fantasma del enemigo interno hacer que la población tolere estos atropellos. Es más, consideramos que es deber de todas las organizaciones políticas y sociales que hacemos parte de la oposición armada y no armada de apoyar la protesta popular del abuso y del Estado, y ejercer el Derecho de los pueblos a rebelarse contra todo lo injusto.
Venimos en un periodo de levantamientos populares desde el 21N de 2019 que tienen picos de ascenso espontáneo con periodos de acumulación, las luchas y demandas del pueblo colombiano cubren desde la lucha contra el hambre, contra las reformas antipopulares, la defensa de la vida, la lucha por la memoria y contra la brutalidad de la política y el ejército. A su vez se ha agudizado, en medio de la pandemia del Covid19, las luchas entre las clases dominantes por el control del Estado, y las instituciones, la falta de gobernabilidad de Iván Duque que aunque controla la Defensoría del Pueblo, Fiscalía, Procuraduría, y algunos magistrados de las altas cortes concentrando poder en el ejecutivo como una expresión del régimen fascista y que gobierna al servicio de los grandes monopolios nacionales y extranjeros, y aliado de Donald Trump representante del fascismo en el mundo, no ha sido capaz de resolver los problemas principales del país entre otras cosas por su visión elitista desde donde mira al pueblo colombiano.
Asesinatos de líderes y lideresas sociales, masacres, persecuciones, desplazamientos forzosos hacen parte de esta situación. Llamamos a estar alertas ante la ofensiva criminal del gobierno contra el pueblo.
El 21N dijimos que Colombia vivía una situación revolucionaria, que ese levantamiento popular era su expresión, donde los de arriba no puedan gobernar como lo han venido haciendo y los de abajo no aceptan seguir siendo gobernados de esta manera, hoy podemos decir que con lo sucedido el 9S, el levantamiento popular en Bogotá principalmente y contra la institución de la policía Nacional, algo que solo el 9 de abril de 1948 sucedió en Bogotá, es una muestra de que esa situación revolucionaria se mantiene y también la gravedad del momento que por supuesto el indolente presidente y su gobierno no acepta. Una situación revolucionaria no es una línea recta, es sinuosa, tiene sus altos y bajos, el fermento revolucionario que se presentó en el 21N, que se mostró en los cientos de protestas en medio de la cuarentena por el Covid19 durante el primer semestre de este 2020 y que se expresó este 9S es la muestra de las acciones revolucionarias por venir.
Debemos hacer esfuerzos junto con otras fuerzas políticas y sociales para apoyar, denunciar, y organizar la protesta popular. Crear condiciones para que las acciones por venir asesten duros golpes a los enemigos del pueblo colombiano, y que sea un avance en la búsqueda de una nueva sociedad, la sociedad socialista. Para decirlo con Lenin y Mao debemos fortalecer, desarrollar, ampliar y agudizar la acción revolucionaria de las masas, y fortalecer las organizaciones revolucionarias, estas son nuestras tareas.
PCC-M
Colombia, septiembre 14 de 2020
