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18 de septiembre de 2019

Breves de la historia argentina

Colonizaciones en el primer gobierno peronista

Ante el revuelo que la expresión reforma agraria armó en la actual prensa del sistema, podemos recordar que algunas estancias fueron expropiadas hasta 1951, durante el primer gobierno peronista, en el caso de la provincia de Buenos Aires. Hasta esa fecha, ingresaron a la legislatura de esta provincia unos 60 proyectos de expropiación de campos y estancias, pero solo unos pocos se efectivizaron. Pero esto no quita la importancia de estudiar en concreto como fueron esas expropiaciones.

Durante el primer período peronista (de 1946 a 1955), el plan agropecuario nacional procuró separar la producción agropecuaria argentina de la exclusiva demanda externa a través de la diversificación productiva para poder abastecer, por una parte, el aumento del consumo del mercado interno y, por otra, las industrias que se estaban desarrollando. En ello jugó un papel fundamental la democratización de las juntas reguladoras de la comercialización interna y externa, en particular de Granos y Carnes, junto al Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI), para el manejo del comercio exterior.

En cuanto a la democratización del recurso básico para la producción agropecuaria, ya en 1944 el gobierno provisional de Farrell-Perón había promulgado la ley N° 12.636 de colonización y sus decretos reglamentarios creando el Consejo Agrario Nacional en línea con el lema de “la tierra para el que la trabaja”. En 1948 se sancionó la Ley de Arrendamientos Rurales y Aparcerías N° 13.246 que limitó el poder de los latifundistas, aunque éste se mantuvo en lo fundamental durante todo el período, por lo que pudo restaurarse tras el golpe militar de 1955. También en 1944 se promulgó el Estatuto del Peón Rural por el decreto N° 28.169.

En el caso de la provincia de Buenos Aires, con el antecedente de la ley 4.418 de 1937, el gobierno de Domingo Mercante (1946-1952) promulgó en 1948 la ley de Colonización Nº 5.286, a partir de la cual el Instituto Autárquico de Colonización se abocó a la elaboración de planes de expropiación, colonización, arrendamiento, administración y venta de las tierras; también asistencia técnica. Y en 1949 la Dirección Agropecuaria se elevó al rango de Ministerio de Asuntos Agrarios. Entre 1946 y 1951 se debatieron en las cámaras legislativas de la provincia aproximadamente 60 proyectos de expropiación y colonización; muy pocos llegaron a convertirse en ley. Después de 1949 –en el marco de la crisis agraria–, la mayoría pasó al “archivo por caducidad“, y desde 1951 no se presentaron nuevos proyectos.

La expropiación de la estancia “Santa Narcisa”, propiedad de Ernesto Aguirre, fue un caso emblemático en General Belgrano. El Dr. Aguirre contaba con campos en las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Cruz y Río Negro, lo cual lo ubicaba como gran terrateniente. Una de sus grandes propiedades agrarias era “Santa Narcisa”, de General Belgrano, enclavada en un parque diseñado por Charles Thays, con una superficie de 3.117 hectáreas. Ubicada a orillas del río Salado y dedicada a actividades agropecuarias y agroindustriales, había pasado por herencia de Claudio Stegmann a dominio de Carolina Stegmann de Aguirre en 1875 y a las manos de Ernesto Aguirre en 1944.

Expropiada la estancia, se colonizaron 24 familias en la misma dedicadas a la producción de leche y quesos para el mercado interno, y en el casco y su jardín de 124 hectáreas funcionó la escuela agraria. Se creó al mismo tiempo una cooperativa para vender los productos que tenía domicilio en el pueblo. De las 24 familias beneficiadas por la expropiación, algunos miembros son -todavía hoy en 2019- propietarios de esos campos.

La Colonia se llamó en su origen Colonia Eva Perón, y hoy se llama Colonia agrícola del Río Salado. También en la provincia de Buenos Aires y otras provincias existieron distintas expropiaciones durante el primer peronismo. Fueron sólo algunas, pero existieron, y en casi todos los casos se asentaron familias agrarias produciendo para el mercado interno.

Escribe Gustavo Roseler

Hoy N° 1783 18/09/2019