El 25 y 26 de septiembre se desarrolló el 96º Congreso Ordinario Anual de la Fe-deración Agraria Ar-gentina en el Patio de la Madera de Rosario, bajo el lema “Federalismo y políticas públicas para una agricultura con agricultores”.
Contó con la presencia de más de 400 delegados, expresión de la triplicación del número de socios de FAA, de los cuales 340 estaban en condiciones de votar (con más de seis meses de pertenencia a la Federación).
La apertura del Congreso estuvo a cargo de Eduardo Buzzi, presidente de la entidad. Fue un discurso opositor, en el que se denunció al gobierno de los K como el más pagador de la deuda externa de la historia, una deuda “espuria, ilegal e ilegitima”.
Manifestó el pedido de aparición con vida de Julio López, “un desaparecido en democracia”.
Expresó la solidaridad con el pueblo y el gobierno de Bolivia, y la necesidad de la unidad con otros sectores: trabajadores ocupados y desocupados (estaba presente Juan Carlos Alderete), industriales nacionales, comerciantes, e intendentes de los pueblos del interior (había varios presentes, entre ellos el de Armstrong).
Se ubicó como opositor al gobierno “más concentrador de la historia, que genera una gran exclusión social tanto en el campo como en la ciudad”.
En el marco de un eufórico balance de los históricos 127 días del glorioso grito agropecuario popular y federal, se desarrolló el debate en el plenario del Congreso.
Con mucha bronca y combatividad, se analizó la situación actual y las propuestas para seguir la lucha. Muchos de los oradores plantearon que la situación actual es peor que antes del 11 de marzo, y está agravada por la sequía más prolongada de los últimos 60 años.
Los debates
En primer lugar se debatió el programa. Varios delegados expresaron que con la caída de la Resolución 125 se obtuvo un triunfo político, pero que no se generó un beneficio para pequeños y medianos productores, y al continuar con la idea del “campo” como uno solo e igual, se sigue beneficiando a los grupos concentradores, tanto de la producción como de la tierra.
Es por eso que todos los delegados plantearon la necesidad de políticas segmentadas, reconociendo que el campo no es “llano”: hay micro, pequeños, medianos y ricos productores, y también la oligarquía concentradora de la tierra, y también el fenómeno de la concentración de la producción (en pools, fideicomisos, etc.).
En su intervención, Mario Fabro de Chacareros Federados planteó la necesidad de la segmentación, de una ley de arrendamiento en el camino de una profunda reforma agraria, y de la lucha por un modelo productivo para los pequeños y medianos productores, diferenciándose de la nueva y vieja oligarquía terrateniente de la argentina.
A propuesta del Consejo de Delegados de Entre Ríos, y presentado por su vicedirector Juan Echeverría, se aprobó por unanimidad en el Pleno del Congreso un Programa y Plan de Acción (ver recuadro).
El Programa, aprobado por el Congreso, es “inclaudicable e innegociable”. También se decidió ir al Plan de Lucha con la Mesa de enlace o, de no haber acuerdo, ir en conjunto sólo con los Autoconvocados.
Finalmente, se reeligió a Eduardo Buzzi como presidente de Federación Agraria Argentina con 272 votos sobre 309 emitidos al mo-mento de la votación.
Pablo Orsolini fue reelecto como vicepresidente 1º con 190 votos y Ulises Forte como vicepresidente 2º con 204 votos.
