9. En los meses previos a mayo se fue produciendo un vuelco masivo de apoyo a la candidatura de Menem. Sus actos, concentraciones y caravanas que abarcaron a todo el país, convocaron multitudes que preanunciaban el triunfo del FREJUPO
9. En los meses previos a mayo se fue produciendo un vuelco masivo de apoyo a la candidatura de Menem. Sus actos, concentraciones y caravanas que abarcaron a todo el país, convocaron multitudes que preanunciaban el triunfo del FREJUPO
El 14 de mayo de 1989 Menem arrasó y el FREJUPO obtuvo un histórico triunfo. Obtuvo 7.888.385 votos (el 47,39%) contra 5.401.788 (el 32,48%) de Angeloz-Casella; 1.092.327 (el 6,57%) de Alsogaray-Natale, 767.212 (el 4,62%) de Angeloz-Guzmán, 411.886 (el 2,48%) de Vicente-Zamora y 237.602 (el 1,43%) de Estevez Boero-Bravo.
En la noche del 14 de mayo el pueblo ganó las calles. Las maniobras montadas por el alfonsinismo basadas en el Colegio Electoral pusieron de relieve su gran derrota: del 51,82% de los votos de 1983 pasó al 32,53% de 1989, no obstante contar y utilizar descaradamente con todos los recursos del poder. Conservó sólo las gobernaciones de Córdoba y Río Negro. El triunfo del 14 de mayo colocó al peronismo en condiciones de tener mayoría en la Cámara de Senadores, convertirse en primera minoría en la Cámara de Diputados y cambiar favorablemente la situación en la mayoría de las legislaturas provinciales.
– A pocos días del gran triunfo del 14 de mayo nuestro Partido convocó a un acto en conmemoración del 20 Aniversario del Cordobazo en el que analizó, a través de la intervención del camarada Otto Vargas, los resultados electorales y las perspectivas políticas abiertas en el país. Colmado el Salón “Unione e Benevolenza” y ante la presencia de dirigentes del Partido Justicialista, del Partido Demócrata Cristiano, del Partido Intransigente, del Partido Socialista Auténtico, del Movimiento Democrático Popular, de delegados del partido hermano de Uruguay, así como de numerosos dirigentes sindicales, se puso de relieve el enorme significado que tenía el triunfo del 14 de mayo.
Porque el 14 de mayo, señaló Otto Vargas, “fue derrotado el continuismo de la política de hambre del alfonsinismo, el proyecto del sector dirigente de las clases dominantes de la Argentina. Ese proyecto que empujó el sector prosoviético del radicalismo, unido a la socialdemocracia europea de Willy Brandt, el Partido Laborista inglés, junto a los terratenientes y a los sectores más antipopulares de la Argentina”. Claro que “ha tenido el apoyo también de los usureros yanquis. Ellos son pragmáticos”. Les “interesa que se paguen los intereses de la deuda externa”. Y sobre todo que se “apliquen las políticas monetaristas y hambreadoras del FMI”. Esta derrota “ha sucedido porque ese proyecto alfonsinista se basó en tres presupuestos falsos. En primer lugar, pretendió desarrollar la producción agropecuaria sin acabar con el latifundio. En segundo lugar pretendió desarrollar y modernizar la industria sin acabar con la dependencia. Y en tercer lugar pretendió aliviar la presión del imperialismo de una superpotencia, apoyándose en la otra superpotencia.” Y luego de reafirmar la propuesta de las seis medidas que habíamos difundido antes del 14 de mayo, y de exigir la necesidad de castigar a los especuladores “como Bulgheroni, de quien Brodherson solía decir que debía 485 millones de dólares al fisco, sostuvo que éramos partidarios de empujar la lucha de masas. En primer lugar por el respeto a la voluntad popular. “Masas muy grandes buscan un camino pacífico. Han abierto un sendero en la maleza y tratan de avanzar”, señaló Otto Vargas.
“Nosotros que somos partidarios de la revolución, que creemos que sin la revolución no habrá democracia ni habrá conquistas estables para nuestro pueblo y que no habrá liberación de la patria sin ella, estamos dispuestos a acompañar a esas masas en esa experiencia. Porque sabemos que la revolución la hacen las masas, y sin esas masas no habrá revolución en la Argentina.
“Hay que decir que esas masas no se equivocaron el 14 de mayo el único camino que en las condiciones concretas de Argentina crea mejores condiciones para la lucha popular y permite, también, acumular fuerzas para la revolución que madura en la Argentina y que madura en el mundo.”
En el proceso electoral, la lucha por la construcción del FREJUPO abarcó a todo el país. La aprobación del programa, la constitución de las listas, la participación conjunta en actos y manifestaciones, y sobre todo la construcción de comités de apoyo por abajo, en particular en las grandes empresas, significó una gran lucha política y un triunfo de la línea del Quinto Congreso.
Una gran lucha por llevar adelante la política de frente único, particularmente con las masas peronistas y el peronismo. Labor en la que fue participando la gran mayoría de nuestros organismos y camaradas. Tuvo resultados muy positivos. Positivos Para la unidad y organización de las masas y del Partido. Claro que esto no fue parejo ni lineal en las diversas provincias y zonas, ni dentro de las mismas zonas y organismos; pero lo distintivo fue que la mayoría de los organismos y camaradas terminaron siendo protagonistas activos de nuestra línea, de su integración concreta y del avance del Partido.
Esto lo logramos en el marco del proceso de masas sobre la base de una gran discusión política en todo el Partido, general y particular, estudiando y generalizando nuestras mejores experiencias, y realizando una labor de ayuda y control sostenido en todos los organismos y afiliados. Este proceso tuvo un vuelco con la participación del Partido en la proclamación del FREJUPO y en el acto realizado luego del Congreso peronista de Mar del Plata.
– El PTP integró junto a otros diez partidos el FREJUPO a nivel nacional.
Esa integración se plasmó también en Buenos Aires, Capital Federal, Santa Fe, La Pampa, Jujuy, Río Negro, Tucumán, Córdoba, Chaco, Formosa, San Juan, San Luis, Santa Cruz, Corrientes, Santiago del Estero y Tierra de Fuego. Participó igualmente el PTP en Chubut, Entre Ríos y Salta. Las únicas excepciones fueron Mendoza y Misiones, donde por las actitudes sectarias y divisionistas de algunos sectores dirigentes de los PJ provinciales, el PTP fue excluido del Frente.
La constitución de los FREJUPO femenino y juvenil a nivel nacional fueron hechos de relieve que expresaron el avance de nuestro trabajo unitario. Igualmente entre la intelectualidad, donde más de 700 firmas apoyaron el programa del FREJUPO relacionándolo con los problemas de la cultura.
La participación del PTP en el FREJUPO fue el resultado de un acuerdo programático, público y equitativo establecido por los once partidos a nivel nacional. Consecuentemente con ello el PTP integró la lista de candidatos a diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires, en la Capital Federal la de diputados y concejales en calidad de suplentes, de electores en Entre Ríos y San Juan, de diputados provinciales y de concejales en Jujuy y en Rosario, Santa Fe, Arteaga, y Almirante Brown.
En el proceso electoral el Partido organizó y participó en el FREJUPO de 19 provincias, en 47 municipios y algunas circunscripciones, y organizó y participó en 77 Comités de Apoyo, de los cuales 19 fueron Comités de Empresa y centros de concentración.
– En este proceso nuestro Partido se extendió nacionalmente y en profundidad en centros de concentraciones obreras, agrarias y populares. Abrimos trabajo en Chubut, Salta, Catamarca, y Tierra del Fuego, y se crearon condiciones para hacerlo en La Rioja y reforzar nuestra labor en Neuquén. Con lo cual pasamos a trabajar en todas las provincias del país, aunque en algunas aún muy débilmente.
El PTP tuvo reconocimiento jurídico nacional en la Capital Federal y en 16 provincias: Buenos Aires, Santa Fe, La Pampa, Misiones, Formosa, Jujuy, Santiago del Estero, San Luis, San Juan, Río Negro, Mendoza, Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Tucumán, Santa Cruz. Existen Juntas Promotoras y Trámites en Chubut, Salta, Neuquén y Tierra del Fuego. Con lo cual nos falta encarar el problema solamente en La Rioja.
Pero persisten las maniobras judiciales para trabar la acción del PTP y otros partidos. Entre ellas y principalmente la resolución de algunos jueces de exigir la presentación de fichas de afiliación. En Córdoba recientemente se ha fallado por este motivo contra el PTP, perdiéndose la personería; igual amenaza pende sobre otros regionales.
Esta situación exige la denuncia política de un Estatuto cuya sola existencia es un hecho reaccionario, e intensificar la lucha para derrotar dichas maniobras logrando miles de nuevas fichas de afiliación. En numerosas provincias se demostró que esto es posible. Claro que para concretar esto debemos batir la subestimación que existe en relación a este trabajo en varios organismos y camaradas.
El Partido realizó también un intenso trabajo de propaganda de masas. Participó en decenas de actos unitarios, organizó sus propios actos y pasó a ser un partido conocido en casi todo el país. Esto no obstante la discriminación y el ocultamiento al que fue sometido por los canales de televisión y radios, y por la política de silencio que practicaron los diarios nacionales salvo fugaces excepciones. Al mismo tiempo quedó claro también que en muchos lugares existe una gran subestimación para desarrollar una política sostenida hacia los medios de comunicación masivos, como parte de nuestra línea de masas, y organizar el trabajo específico haciendo de esta labor una tarea permanente.
Numerosos camaradas ocuparon tribunas en actos unitarios del FREJUPO, en particular en las provincias de La Pampa, Jujuy y Río Negro.
Al mismo tiempo los actos organizados por el PTP en Chabás, Arteaga y en La Plata, así como el trabajo realizado en muchos barrios del país, mostraron el grado de profundidad alcanzado en algunos lugares por la unidad de los partidos integrantes del FREJUPO y el papel de avanzada de nuestro Partido en el despliegue, extensión y organización del FREJUPO entre las masas. Una vez más volvió a comprobarse que sin lucha por la unidad es una ilusión doctrinaria el avance del Partido. Al mismo tiempo que el desarrollo y el fortalecimiento de la unidad depende de que el Partido avance y se consolide.
– Una de las características de la labor de nuestro Partido fue que su trabajo se asentó en la línea de masas. Su propaganda, sus finanzas, su organización, estuvieron basados en la fuerza y en el aporte de los que nada tienen, apelando siempre a las inagotables energías que residen en la conciencia y en la combatividad del pueblo.
El trabajo en el FREJUPO elevó la experiencia política de los afiliados y organizaciones de nuestro Partido, y contribuyó al surgimiento de nuevos y valiosos cuadros. Se desarrolló también la JCR. Fue este un período de avance para el Partido y el PTP.
En todo este proceso de desarrolló una lucha por practicar una política que desarrolle la asimilación de los nuevos compañeros. Una lucha contra una política de cuadros que los suplanta y que no confía ni se apoya en ellos. Con lo cual en vez de organizar las células y hacer funcionar los organismos, practica la política de actuar a través “del malón”. O sea con grupos de compañeros
desorganizados, con falta de planes políticos discutidos colectivamente, sin responsabilidades individuales, sin privilegiar el trabajo con el HOY y en los que los balances políticos y orgánicos quedan por lo general “para después”. Con lo cual es difícil que los nuevos vuelvan a trabajar con quienes dirigen así y desprecian de esa manera la potencialidad política revolucionaria de las masas y de los nuevos compañeros.
Es necesario señalar también que no logramos un avance significativo en la difusión y el cobro del HOY, y que el reclutamiento al PTP y sobre todo al PCR, fue débil. No logramos cosechar orgánicamente, de acuerdo a las posibilidades abiertas, la influencia y el avance político logrado por el Partido en este período. Y si bien tuvimos experiencias muy valiosas realizadas por células y comités de Partido, fue éste el costado débil de nuestro desarrollo a nivel general.
Las razones de este déficit fueron diversas. En algunos lugares estuvieron originadas por la resistencia a practicar nuestra táctica política y su integración concreta al lugar. En otros porque se lo hizo tardíamente por falta de funcionamiento político. Al mismo tiempo estas razones empalmaron en muchos casos con concepciones que vienen desde antes. Concepciones doctrinarias, sectarias y concepciones espontaneístas, sindicalistas, de esencia reformista, que consideran que el crecimiento del Partido será un producto espontáneo de la lucha y del movimiento de masas. O consideran la teoría de la autoliberación de las masas independiente de la existencia de una organización de vanguardia marxista-leninista, negando el papel dirigente del Partido. Por lo que nuestro avance organizativo, el reclutamiento y la asimilación de los nuevos afiliados, estuvo por detrás del proceso espontáneo de las masas y del requerimiento del conjunto del propio Partido.
– Una vez más quedó claro la verdad de que lo de abajo ayuda a lo de arriba pero también lo de arriba ayuda a lo de abajo. El antagonismo esquemático de ambos aspectos al margen del contenido de nuestra línea y del proceso de desarrollo de la lucha por la unidad no sólo fue refutado una vez más, sino que también quedó demostrado que en determinadas situaciones concretas lo decisivo es el acuerdo por arriba, pues como se evidenció con el FREJUPO el acuerdo nacional se constituyó en un instrumento decisivo para impulsar los FREJUPO por abajo y principalmente en las empresas, barrios y concentraciones agrarias y populares. Un ejemplo importante de esto lo constituyó el FREJUPO en UATRE a nivel nacional. Fue decisivo para enfrentar el continuismo alfonsinista en el gremio y a su vez influyó internamente para dar impulso a la tarea de organizar los comités de apoyo en el movimiento obrero.
– Una cuestión fundamental en todo este proceso fue la organización de los comités de apoyo del FREJUPO por abajo, en particular en las grandes empresas, que impulsó nuestro Partido.
En la organización de los comités de apoyo en las empresas existieron experiencias como las de Astilleros, Siderca y otras, que demostraron que tomar a fondo esta tarea requería partir de lo político para enfocar lo sindical y no al revés. Y en estas circunstancias, más concretamente, partir de lo político electoral, por cuanto sin ello era imposible ubicar con corrección el blanco y practicar una correcta línea de frente único. Se demostró que sólo obrando así era posible avanzar también en una correcta política sindical y en la lucha reivindicativa. Claro que esto exigió a su vez, como se demostró en esas experiencias, resolver acertadamente la relación orgánica entre el papel del frente de partidos con los cuerpos de delegados y el sindicato, y con las propias agrupaciones. Pues si bien nuestra acción estaba presidida por una línea política común, nuestra participación en cada una de dichas organizaciones requería respetar sus funciones, grados de unidad y normas de organización.
Estas experiencias demostraron también que la preocupación central por la construcción de los comités de apoyo en las empresas (experiencias que han sido desarrolladas en artículos recientes y muy importantes en el HOY y en Política y Teoría) no fue simplemente una preocupación organizativa. Sino que requirió comprender que dichos comités eran una exigencia de la coyuntura política y apuntaban a su vez a avanzar en el cambio de la correlación de fuerzas en los organismos de masas de las empresas, o sea en nuestro camino central de acumulación revolucionaria de fuerzas de acuerdo a nuestros objetivos programáticos. Porque como lo demostró la experiencia histórica, particularmente en nuestro país los años del Cordobazo y demás rebeliones populares acontecidas a fines de la década del 60, fueron las organizaciones obreras de fábrica el corazón del vasto ascenso obrero y popular que conmovió a las clases dominantes y a sus sirvientes de turno.
Por eso es que allí donde fue comprendida y tomada a fondo esta iniciativa de nuestro Partido, se avanzó en la unidad con las masas peronistas, en la política de frente único político y sindical y se ganaron posiciones en los cuerpos de delegados y comisiones internas de las grandes empresas. Y sus consecuencias serán no sólo inmediatas, pues dicho paso ha sido una experiencia que caló muy hondo en la conciencia y el corazón de esas masas. Sobre todo, como muestran algunos ejemplos, en muchos delegados de fábrica en los que bulle una intensa preocupación por el presente y el futuro de su clase y de la patria. Un hecho positivo en tal dirección fue también el acto del FREJUPO en el Puerto de Buenos Aires.
Por eso, fue el Comité de Apoyo con esta orientación lo que permitió asimismo acrecentar las fuerzas de nuestras agrupaciones y el Partido, allí donde hicimos de esta tarea una tarea integrada al conjunto de la labor partidaria. Que las consecuencias de esta gran iniciativa de nuestro Partido no se agotaron el 14 de mayo, lo muestra el significativo papel que desempeñaron en la lucha contra el hambre, en el complejo proceso desarrollado posteriormente en el gremio telefónico, etc.
Estas experiencias positivas no pueden ocultarnos a su vez que en muchos lugares, ni política ni orgánicamente, la organización de estos comités de apoyo fue la preocupación central, Ni que en otros se los tomó formalmente o desde una política meramente electoralista. Política que si bien nos dio resultados positivos, fue estrecha en cuanto al enfoque de los mismos. No obstante ello abrió un camino que debemos profundizar, generalizando nuestras mejores experiencias. Y practicando el método que nos enseña el maoísmo de que no hasta lanzar llamamientos generales. Es necesario comprobar, practicar en un punto concentrado el contenido de dicho llamamiento a fin de analizar su práctica, sus lados fuertes y oscuros, para así sacar conclusiones correctas, llevarlas nuevamente a las masas, para a través de esta relación permanente entre dirigir y aprender, entre el pensar y el hacer del Partido y la masa y sus organizaciones, avanzar en la acción revolucionaria.