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27 de julio de 2020

Cómo desescalar la cuarentena en la escalada de la pandemia

La vacuna contra la pandemia del coronavirus, todavía no está. La única forma de darle batalla, es disminuir los contactos para hacer más lenta la enorme velocidad de contagio que tiene y dar tiempo para mejorar el colapsado sistema de salud, para que el pico no supere la capacidad de atención.

Los distanciamientos, el uso de los barbijos, el lavado de manos, la desinfección de lugares de contacto, el control de la temperatura, la detección de sospechosos, el testeo, el relevamiento de los contactos, el aislamiento y el tratamiento en distintas escalas, son las formas que en mayor o menor medida, posibilitaron atender los casos hasta ahora y ganar ese tiempo para prepararse. Se realizaron avances importantes para la situación en que partimos, pero falta mucho.

Esta cuarentena prolongada evitó un estallido de contagios generalizados, que sí se dieron en barrios de alta concentración de población, en condiciones de hacinamiento y precariedad habitacional, como el Gran Toba y Villa Prosperidad, que fueron controlados.

 

¿Qué significa flexibilizar en el momento más crítico?

Se corre el grave riesgo de confundir apertura de la Cuarentena, con finalización de la Pandemia. Eso es lo peor que puede pasar, en el momento de mayor aceleración de contagios nacional y un circunstancial amesetamiento provincial.

Al mismo tiempo, la parálisis de una gran parte de la economía, fundamentalmente del comercio y sectores importantes de la producción, por el prolongado aislamiento, provoca las presiones de los grandes grupos económicos anticuarentena, como los que dirigen EEUU y Brasil, empalmando con la insoportable situación de comercios y pymes y el humor social por las situación económica y las condiciones de vida, a pesar de los aportes que realiza el gobierno, pero no alcanzan y por el método no adecuado con que se organizó el aislamiento.

 

Marchas y contramarchas hasta la vacuna

Es posible una flexibilización, dadas estas condiciones. El éxito dependerá de cómo se lo haga y cómo se controle lo que se hace. Hasta la vacuna, es posible que haya que funcionar así, con avances y retrocesos,  poniendo al mismo tiempo en marcha sectores importantes de la producción y el comercio con los protocolos correspondientes.

¿La idea de conducción de la crisis será como hasta ahora? ¿Un problema que afecta a toda la población va a quedar sólo en manos de las estructuras del Estado o se buscará la coordinación y el protagonismo consciente de las organizaciones de la comunidad y fundamentalmente de las que tienen territorialidad? Porque es en ellas donde se multiplica el virus que circula y viene de otro lado. Esta territorialidad, como ya vimos, no se mide sólo en términos de localidad o pueblo, sino y principalmente de barrio. A la vez  requiere extremar las medidas y protocolos en los trabajos, el transporte y la atención al público, con el papel de control de sindicatos, cámaras y organismos públicos.

 No se puede apelar desde el Estado al cuidado y responsabilidad individual de centenares de miles, porque entre el Estado y los individuos, están las formas organizativas que se fue dando la sociedad a través de los años, como las comisiones vecinales, clubes, equipos de futbol, organizaciones de mujeres y jóvenes, iglesias, merenderos y comedores, que desde el comienzo están en la primera fila arriesgándose para atender la otra pandemia, la del hambre. Los Invisibles, como dice el Papa Francisco, tanto que ni siquiera están en los reiterados discursos de agradecimiento.

 

Formas de conducción autoritaria, paternalista y democrática

Las paternalistas son las que predominaron hasta ahora. Sólo algunas estructuras del Estado organizan, deciden y evalúan todo, para hacer “por el pueblo”. Si los resultados no son los esperados, algunos dicen “no podemos ser niñeros”. En esta terrible crisis, se concibe el papel del pueblo, protagonistas de grandes gestas, como sólo capaz de quedarse en casa, sin opinar, sin aportar, sin tomar en sus manos, en forma conjunta, colectiva y articulada, esta dura batalla.

Si esto no se cumple lo que se resolvió desde arriba, se puede entrar en la tentación de imponerlo autoritariamente y es ahí donde aparecen miles de detenidos y de abusos en esos operativos, donde por falta de equipos de bioseguridad, también se han contagiado gran cantidad de policías.

 

Convivir con la pandemia sin morir en el intento

Esto será así. Hasta que se logre una vacuna segura, habrá avances y retrocesos y hay que encontrar las formas de hacerlo lo mejor posible. Para ello la población debe estar convencida y para estarlo, debe participar de la forma de construcción de ese camino. Esa es la forma democrática de conducción.

¿Alguien puede pensar que a la mayoría no le importa su vida o la de sus familiares y amigos? Se necesita mayor comprensión y participación de las formas y tipos de prevención y cuidados, que no son los mismos para un consorcio, que para un asentamiento o villa, donde viven tres familias en una casa, con veinte personas, sin patio y con dificultades para comer todos los días. En ellas es imprescindible tomar las medidas colectivamente, articulando los puntos de vista de las estructuras del Estado, con las opiniones de los distintos sectores de vecinos que se conocen hasta por los nombres. ¿Cómo se pudo controlar el alarmante brote en el Gran Toba o Villa Prosperidad? Es importante conocer la forma en que se abordó la crisis en esta población tan vulnerable.

 Distintos sectores de vecinos fueron logrando espacios con posibilidad de hacerse escuchar en forma creciente. La participación de diferentes protagonistas de referencia del barrio, se abrieron camino, empalmando con profesionales con quienes intercambiar ideas, acciones y operatividad.

 Esto se sintetiza en la consigna “El Barrio cuida al Barrio”, que impulsamos desde el inicio con la formación de los Comité de Emergencia Sanitaria y Social, cuya convocatoria a la conformación provincial por Decreto, fue sólo para la foto y el Proyecto de Ley que presenté en ese sentido, todavía no fue tratado.

 

A terapia intermedia pero con antibióticos

El desescalamiento de la Cuarentena, es como pasar de Terapia Intensiva a Terapia Intermedia. Puede ser necesario ante tanta presión de múltiples sectores y factores. Pero para realizar el mismo en el escalamiento de la Pandemia, debe cambiarse el método principal usado hasta ahora. Hay que aprender de las mejores experiencias, debe hacerse con “antibióticos” que permitan tener las defensas necesarias para resistir la infección y eso significa implementar urgente, un método democrático de articulación del Estado y las organizaciones de la comunidad para que sean protagonistas conscientes y por lo tanto no sólo no lo resistan, sino que lo defiendan. Esto será necesario para derrotar la pandemia con el menor costo y lo será también para la salida con trabajo y producción. No usar estos “antibióticos”, hará volver a terapia intensiva, pero en peores condiciones, es decir volveremos a Fases anteriores con altos costos. Si esto es así,  la imagen de la concurrida foto del anuncio del desescalonamiento, donde faltan protagonistas fundamentales de esta batalla, como los sectores empujados a organizarse en la Economía Popular, protagonistas claves en la lucha contra el hambre y en la salida para producir los alimentos que hoy traemos de afuera, es posible que las próximas fotos vuelvan a ser en soledad.

 

 

Rodolfo Schwartz, Diputado Provincial, Bloque del Partido del Trabajo y del Pueblo, Interbloque Frente Chaqueño