Este año, en Neuquén, miles y miles de jóvenes volvían a reunirse para compartir y debatir los problemas que sufren como mujeres en esta sociedad y en esta Argentina. El Encuentro se dio en una situación política que nos exige –en la lucha por abrirle más la mano al gobierno–, profundizar el debate con cientos de miles, reagrupar fuerzas y afiliar mucho, para terciar en una situación que se precipita.
Con esta idea organizamos un gran operativo nacional de colocación de la Chispa (centrada en los problemas de las mujeres más jóvenes, obreras y campesinas). Nos movimos con “dos patas”: “desde afuera” (puertas de los talleres y bordes de la marcha) piqueteábamos los varones de Neuquén, Río Negro y comisiones nacionales; y “desde adentro” (interior de las columnas, micros y escuelas) se apeló al protagonismo decisivo de las propias mujeres de la JCR. Así, las compañeras de Rosario (con un papel destacado), Tucumán, Mendoza, Jujuy, Córdoba, Zonas Centro y Norte de Capital, Entre Ríos, Corrientes, Mar del Plata, Zonas Sur y Norte del Gran Buenos Aires, Quilmes-Berazategui-Varela, La Plata y Río Negro, lograron colocar 299 revistas en la marcha y 240 en las delegaciones. Junto a las 261 colocadas por los varones –los neuquinos y rionegrinos se bancaron el frío, el viento y la llovizna desde las 5 o 6 de la mañana hasta la noche–, totalizamos justo 800 Chispas colocadas en el Encuentro.
Un alegrón: con la política al mando, “desde adentro” y “desde afuera”, y sin contraponerlo con las necesidades de la seguridad, la organización y las finanzas (que también tuvieron un despliegue importante), tomamos la particularidad femenina y juvenil, y llegamos a cientos de mujeres. Nos quedan estas enseñanzas para profundizarlas en los zonales, tanto para el viraje al movimiento obrero ocupado como en cada marcha que protagonizamos: afiliar miles a esta JCR.
03 de octubre de 2010
