I. Desde 1969, con el Cordobazo, y aún antes con las luchas ferroviarias, portuaria y petrolera, los obreros y demás sectores explotados hemos combatido sin tregua y sin ahorrar sacrificios contra la dictadura asesina.
Así volteamos a Onganía y a Levingston. A gobernadores e intendentes de muchas provincias, como a Uriburu y a otros.
I. Desde 1969, con el Cordobazo, y aún antes con las luchas ferroviarias, portuaria y petrolera, los obreros y demás sectores explotados hemos combatido sin tregua y sin ahorrar sacrificios contra la dictadura asesina.
Así volteamos a Onganía y a Levingston. A gobernadores e intendentes de muchas provincias, como a Uriburu y a otros.
El Mendozazo, la recuperación del SMATA cordobés, la creación de las Ligas Agrarias, el Rocazo, el constante combate estudiantil, también llevaron al fracaso al GAN y a reemplazarlo por un Acta institucional de cinco puntos.
En todos esos combates, incluida la lucha contra la represión dictatorial en las calles el 17 de noviembre, hemos estado juntos los peronistas y los comunistas revolucionarios.
Allí aprendimos que nada se consigue sin lucha y que esta lucha triunfa cuando no concilia con el poder de las clases dominantes.
Y las clases dominantes afirmaron la convicción que su poder no se garantiza tanto con leyes como con el control de los fusiles y los tanques; y, por eso, han comprometido a generales, almirantes y brigadieres a hacer del próximo gobierno un esclavo de “los cinco puntos” del Acta institucional.
Así se marcha a las elecciones del 11 de Marzo a votar por gobernantes que compartirán el gobierno con ministros militares dejando el poder real, en las cuestiones esenciales para los explotados y oprimidos, en manos de la Junta de Comandantes.
En estas condiciones los obreros peronistas, los peronistas revolucionarios, y los comunistas revolucionarios, al igual que todo el pueblo trabajador, debemos discutir cómo utilizar mejor el voto, cómo consolidar lo alcanzado en estos años y preparar mejores condiciones para las luchas que se sucederán antes, durante y después de las próximas elección, si es que éstas se realizan.
II. Muchos compañeros peronistas piensan que las elecciones son condicionadas y fraudulentas pero que la mejor forma de derrotar los planes de la dictadura es participar en las mismas apoyando las listas del FREJULI.
Al mismo tiempo dirigentes prominentes del peronismo y el FREJULI llaman a los obreros peronistas a confiar en sectores dirigentes de las FF.AA. que, insinúan, están dispuestos a proteger un posible triunfo del FREJULI el 11 de marzo. Llaman al peronismo a “hacer buena letra” para “no hacerle el juego a las provocaciones de la dictadura.”
Llaman a confiar en López Aufranc y Carcagno. Pero si bien, al parecer, los altos mandos tienen desacuerdos respecto a si proscribir o no al FREJULI, todos ellos están de acuerdo en el contenido del “Acta Institucional”. Tanto Lanusse y los mandos superiores de la Marina, responsables directos ambos de la masacre de Trelew; como López Aufranc, principal responsable del asesinato de Cepeda; Carcagno, represor del Cordobazo; y Sánchez de Bustamante, están de acuerdo con ese acta que establece con toda claridad que no habrá “Cámpora al gobierno, Perón al poder”, sino que, en el mejor de los casos sólo puede haber “Cámpora al gobierno, la Junta de Comandantes al poder.”
Por eso, de triunfar en estas condiciones el FREJULI, sus representantes suponiendo que quisieran hacer no podrán hacer nada. Porque el poder de decisión estará en otra parte. Estará en la Junta de Comandantes.
¿Es ésta la aspiración que surge de los Cordobazos, Rosariazo, los Tucumanazos y de tantas huelgas y paros de estos años?
¿Es que los compañeros peronistas se quieren conformar con esto?
¿Esperanzarse en generales “blandos” del tipo de López Aufranc no es meterse en un callejón sin salida? Repetir la historia de derrotas del voto a Frondizi en 1958, o a Frammi en 1962?
¿No es ya un error marchar en un Frente con un candidato a presidente de dudosa extracción conservadora y uno de la vieja estirpe del fraude oligárquico? ¿Con sectores que usando la camiseta peronista son representantes de intereses oligárquicos o monopólicos? ¿O con odiados jerarcas sindicales mantenidos por la patronal y el Estado al frente los sindicatos? ¿Y con otros que ya traicionaron antes el voto peronista como el partido de Frondizi responsable de las peores entregas al imperialismo y de la cárcel de miles de peronistas?
Aceptando, en la práctica, el gobierno compartido con la Junta de Comandantes, centenares de combatientes presos no podrán ser liberados; porque las armas, las rejas y la “justicia” seguirán en manos de los asesinos de Trelew, Cesaris, Mena, Pampillón, y tantos otros, caídos en la lucha antidictatorial.
Estas preguntas y reflexiones nacen de la experiencia de estos años y las hacemos de combatiente a combatiente.
Hemos estado y seguiremos estando juntos en la pelea. Y en las organizaciones sindicales y populares para recuperarlas para el combate y la revolución.
No debemos permitir que Lanusse, u otros, utilicen las proyectadas elecciones del 11 de marzo para emponzoñar nuestras relaciones fraternales.
Por eso, de combatiente a combatiente, queremos explicar a los obreros peronistas y a los peronistas revolucionarios la posición de los comunistas revolucionarios frente a las elecciones.
Frente a la dictadura acosada por las luchas populares y carcomida por sus revolucionarios llamamos al pueblo a enfrentar este último paso de sus proyectos tramposos VOTANDO EN BLANCO, como señal de repudio y como camino para derrotar a la dictadura no crear en el pueblo falsas ilusiones, como en 1958 con Frondizi o en 1962 con Framini. No queremos, como entonces, perder el voto. La clase obrera y el pueblo están fortalecidos y si hoy enfrentan decididamente este intento dictatorial podrán también derrotarlo, ganar aún más fuerza, y afianzar su camino revolucionario.
Existen, para ello, condiciones inmejorables. Desesperada por la combatividad y el repudio popular la dictadura trama nuevas maniobras (la proscripción del FREJULI, o golpes y contragolpes de Estado). Enfrentando sin concesiones la trampa electoral de la dictadura, los comunistas revolucionarios llamamos a los compañeros peronistas a enfrentar con una escalada de lucha revolucionaria a la escalada represiva de las clases dirigentes, a organizarse para luchar empleando medidas aún más profundas que el voto en blanco si esas maniobras se consuman.
III. Compañero Peronista: La Revolución exige destruir el poder de los oligarcas y los monopolios. Poder económico, burocrático, jurídico y represivo. Eso no se conseguirá “por las buenas”; sólo se conseguirá con la lucha armada, como enseña la experiencia nacional e internacional. Las urnas pueden ser a veces usadas a favor del pueblo. Pero no se consigue el poder con las urnas. Menos aún cuando ellas son tramposas. No habrá Argentinazo triunfante por las elecciones como dice Cámpora. Sólo habrá Argentinazo triunfante con una insurrección triunfante.
Ese es un camino duro. Lo sabemos. Pero es el único camino que lleva al triunfo a la Revolución. Que lleva a destruir el poder de los oligarcas y monopolios y al triunfo del poder popular revolucionario, dirigido por la clase obrera.
Esa revolución ya está en camino. Está en germen en la Argentina popular de obreros, campesinos explotados, jóvenes y mujeres que han combatido duramente estos años. Hay que fortalecerla y no debilitarla con falsas ilusiones.
Por todo ello compañero peronista te llamamos a votar en blanco el 11 de Marzo.
Votar en blanco será una demostración de que la Argentina popular quiere y puede triunfar.