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09 de abril de 2020

Docentes de la Ciudad de Buenos Aires

Con hambre no se puede estudiar ni hacer cuarentena

La Agrupación Docente Enriqueta Lucero, lista Azul y Blanca de la CCC CABA describe las difíciles condiciones en la que llevan su lucha por enseñar y participar junto a toda la comunidad de familias y estudiantes en la emergencia sanitaria.

Desde el domingo 15 de marzo, lxs docentes y las familias de la CABA estamos, tensionados y corriendo. A lxs docentes nos tensionaron porque, entre lunes 16 y jueves 19, nos cambiaron constantemente las tareas y los criterios. Lxs que trabajamos en más de una escuela vimos cómo nos pedían cosas distintas según las ideas del/la supervisor/a. “Tengo hijxs que no van a tener escuela y no tengo quien los cuide ¿tengo que ir?”, “Tengo EPOC ¿tengo que ir?” Eran las preguntas que muchxs nos hacíamos cuando nos decían “Van todos a la escuela”.

La falta de una dirección adecuada por parte del Ministerio de Educación de la CABA nos hizo perder tiempo, preciado, para armar el acompañamiento que sería necesario en el tiempo de una cuarentena que ya se veía inevitable. La cuarentena llegó y organizó parte de la incertidumbre. Porque muchas de las pretendidas “propuestas” del Gobierno, que hacían más hincapié en la forma que en el contenido, se hicieron imposibles.

Desde ahí estamos corriendo para armar un dispositivo de acompañamiento de emergencia, y a distancia. Guías, blogs, aulas virtuales. Eso, que llevaría mucho tiempo e inversión, en días y a pulmón. Trabajando 24×7, contactando a familias y estudiantes, respondiendo a preguntas para las que, muchas veces, tuvimos que aprender en forma autodidacta minutos antes. Tratando de contener, simultáneamente, a nuestras familias.

Todo esto sabiendo que el centro de nuestra acción hoy es acompañar, y no exigir. Sabiendo, también, que lo virtual nunca va a reemplazar a lo presencial; pero que es imprescindible para sostener, hoy, ese vínculo pedagógico. Así sea con la tarea más sencilla. Por último, sabiendo que no podemos pretender tener dispositivos tecnocráticos a la europea, cuando no están garantizados ni la computadora con conexión, ni los datos del celular… ni la comida. Otra vez la forma por sobre el contenido. Esa forma que le permite decir “cumplimos” a un funcionario, frente a una cámara de TV.

En paralelo al proceso centrado en el accionar didáctico, vimos lo errático del dispositivo de viandas y/o comedor. Lo habitualmente escaso y poco nutritivo se repartió aún peor. Se les pedía a las familias llegarse a la escuela diariamente en un contexto social que les decía que no salgan de sus casas y no se garantizaba personal para repartir la comida en las escuelas.

Como durante la cuarentena es indispensable garantizar la alimentación de todxs lxs estudiantes para, después, poder hablar de cualquier tipo de acción didáctica, dimos la pelea y conseguimos que se repartan quincenalmente. Fue un primer triunfo que logró el conjunto de la comunidad educativa, y que festejamos.

Pero es insuficiente. Primero porque no se hace universal el acceso, en un contexto donde muchos de lxs estudiantes no están teniendo otra cosa para comer, pretenden usar los listados de pedidos de beca anteriores a la cuarentena. Segundo, no se garantiza comida, sino que se les da viandas a la inmensa mayoría según la modalidad ordinaria que ya tenía cada escuela. Negando nuevamente el cambio en la profundidad de la necesidad. Tercero, sigue obligando a las familias a movilizarse, y en un contexto donde salir de los barrios se hace cada vez más difícil por los propios controles, llegando a sufrir amenazas… ni que hablar si la familia en cuestión vive en provincia. Esto último claramente logra que muchas familias ni intenten llegar, a pesar de necesitarlo.

Además, existen denuncias sobre presiones a docentes precarizadxs para garantizar el servicio. Mientras, el gobierno de la ciudad hizo el show mediático de convocar docentes voluntarixs, y a lxs anotadxs no lxs convocó en ningún momento para ninguna tarea.

Como docentes sabemos que, para muchas familias, la escuela pública es la única versión del Estado a la que tendrán acceso. Lo tuvimos eso claro cada vez que fuimos parte de salir a dar respuesta al hambre, a los abusos que sufren lxs chicxs, o cada vez que lxs persiguieron por portación de cara.

Por eso, tenemos claro que es necesario que se conformen comités de crisis por barrio, con centro en cada escuela. Que incluyan a referentes de esa escuela, de desarrollo social, de salud, y de todos los organismos oficiales necesarios. Que incluyan también a lxs cooperadores como representantes de las familias, a las organizaciones barriales, sean culturales, deportivas, políticas y/o sindicales. Que permitan una distribución efectiva a todxs lxs estudiantxs que lo necesitan, y simplemente lo hagan saber a su escuela. Un comité de crisis que, así si, convoque a que cada docente aporte, voluntariamente, a ayudar a garantizar el proceso pedagógico de nuestrxs chicxs.

Al virus le ganamos entre todos.

Con hambre no se puede estudiar, ni hacer cuarentena.

 

Agrupación Docente Enriqueta Lucero – Azul y Blanca – CCC CABA