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02 de octubre de 2010

Con los K crece la dependencia

Hoy 1312 / Pagan la deuda, entregan el petróleo, sojizan el país

1. El “ajuste” inflacionario
La pulseada desatada por la inflación se ha convertido en “la madre de todas las batallas”.
Con el alza brutal de los precios, los monopolios, las cadenas de comercialización y el gobierno (a través del aumento de la recaudación del IVA y ganancias) realizan un “ajuste” sobre los salarios, jubilaciones, planes sociales. La lucha de los trabajadores, los jubilados y los desocupados enfrenta ese “ajuste”.
La inflación acumulada en los últimos 12 meses superó ampliamente los aumentos salariales del año pasado: milanesa 90,6%, supremas de pollo 80,9%, pata-muslo 47,8%, papas 52,4%, azúcar 36%, leche para bebés 28,8%, etc. En marzo aumentó: el pan común 32%, papa 23%, asado 9,73%, pollo 5,05%, huevos 7%, etc. Salarios y jubilaciones suben por la escalera y los precios por el ascensor.
Los más perjudicados por la inflación son los más pobres: la canasta básica de alimentos aumentó, este año, el 19% (Asoc. de Consumidores Libres). En Provincia de Buenos Aires hay 1.000 villas de emergencia donde viven 2.000.000 de personas. Hay más de 5.000.000 de trabajadores “en negro”, sin salarios de convenio, en el país.

El camino de la lucha

La conquista de los trabajadores del Astillero Río Santiago de $4.300 de salario inicial, y la gran lucha de los portuarios del Gran Rosario, los paros en la alimentación, los de la carne, entre otros, han trazado el camino para enfrentar el ajuste inflacionario.
La lucha de los obreros del ARS, la gran huelga de los docentes fueguinos y los de otras provincias, las jornadas por Fuentealba, la lucha de los trabajadores de la salud santiagueños, de La Pampa, Capital Federal y Buenos Aires, trazan el camino de los estatales contra “el ajuste K”.
En esa misma lucha contra “el ajuste K” están las movilizaciones, acampes y cortes de los desocupados y los jubilados. También la de los campesinos pobres y medios. El 19 de abril, día del aborigen americano, se movilizarán a Plaza de Mayo y en cada provincia, con una convocatoria multisectorial a todos los sectores en lucha.

2. El apriete chino
Néstor K definió la alianza estratégica con China. Desde el gobierno alentó el cultivo de soja, que desplazó al trigo y otros granos, a las verduras y frutas, y barrió con la ganadería, provocando el alza de precios de los alimentos.
Como ya había ocurrido durante décadas con la producción de carne para los ingleses, y de trigo y carne para los rusos, atar la producción agraria a “un gran comprador”, lleva a subordinar la economía del país a la voluntad de ese gran comprador. Ahora es la soja con China.
La relación comercial entre Argentina y China es favorable a China: el año pasado nos compró por 3.600 millones de dólares y nos vendió por 4.800 millones. En dos meses de este año la ventaja para China fue de 600 millones.
El gobierno K forcejeó aplicando trabas a algunas importaciones como el calzado. Luego Cristina K suspendió su viaje a Pekín, cuyo gobierno se había irritado por un juicio, aquí, a altos dirigentes del gobierno chino. Ahora Hu Jintao, presidente de China, excluyó a la Argentina en su gira; visitará Brasil, Venezuela y Chile. Y, en medio de la cosecha, trabó la importación de aceite de soja, bloqueando negocios por valor de 2.000 millones de dólares.
La soja, de casi $ 1.000 bajó a $ 810 la tonelada. Según el presidente de Cargill, China apunta a “discutir las relaciones comerciales de manera más amplia y, seguramente, lograr una baja en el precio que paga por el aceite de soja”, (Clarín, 4/4). Es decir, presionan para liberar importaciones que destruyen ramas de la industria nacional, y amenazan bajar el precio de la soja.
Cargill y las demás cerealeras y aceiteras, casi todos monopolios imperialistas, presionan para que el gobierno vuelva atrás con las tibias medidas proteccionistas que tomó. En el gobierno (y socios y amigos K) hay grupos de presión a favor de China: funcionarios como Zanini, empresarios como Franco Macri y Werthein. Un coro de opositores apoya a China: Patricia Bullrich (CC), Gustavo Ferrari (grupo De Narváez), Jesús Rodríguez (UCR), Samuel Cabanchik (Proyecto BA).
China no es “un país emergente”, como lo embellecen. Es una potencia imperialista que disputa con los yanquis y los otros imperialismos la hegemonía mundial, para lo que debe expandir sus “esferas de influencia”, ganar mercados para sus productos y saquear materias primas.
¿Qué harán los chinos? Si bajan el precio de la soja puede darse una situación como estaba antes con la 125. ¿Qué harán los Kirchner que ya creían tener en el bolsillo los 600 millones de dólares de las retenciones? En un país dependiente como el nuestro, el aletear de una mariposa en China puede provocar un terremoto.

3. Deuda y 2 de abril
El lunes pasado el gobierno pagó intereses de bonos que están en manos de los bancos “amigos K” por 204 millones de dólares, con reservas del Banco Central. El inminente canje con los bonistas provocará más endeudamiento. “Vamos a hacer el canje y después vamos a ir por el Club de París”, dijo el ministro Randazzo, y agregó: “la Argentina va a regularizar todas sus deudas”.
No importa que crezca el hambre, o que el sistema sanitario y educacional esté en crisis, el gobierno argentino va a pagar las deudas que se han demostrado ilegítimas a cualquier costo.
El canje con los bonistas lo motoriza el banco inglés Barclays, el mismo que es principal accionista de la empresa Desire Petroleum, que opera la plataforma inglesa que inició el saqueo del petróleo en nuestras aguas.
Es correcta la definición de la presidenta en Ushuaia: “Pretender soberanía a 14.000 kilómetros de distancia no es sostenible histórica, geográfica ni jurídicamente, ni por el sentido común. Es un ejercicio de colonialismo”. Pero llevar a los hechos esa definición exige que se sancione al Barclays que es un instrumento de ese colonialismo; a la British Petroleum (cuyo fondo financiero compró el Barclays), a los capitales ingleses de La Alumbrera, al HSBC que financia esas petroleras. Pero el gobierno no hace nada de esto. ¿Quiere salvar el canje con los bonistas? Dar tiempo a los ingleses a que confirmen la existencia de petróleo explotable sería un desastre estratégico para la Argentina.
El imperialismo inglés está mal: “la economía británica tendrá que someterse a una estricta dieta para evitar caer en el default” (La Nación, 4/4). El gobierno laborista, al que es tan afecto el kirchnerismo, adelanta las elecciones para no caer. Miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de los Comunes (la principal en el parlamento inglés), del partido oficialista y del principal partido opositor, calificaron al gobierno actual de Gordon Brown de “sumiso caniche toy ante la administración estadounidense”, (Ambito Financiero, 5/4).
Cristina K viaja a Washington. Asistirá a la reunión sobre “seguridad nuclear” organizada por los únicos que usaron bombas atómicas contra otro país, para atacar a la República Popular de Corea y a Irán por su desarrollo nuclear.
La obsesión pagadora de los Kirchner les viene de que están convencidos que, una vez que arreglen las cuentas con los usureros, éstos le van a dar “plata fresca”, con bajos intereses, para llegar al 2011 con chances. ¿Están dispuestos a depositar ofrendas en Pekín, Londres y Washington, para ese objetivo?

4. El entrevero
El Congreso casi no funciona. El gobierno, el Congreso y la Justicia se torpedean mutuamente.
Avanza el juicio por las coimas en la compra de aviones de Aerolíneas Argentinas a Embraer. El “sobreprecio” pagado es del 10%, y mucho más si se comprueba que los aviones son usados. También avanza la investigación a Jaime, ex secretario de transporte K. La Justicia frenó una licitación en favor de Cristóbal López, de apuestas por Internet, que moverá $ 1.500 millones. Sigue la disputa por Telecom, la quiere Kirchner asociado con Eurnekian. Bulgheroni (en sociedad con el Estado chino, y los ingleses) amenazan con disputar YPF a Kirchner-Eskenazi, clave del sueño K de convertirse en un “gran petrolero”.
El entrevero por arriba es fenomenal. Se lucha por porciones de poder, por las cajas, y por grandes negocios.

5. Terciando
Las fuerzas obreras y populares, patrióticas y democráticas, van terciando, y reagrupando fuerzas en la lucha. Tercian frente al ajuste inflacionario de las patronales y el gobierno. Tercian con el acto unitario exigiendo al gobierno y al Congreso el no pago de la deuda ilegítima y la soberanía en Malvinas. Tercian con actos en todo el país en homenaje a los caídos en la Guerra Nacional de Malvinas. Tercian, como el 24/3, contra el fascismo que se reagrupa, como un autollamado “Comando de la resistencia”, defensor del genocidio y la entrega del país de Videla y Martínez de Hoz, y que ve el “origen de la postración de la patria”, en “la soberanía popular”.
El entrevero entre los de arriba profundiza la crisis institucional. El kirchnerismo condena al fascismo, pero no lo barre; y grupos de poder rivales le hacen un lugar a esos grupos en frentes “destituyentes”, es decir, golpistas.
Hemos sido y somos opositores a todo golpe de Estado, porque son instrumentos de los grupos de poder para imponer gobiernos que sin sujeción a ninguna ley garanticen la opresión al pueblo.
La fuerza del pueblo está en impulsar la lucha social y política, reagrupando a las fuerzas obreras y populares, patrióticas y democráticas. Con las enseñanzas de la Revolución de Mayo, del Argentinazo, la rebelión agraria, la huelga de Kraft y el acampe chaqueño, marcan el camino para conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, y prepararse para cambios bruscos de situación.
La recuperación de la organización de los obreros del frigorífico Yaguané y la Comisión Interna de los trabajadores del Banco Nación de Buenos Aires, muestran que la clase obrera busca el camino de la lucha, creando condiciones para hegemonizar la unidad que permita refundar una nueva Argentina, haciendo realidad su segunda y definitiva independencia.