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19 de junio de 2013

Julio Leguizamón, secretario general del gremio, y Roberto Carpano, abogado del sindicato, nos cuentan del proceso de recuperación y la querella contra los jerarcas sindicales.
 

Condena judicial a jerarcas echados en el 2008

Sindicato Químico De Bahía Blanca

El 31 de mayo del 2013, el Juzgado en lo Correccional N° 2 de Bahía Blanca condenó a los ex dirigentes del sindicato Adalberto Sade, Carlos A. Alonso, y Raúl O. Menéndez por defraudación al patrimonio de los trabajadores.

El 31 de mayo del 2013, el Juzgado en lo Correccional N° 2 de Bahía Blanca condenó a los ex dirigentes del sindicato Adalberto Sade, Carlos A. Alonso, y Raúl O. Menéndez por defraudación al patrimonio de los trabajadores.
En el 2008 el Sindicato Químico sufría una situación de retroceso y pérdida de derechos, frente al cual se desarrolló un movimiento amplio de unidad y recuperación sindical, basado en delegados de fábrica y los jerarcas corruptos fueron echados de la organización por asamblea. A partir de allí, en un proceso electoral democrático, fue elegida la actual conducción en el 2008, ratificada luego en nueva elección en el 2012. Entrevistados por hoy, el secretario general del Sindicato, Julio Leguizamón, y el abogado del sindicato Roberto Carpano, nos informan sobre la situación.
El compañero Leguizamón nos dice: “Durante los últimos años la mayoría de los trabajadores del Polo Petroquímico fuimos recuperando paulatinamente el poder adquisitivo de nuestro salario. En nuestro programa rechazamos el planteo de que había que negociar a la baja para no perder puestos de trabajo, y en el 2009 -en medio de la crisis-, hicimos el paro más duro del polo petroquímico, y ganamos. Ahora en el 2013, ante la nueva oleada de la crisis y la presión del gobierno por un tope del 20%, acabamos de firmar los acuerdos salariales por el 28%; y que éste se eleve en el caso de la inflación lo supere, midiéndola por estadísticas confiables acordadas con las empresas, y no por el Indec trucho.
“Otro punto de nuestro programa fue pelear y lograr que los trabajadores tercerizados tuvieran el mismo nivel salarial de los efectivos de las grandes plantas del polo como Dow Chemical, Solvay, y Profertil, y lo seguimos logrando en la paritaria del 2012. Así llevamos a la práctica la lucha contra la precarización y la tercerización, en el camino de lograr la efectivización de la mayoría de los trabajadores del Polo Petroquímico.
“La sentencia del Juzgado contra los dirigentes traidores es la culminación de la denuncia que, por mandato de asamblea, presentamos e impulsamos en representación de la comisión directiva todos estos años. Porque la recuperación del sindicato por los trabajadores no es sólo desplazar a los jerarcas de sus cargos, sino también castigarlos en todos los terrenos”.
Roberto Carpano, abogado del sindicato y de la querella penal nos dice: “En este caso los trabajadores del Sindicato Químico han vuelto a demostrar que se pueden recuperar los sindicatos de manos de los jerarcas traidores, y desarrollar al sindicato como herramienta de la clase obrera para la lucha y conquista de sus reivindicaciones, y al mismo tiempo, golpear la corrupción de las jerarquías sindicales. Así se impulsó la querella penal, se evitó que se cajoneara el expediente y prescribiera el delito, y terminó hoy en la sentencia por defraudación del Juzgado Correccional N° 2 de Bahía Blanca.
“La condena a los jerarcas sindicales corruptos es un hecho poco común hasta ahora en la vida sindical, donde se considera “normal” que los dirigentes dispongan del patrimonio de los trabajadores como si fuera de ellos, y no como un delito que debe ser castigado. Esta sentencia golpea a la corrupción y al rol de los dirigentes sindicales como agentes de las patronales, y también a la política del Estado que alimenta desde el Ministerio del Trabajo la burocratización y corrupción de los jerarcas sindicales. El Ministerio de Trabajo consiente de hecho el robo del patrimonio de los sindicatos, los sobornos patronales, y los negociados. Esta corrupción es parte de la transformación de los jerarcas sindicales en agentes de la burguesía en el movimiento obrero; mientras que el Estado ejerce el control político de los grandes sindicatos nacionales con el otorgamiento de las personerías gremiales y con complicidad permiten el fraude en muchas de las elecciones sindicales en manos de los jerarcas traidores”.