Noticias

27 de agosto de 2025

Crecen los peligros de guerra

Condenamos la amenaza militar yanqui a Venezuela

Con la excusa de combatir al narcotráfico, el gobierno de Estados Unidos ha desplegado en el mar Caribe hacia las costas de Venezuela varios destructores, un crucero guiado por misiles, aviones de reconocimiento, buques anfibios, al menos un submarino nuclear de ataque y más de 4.500 efectivos. El despliegue incluye al Grupo Anfibio Listo para el Combate Iwo Jima y a la 22ª Unidad Expedicionaria de Marines.

¿Combate al narcotráfico con submarinos nucleares, misiles y marines? Indudablemente se trata de excusas para justificar la intervención militar contra la autonomía de países soberanos y pueblos oprimidos que no controlan. Así sucedió con la intervención militar a Panamá en 1989 para capturar a Manuel Antonio Noriega acusado de narcotráfico, con la gigantesca propaganda sobre la existencia de armas químicas que justificó la invasión a Irak en 2003 o el apoyo al golpe de Estado en Bolivia en 2019, también con el argumento del combate al narcotráfico.

Estos planes del imperialismo yanqui se combinan con una corriente interna ultraderechista encabezada por María Corina Machado, que se apoya en el creciente descontento popular por la situación económica y represiva que se vive en Venezuela y que proclama abiertamente la idea de una intervención extranjera directa, que ponga fin al gobierno de Maduro.

El gobierno venezolano convocó a los 4.5 millones de las milicias bolivarianas a movilizarse: “todos los milicianos, milicianas, reservistas y ciudadanos que quieran dar un paso al frente” se concentren en plazas públicas, cuarteles y sedes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

En marzo, el ejército estadounidense ya había enviado destructores a zonas cercanas a la frontera entre Estados Unidos y México para apoyar la misión del Comando Norte (Northcom), el nuevo operativo operará bajo las órdenes del Comando Sur (Southcom). La administración Trump comunicó en ese momento, que la prioridad fundamental del Pentágono era “defender” a los Estados Unidos, incluyendo entre otras medidas “cerrar las fronteras, repeler formas de invasión, la migración masiva ilegal”. También prevé “opciones militares” para “asegurar” el control sobre el Canal de Panamá.

Este operativo del imperialismo yanqui en lo que considera “su patio trasero”, representa una escalada en su política injerencista, que sanciona a Brasil por la condena al golpista Bolsonaro, que designa embajador en Argentina al gusano Lamelas para apoyar a Milei contra la creciente oposición interna y ahora amenaza la soberanía de Venezuela y el conjunto de los pueblos y países de América Latina y el Caribe.

La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum se pronunció contra el despliegue militar de EEUU cerca de Venezuela, rechazó el “intervencionismo” y reafirmó su postura de defensa de la soberanía y solución pacífica de las controversias. Por su parte Gustavo Petro en Colombia se pronunció contra la injerencia yanqui en Latinoamérica. “Colombia y Venezuela son el mismo pueblo, la misma bandera, la misma historia. Cualquier operación militar que no tenga aprobación de los países hermanos es una agresión contra Latinoamérica y el Caribe”. En el mismo sentido el presidente de Bolivia Luis Arce, sostuvo que los pueblos de Latinoamérica deben prepararse para “resistir y vencer al fascismo” que acecha a la región.

También los 10 países que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) condenaron “el despliegue militar estadounidense en aguas del Caribe”, señalando que “desplegar fuerzas militares bajo pretextos falsos” tiene “la clara intención de imponer políticas ilegales, injerencistas y contrarias al orden constitucional de los Estados de América Latina y el Caribe”.

El secretario general de la ONU António Guterres llamó a ambas partes a resolver sus diferencias “por medios pacíficos” y a evitar una escalada militar.

Potencias imperialistas como China y Rusia reiteraron su apoyo al gobierno venezolano frente a las presiones de Washington.

Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea vienen aplicando políticas intervencionistas con bloqueos y sanciones económicas sobre la República Bolivariana de Venezuela. El gobierno de Milei, subordinado a la política exterior yanqui, es cómplice de este intervencionismo.

Desde el PCR defendemos el derecho del pueblo y la nación venezolana a decidir sobre su propio destino, sin ningún tipo de injerencia de potencias extranjeras. Denunciamos esta nueva escalada del imperialismo yanqui en su ofensiva por el dominio de nuestra región, como parte de la lucha imperialista por el control del mundo.

Del mismo modo nos pronunciamos por el derecho inalienable a la autodeterminación de los pueblos y países oprimidos.

 

Escribe Elena Ríos

hoy N° 2074 27/08/2025