Este tribunal, que condenó al Estado de Israel por crímenes de lesa humanidad, limpieza étnica y aplicación del terrorismo de Estado contra el pueblo palestino, fue convocado por distintas organizaciones. Entre ellas la Federación de Entidades Argentino-Palestinas, el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino, el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, el Servicio Paz y Justicia, la Federación Universitaria Argentina, la Federación Judicial Argentina, la Federación de Asociaciones Gallegas, el Club Sirio Libanés de Buenos Aires y la Unión Cultural Armenia. El Tribunal, fue presidido por el jurista Ernesto Moreau, e integrado por la diputada del Frente para la Victoria, María Elena Chieno, el obispo emérito de la Iglesia Metodista Aldo Echegoyen, el ex ministro de RREE de Paraguay, Alejandro Hamed Franco y la periodista, coordinadora del Foro Itinerante de Participación Popular de Venezuela, Hindu Anderi.
A su turno varios testigos calificados, por conocer muy de cerca las situaciones extremas que vive Palestina ocupada o por participar de organizaciones que atienden las continuas violaciones de los derechos humanos en esa región del Medio Oriente, denunciaron los hechos, muchas veces con voz entrecortada por la emoción. Entre ellos el jurista, Beinusz Szmukler, la diputada (MC) Cecilia Merchán, Estela Cardozo, una joven solidaria que a través de una ONG viajó a Belén.
Luego, la compañera psiquiatra Lucila Edelman, puso especial énfasis en lo que pudo conocer en un viaje reciente participando de una delegación del Equipo Argentino de Trabajo e investigación Psicosocial, que tomó contacto con colegas palestinos. Recordó el caso de una madre que les contó que su hijo de 12 años, se hallaba en la escuela de un campo de refugiados en Jenin cuando llegaron los soldados israelíes. Los maestros intentaron ponerlos a salvo. Los niños salieron en tropel para dirigirse a sus viviendas y fueron baleados a mansalva. Un proyectil dio de pleno en la cabeza de su hijo, asesinándolo en el acto. La madre, recordó la testigo Edelman, conserva la bala, así como otras madres palestinas guardan como doloroso recuerdo las ropas ensangrentadas de sus hijos igualmente asesinados. Pero estas madres continúan la lucha contra la impunidad y la ocupación. También, Edelman contó que los ocupantes talan los olivares casi al ras, para obligar a que los campesinos abandonen la zona donde han vivido toda la vida, por falta de posibilidades de trabajo.
Como peritos, hicieron su aporte la periodista y escritora Stella Calloni, la investigadora Elsa Bruzzone, la coordinadora de Relaciones Internacionales de “Stop the Wall”, Maren Montovani, y el psiquiatra Darío Lagos, integrante también del Eatip, quien recordó que en 1948 cuando empezó la ocupación, las tierras pertenecientes a Palestina eran del 52% y ahora han sido reducidas a un 13%. Explicó que no tiene dudas que “la vivencia de un país ocupado afecta inevitablemente la identidad de un pueblo”. A esto hay que agregar lo que significa convivir con una fuerza militar extranjera, como también le ocurre al pueblo haitiano actualmente. Lagos expresó que otro tema doloroso es el de los prisioneros palestinos. “En junio del año pasado había 4.600, y actualmente llegan a 4.901, de los cuales 14 son mujeres, 236 son jóvenes y 39 son menores de 16 años. Hay 530 presos de por vida. Todos malviven en celdas de dos metros por un metro, aislados, sin visitas de familiares, y expuestos a continuas golpizas por parte de sus carceleros”.
Se denunciaron crímenes de guerra
Actuaron como fiscales el abogado Carlos Zamorano y su colega Sabrina Dentone. Como defensores, actuaron los abogados Gerardo Etcheverry y Daniel Salvador Hassan. El jurado estuvo integrado, entre otros, por el diputado (mc) Miguel Monserrat, el médico Jorge Rachid, Hugo Blasco, de la Federación Judicial Argentina, Emilio Cornaglia de la FUA, Eduardo Massad del Club Sirio Libanés, y el escritor Vicente Zito Lema.
En la sentencia se planteó que la conducta genocida del Estado de Israel cuenta con la complicidad de Estados Unidos y países de la OTAN; que los hechos producidos expresan una clara naturaleza expansionista y anexionista, que genera crímenes de guerra y de lesa humanidad, especialmente el apartheid, segregación. Se denunció además la impunidad de décadas para estos hechos, y que “el Estado de Israel debe cesar su conducta agresiva, guerrerista, colonizadora y de limpieza étnica, resolviendo el problema de los refugiados y facilitando la formación de los dos estados soberanos, dentro de fronteras seguras para ambos, en participación y contralor de la ONU, tomando como base la resolución 1850 del Consejo de Seguridad, del 16 de diciembre de 2008”.
El Tribunal ético, instó al pueblo argentino a “participar activamente en la convocatoria original de los palestinos al boicot, desinversión y sanción al Estado de Israel a causa de su conducta en Palestina, hasta que se allanen a cumplir con el derecho internacional”.
