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19 de agosto de 2020

Jujuy

Condenaron a prisión perpetua al femicida de Alejandra Oscari

El martes 18 de agosto culminó el juicio donde el Tribunal en lo Criminal Nº 1 condenó a Oscar Oscari a prisión perpetua por “el homicidio de una mujer, perpetrado por un hombre, mediando la violencia de género, que padeció la víctima durante toda su vida”.

Recordamos que Alejandra Oscari, de 22 años, fue quemada viva en un sector a las afueras de la localidad de San Pedro el 5 de mayo del 2017. Ese día, el acusado, su padrastro,  tras haber mantenido una discusión con Alejandra en el interior de la vivienda donde ambos vivían, la agredió físicamente, la trasladó hasta el acceso a la ciudad, incendió el cuerpo de la joven, quien murió debido a la asfixia por inhalación de anhídrido carbónico y posterior carbonización.

Desde ese momento la abuela materna, Primitiva, la Casa de la Mujer María Conti y el movimiento de mujeres no pararon en la lucha por justicia por la joven sanpedreña.

 

La querella a cargo de la Doctora Mariana Vargas, al igual que los fiscales, había requerido la prisión perpetua. Con ella dialogamos para que nos relate la historia de opresión y violencias de Alejandra.

“Alejandra padeció la violencia de género desde su infancia de parte de Oscari y su mujer Guerrero. Esta violencia fue de todo tipo,  castigos físicos, descalificaciones. La perita dio cuenta de que una niña de 6 años expresaba con llantos y gritos ser una criatura indefensa. Alejandra fue víctima y testigo de las situaciones de violencia. También su rol de mujer la puso en el lugar de sirvienta de esa casa, padeciendo una relación de servidumbre”.

“Alejandra  fue víctima en la niñez de esa relación asimétrica entre adultos e infancias, donde los adultos son un grupo generacional dominante, una de las formas de violencia  patriarcal, que se manifiesta con un poder verticalista, ejercido por los adultos sobre los niños y niñas, generando ese contexto patriarcal una posición de desventaja de mujeres e infancias respecto a los varones, naturalizando violencias y abusos de toda índole” denuncia la abogada.

Vargas señala que en el Poder Judicial de San Pedro se presentó una denuncia por violencia hacia la niña con un expediente tramitado en el 2001, pero el Estado no resguardó a Alejandra arrojándola a ser víctima de más violencias y abusos, que se mostró con absoluta crueldad el 5 de mayo de 2017.

“A la violencia padecida en la infancia, siguió la violencia en su adolescencia y juventud. A ella se le impidió un libre desarrollo y expresión de personalidad mediante la prohibición, la inhibición, el forzamiento y extrema opresión. Por ser mujer, le tocó las pautas de aceptación y adecuación a las mismas.” denuncia Vargas ejemplificando que Alejandra no salía sola, debía pedir permiso y era castigada  si era vista con su novio, con quien mantenía una relación a escondidas.

Agrega la abogada que “Alejandra fue víctima de violencia desde los 5 años hasta su muerte. Y que el rol que tenía la joven respecto del femicida era de “pareja”, así eran vistos, siendo vigilada en todos sus movimientos”, añadiendo que como “el asesino era violento Alejandra no se dejó ayudar por sus compañeras y compañeros porque sentía que él era una amenaza para quien la ayudara”.

“El femicidio fue el último peldaño de poder que tuvo el femicida para poseer y controlar a Alejandra, en el marco de una relación de dominación masculina y subordinación de la mujer, que en este caso fue Alejandra” señala Vargas, afirmando que “en este crimen estuvieron presentes dos elementos: el odio o aversión a las mujeres y la responsabilidad estatal, al favorecer la impunidad. Por eso en este caso hablar de feminicidio es lo más acertado, una niña a quien el Estado no resguardó legitimando la violencia”.

“Desde la querella y el movimiento de mujeres estamos muy aliviadas con esta condena, y esperamos que sea un fallo que alumbre otras causas, como el femicidio de Gladis Choque que aun aguarda la revisión de la sentencia en el Superior Tribunal de Justicia de Jujuy” finalizó Mariana Vargas.