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02 de octubre de 2010

Los pasillos del Hospital Ramos Mejía y del Gutiérrez vienen siendo testigos del colapso sanitario, pero también de cómo los trabajadores de la salud se vienen organizando y luchando para enfrentar esta situación.

Condiciones laborales en hospitales porteños

Hoy 1276 / La gripe A agudiza la situación

En las paredes del Gutiérrez pueden leerse carteles como: “A la comunidad hospitalaria: más insumos, más personal, pago del plus sanitario, para hacer frente a la emergencia sanitaria”, y están firmados por trabajadores autoconvocados y médicos residentes, quienes convocan a asambleas y movilizaciones desde la puerta del hospital. Sabemos que esto mismo sucede en todos los hospitales porteños.

Los que bancan la crisis
Las enfermeras, en la primera línea de lucha contra la gripe A, están en contacto físico directo con los afectados por el virus. Y en general, en condiciones desiguales porque faltan elementos y porque los hospitales tienen un déficit crónico de personal, que se agrava aún más, porque las enfermeras se enferman y algunas de ellas mueren. Las enfermeras y enfermeros tienen una profunda vocación de servicio, pero esa pelea por la vida que libran a diario se da en inferioridad de condiciones. Basta recordar que el déficit estimado por el gobierno nacional es actualmente de unas 45 mil enfermeras. Sólo para la ciudad de Buenos Aires, se estima un déficit de 10 mil.
Es necesario exigir que las autoridades del sector decidan generar condiciones dignas elementales para el desempeño de la tarea. Hablamos de uniformes, baños con duchas, guarderías, jornada de trabajo normal, y por supuesto un sueldo que permita vivir con un solo trabajo. En conclusión: “Más enfermeras menos muertes”.
En los hospitales porteños la situación es crítica. “Los que se están bancando la crisis son los residentes de primer año de clínica médica que trabajan 14 horas por día. No cobran y no tienen ningún tipo de cobertura y encima se enferman por ser integrantes de uno de los grupos más susceptibles”, informó Pablo Kohan, integrante de la Asociación de Profesionales en Formación y médico residente del Hospital Borda. “Nosotros tenemos unos 80 trabajadores que se infectaron con el virus y tuvimos una compañera internada grave, pero se está recuperando”, describió Gustavo Lerer, del hospital Garrahan y delegado de ATE.

La interhospitalaria denuncia
Trabajadores de la salud de varios hospitales porteños se reúnen y se organizan a través de la “interhospitalaria”. Profesionales de los hospitales y centros de salud del gobierno de la ciudad se movilizan y en una conferencia de prensa en el Hospital Ricardo Gutiérrez denunciaron: “La resolución del ministro de Salud porteño Dr. Lemus de terminar con las horas SAME y los módulos asistenciales y de establecer un tope salarial de cinco guardias mensuales remuneradas (no se cobra a partir de la sexta guardia trabajada), implica una brusca reducción salarial del 40% para más de un millar de médicos y profesionales que en promedio realizan ocho guardias mensuales. Es oportuno aclarar, que este conjunto de profesionales tienen un cargo fijo y viene desempeñándose en el mismo desde hace años.
Los profesionales más afectados son los que integran los programas de emergencias Padu clínico, Padu pediátrico, Pediatras en casa, hemodinamia, trasplantes, Hola Mamá y los de consultorios externos de los Cesac.”
También han realizado una presentación en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires para exponer la situación de salud con respecto a recursos humanos (guardia SAME, módulos, falta de enfermería, ausencia de ART para concurrentes, etc.), recursos de bioseguridad en esta emergencia sanitaria (barbijos, camisolines y guantes), medicación, etc.
La lucha hoy pasa por unir a toda la comunidad hospitalaria, frente a la emergencia sanitaria por la epidemia de gripe A, denunciando desde las reivindicaciones particulares, la situación de los hospitales y centros de salud absolutamente colapsados, en donde los profesionales y trabajadores de salud trabajan prácticamente a destajo, sin las condiciones mínimas de seguridad ni económicas. No tomar medidas al respecto es castigar a los que vienen poniendo el hombro al hospital público y un verdadero atentado a salud de la población.