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16 de octubre de 2013

Más de 5.000 estudiantes, docentes e investigadores de ciencias sociales -fundamentalmente de historia, pero también sociólogos, economistas, antropólogos y filósofos- se reunieron a debatir contenidos y exponer sus trabajos entre el 1° y el 4 de este mes en la ciudad de Mendoza, en el marco de las XIV Jornadas Interescuelas de Historia. 

Conocer para transformar

La disputa político ideológica en el terreno de las ciencias sociales

Se trata del encuentro más importante de su tipo. Y si bien parte de los núcleos más reaccionarios de la academia ha dejado de concurrir debido a la “vulgarización” con la que identifican la masividad de las jornadas, es el escenario en el que se mejor se expresan -y luchan- las tendencias teóricas y políticas que atraviesan el reñido campo de la historiografía nacional. 

Se trata del encuentro más importante de su tipo. Y si bien parte de los núcleos más reaccionarios de la academia ha dejado de concurrir debido a la “vulgarización” con la que identifican la masividad de las jornadas, es el escenario en el que se mejor se expresan -y luchan- las tendencias teóricas y políticas que atraviesan el reñido campo de la historiografía nacional. 
Los comunistas revolucionarios tenemos pendiente el desafío de construir en Argentina un fuerte ejército cultural, como insistía Mao. Lo cual es particularmente importante en este momento político. En general, porque estamos en una etapa de acumulación de fuerzas revolucionarias donde debemos disputar palmo a palmo a las masas, empujando experiencias de lucha que incluyen el terreno de la ideología y la política. Y más en particular, porque aun deteriorándose seriamente, el kirchnerismo se ha dado una política muy eficaz para ganar a sectores decisivos de la intelectualidad y la cultura. El problema no acaba allí, sino que en muchos casos se trata de personalidades y liderazgos de fuerte influencia sobre el conjunto del pueblo, justamente por su trayectoria de la lucha por cambios de carácter nacional y popular en nuestro país. De modo que la batalla en el campo de la intelectualidad y la cultura -si bien tiene sus leyes específicas, como todo- es parte de la disputa política ideológica general que libramos frente a las clases dominantes y el kirchnerismo en particular.
Con esta perspectiva, los comunistas revolucionarios encaramos la disputa de las Jornadas Interescuelas con distintos tipos de iniciativas orientadas a fogonear una corriente de cientistas sociales de izquierda, nacional, popular y antiimperialista. Muchos de nosotros presentamos trabajos sobre la historia de la clase obrera urbana o rural, la historia de la izquierda y el campo popular, la cuestión agraria, la participación de las mujeres en la gesta independentista, o sobre cambios estructurales en el país. 
A la vez, participamos de la convocatoria del Centro de Estudios Sociales Críticos de Mendoza a un panel sobre “La clase obrera y la revuelta popular en el siglo XX argentino”. Más de 100 personas participaron de esta iniciativa amplia en la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas, realizada con compañeros con o sin pertenencia orgánica, de extracción peronista, autonomista, trotsquista y -en nuestro caso- comunista revolucionaria. Allí verificamos el poder de la verdadera historia como herramienta de esperanza revolucionaria, de unidad del campo popular, y de disputa política, ya que repasando la revuelta obrera y la represión en La Forestal en el Chaco en 1921, y el ciclo de puebladas de los años 60 y 70 -Mendozazo y Tucumanazo- todos quedamos muy entusiasmados poniéndole fichas a nuevas revueltas que encabezadas por el proletariado argentino den vuelta la torta de esta realidad injusta. 
Y a la vez, a través de sus expositores y la iniciativa, el panel ofreció un camino para miles de jóvenes estudiantes e investigadores que encararon una carrera de ciencias sociales para comprender y cambiar el mundo, y luego el sistema busca la manera de absorberlos para transformarlos en poleas de transmisión de ideas naturalización y justificación de lo existente. De hecho, quedó planteada la necesidad de conformar un espacio nacional de los estudiantes, docentes e investigadores que compartimos estas inquietudes, para dar la pelea en conjunto. 
Por último, los compañeros del zonal de Mendoza sostuvieron durante todos los días de las Jornadas una importante mesa de la librería Raíces, convirtiéndose en el único stand que ofreció títulos de autores marxistas. En la medida en que ese tipo de libros y otros de carácter popular y antiimperialista son una necesidad que el mundo editorial y librero no suele atender, la mesa resultó un éxito, con casi 200 ejemplares vendidos de distintos autores. Son semillas que van al encuentro de tierra fértil en un momento de cuestionamientos y búsquedas de alternativas. Con nuestra presencia y la articulación de distintas iniciativas, vamos dando pasos en la construcción del ejército cultural indispensable para la revolución.