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12 de febrero de 2020

La epidemia se propaga por el mundo

Consecuencias económicas y sociales del coronavirus

Al momento de escribir esta líneas (9/2), el gobierno de China reconoce más de 800 muertos y cerca de 40 mil afectados por el coronavirus. Con el paso de los días, aparecen, además de la preocupación por la propagación de la enfermedad, en el país asiático y en todo el mundo, las consecuencias económicas, sociales y políticas.

El 6 de febrero falleció el médico chino Li Wenliang, uno de los primeros en advertir por la propagación de este virus, en diciembre del año pasado. Con su muerte se supo que la policía le advirtió que dejara de “hacer comentarios falsos”. Durante los primeros días de enero, el gobierno fascista chino, en un intento por minimizar la gravedad de la situación, dijo falsamente que el contagio se daba sólo a través del contacto con animales infectados, y no ordenó que los trabajadores de salud usaran barbijos y ropas especiales. El revuelo fue tal que a finales de enero, la Corte Suprema de China “reconoció” que la actuación policial respecto al joven médico había sido un error.
Esto es lo que se conoce, pese al férreo control de los jerarcas imperialistas sobre las redes sociales, en la que muchos chinos expresan su descontento con las brutales medidas de aislamiento y de “circulación restringida” a las que están siendo sometidas millones de personas.

El coronavirus y la economía

El coronavirus ya ha pasado a ser, además de una “emergencia internacional sanitaria”, para la Organización Mundial de la Salud, un factor que está afectando fuertemente la economía china y la internacional. Pese a que el mandamás chino Xi Jinping le aseguró a su par estadounidense Donald Trump que “tiene todo bajo control”, y que “el virus no afectará a la economía a largo plazo”, el parate económico que informan los medios especializados es impresionante.

En China hay más de 2,8 millones de fábricas, está considerado como el mayor productor del mundo. Según el canal especializado en economía, CNBC (yanqui), el gobierno chino ordenó que las empresas y negocios de 24 regiones permanezcan cerradas hasta el 10 de febrero al menos, prolongando las vacaciones por el Año Nuevo Lunar. Hay gigantescos conglomerados, algunos de capitales imperialistas norteamericanos, alemanes, y de los propios chinos, que están paralizados. Se menciona como ejemplo a Foxconn, compañía donde se hacen la mitad de los iPhone que se distribuyen a nivel mundial, y donde trabajan 350 mil personas. La lista en el rubro de la electrónica es extensa, y abarca a todas las tiendas de Apple en China, varias de Samsung, las oficinas de Google en China, Hong Kong y Taiwan. Lo mismo ocurre con la industria automotriz, que en 2018 produjo 23,5 millones de vehículos para el público masivo y 4,3 millones de coches para la industria. No hay datos certeros, pero varias empresas han cerrado total o parcialmente, como Tesla, Ford, Fiat Chrysler, Honda Motor, Renault, Nissan, General Motors.

Se conoce además que este parate industrial en China está afectando a centenares de empresas en todo el mundo, que ven disminuida su producción ante la falta de insumos o partes provenientes de este país. Las agencias especializadas reportan que el precio del petróleo alcanzó su nivel más bajo en más de un año, por la disminución de la demanda de China. Lo mismo ocurre con el cobre, que bajó aproximadamente un 13% en las últimas dos semanas. Ya hay distintos estudios sobre la reducción del crecimiento económico de China y mundial para 2020, producto de la vastedad de la infección del coronavirus.

En varios países se ha restringido el acceso de ciudadanos chinos, incluso comenzando a exigir visa, como en el caso de Paraguay. Crece el pánico en muchos lugares, donde se agotan las existencias de mascarillas o víveres, como en Hong Kong, y se han visto escenas de rechazo hacia chinos en muchos lugares. En lo local ya se dice que ha bajado la venta en los súper chinos.

Propaganda para tapar la crisis

Es notable cómo, al menos en nuestro país, desde muchos medios de comunicación y connotados “periodistas” se han dedicado estos días a ensalzar el abordaje del gobierno chino de esta gigantesca crisis sanitaria y social. El video difundido por el gobierno chino que muestra la construcción de un hospital en diez días fue repetido hasta el hartazgo, siempre con comentarios elogiosos hacia las autoridades chinas.
Nada dicen estos medios de las opiniones contrarias al gobierno chino por parte de muchas personas, que se han filtrado a través de videos o mensajes, pese al inmenso aparato estatal que impone un control fascista sobre la población. Como ejemplo, se dio a conocer cómo la policía china “advierte” a la gente que se ponga barbijo, desde drones que vigilan las calles.

No estamos en condiciones de saber el grado de resistencia de la población hacia el gobierno que están generando las medidas para el “mantenimiento de la estabilidad” que pretenden los gobernantes chinos, pero no hay dudas que ésta, la mayor crisis de salud pública enfrentada por China en la era de Xi Jinping se ha convertido en una crisis social, que traerá consecuencias.

Hoy N° 1802 12/02/2020