Los sectores populares y de izquierda tienen el reto de aprovechar el acumulado alcanzado estos días, y afirmar una táctica que permita reconstruir una opción popular para enfrentar las elecciones del año próximo.
Los sectores populares y de izquierda tienen el reto de aprovechar el acumulado alcanzado estos días, y afirmar una táctica que permita reconstruir una opción popular para enfrentar las elecciones del año próximo.
El 4 de febrero del presente año se realizó la Consulta Popular que puso en la picota al correísmo, los resultados con el 98.3% escrutado es el siguiente: pregunta 1: Sí 73.9% No 26,07%; pregunta 2: Sí 64,34% No 35,66%; pregunta 3: Sí 63,18% No 36,82%, pregunta 4: Sí 73,74%; No 26,26%; pregunta 5: Sí 68,8% No 31,2%; pregunta 6: Sí 63,22% No 36,78%; pregunta 7: Sí 67,46% No 32,54%.
Estas cifras demuestran claramente un triunfo de los sectores populares y sociales, de las fuerzas políticas opositoras al correísmo, que lideraron la exigencia al presidente Moreno de convocar a consulta y la posterior campaña. Es un error querer asumir esto como un capital político de Moreno, o un respaldo a su política. La forma como se desenvolvió la campaña, la diversidad de actores inscritos demuestra la amalgama de fuerzas que alcanzaron el triunfo, todas y cada una de ellas de manera distinta aportaron a este triunfo.
Desde el 2008 ninguna Consulta Popular ha tenido un porcentaje tan alto de votos a favor de la tesis afirmativa, eso muestra el desgaste del correísmo y el accionar multiplicador del discurso que llamó a cambiar el país, de acabar con el autoritarismo y la prepotencia. Cabe destacar la alta votación por el Sí en los territorios en que la izquierda y el movimiento popular organizado tienen estructura y fuerza, en esos sitios la campaña permitió recuperar contactos, afirmar base social, desenmascarar el oportunismo. Esta votación es una estocada a Correa, las muestras de rechazo fue una constante, las mismas que llegaron incluso a pequeñas refriegas en varias ciudades del país.
El voto negativo no es totalmente del correísmo, un porcentaje le pertenece por supuesto a él, otro a los caciques locales que desesperados por defender su reelección y precautelar sus espaldas hicieron campaña por el NO, existe un sector de esta votación que sin ser correísta votó contra Moreno. El ex presidente a toda costa intenta afirmar su base social, aunque acuda a manipular las cifras, sin partido político que lo auspicie a él y a varias figuras de su círculo cercano, las elecciones del 2019 se le vuelve cuesta arriba.
Los sectores populares y de izquierda tienen el reto de aprovechar el acumulado alcanzado estos días, y afirmar una táctica que permita reconstruir una opción popular para enfrentar las elecciones del año próximo. Sin duda un escenario de disputa será la puesta en práctica de lo aprobado por el pueblo en Consulta, la movilización hará que los cambios expresados en las urnas puedan ser significativos, y superar los conciliábulos a los que la burguesía criolla está muy acostumbrada, caso contrario el anhelo de cambio se disolverá en los bastidores de Carondelet y la Asamblea. La derecha y el propio morenismo trabajarán por bajar la intensidad de las demandas sociales, es nuestro deber organizar la lucha por el cumplimiento de las ofertas.
