A partir del cierre de la fábrica, el 28 de diciembre, los trabajadores, con gran adhesión de la comunidad local, iniciaron los reclamos. La semana pasada cortaron las rutas nacionales 3 y 226, y actualmente permanecen en Plaza Alsina, al lado del municipio azuleño en un acampe con 300 personas aproximadamente. Las protestas por el cierre de Fanazul crecieron en los últimos días y cuentan con una creciente solidaridad de la comunidad de Azul que se acercan al acampe a llevar su apoyo y compartir el mate y las comidas con las familias de los trabajadores que se encuentran en la Plaza.
Es un conflicto que está dentro de la órbita nacional, al ser Fanazul una de las cinco plantas que nuclea la Dirección de Fabricaciones Militares y depende directamente del Ministerio de Defensa. El director de Fabricaciones Militares, Luis Riva, ante los requerimientos en defensa de la fuente de trabajo ha sostenido que no habrá una "vuelta atrás" en esta cuestión. Explicó que él asumió en 2017 con la consigna de estabilizar a la empresa estatal en tres años. Destacó que la planta es sumamente deficitaria por lo que el cierre de la planta de Azul es una forma de ajustar este número, teniendo en cuenta que la definió como la planta "más improductiva". Como puede observarse la decisión de cerrar esta plata estratégica para la defensa nacional se inscribe en la política del gobierno de Macri de ajustar despidiendo a miles de trabajadores y de dejar a nuestro país sin defensa nacional.
Si bien ésta es una fábrica que está en el ámbito nacional también exige que el gobierno de María Eugenia Vidal de una respuesta ya que se trata de una fuente de trabajo vital para una ciudad de la provincia de Buenos Aires.
Desde hace 71 años que Fanazul es un emblema de Azul y el cese de la fábrica implica un gran impacto no solo a nivel social, por la cantidad de familias que quedaron sin empleo, sino que incidirá en la economía local. "Son alrededor de 250 sueldos de un nivel importante, que impactan directamente en el comercio. Estamos hablando entre 5 y 7 millones de pesos de ingresos anuales sobre una localidad de 60.000 habitantes", precisó un comerciante de esa localidad.
Esta grave situación llevó a que se constituyera en Azul un comité de crisis para organizar la lucha y la solidaridad y para abrir un canal de diálogo con las autoridades responsables de la fábrica y con las autoridades municipales, provinciales y nacionales. A su vez, el comité fue el encargado de armar un proyecto para mantener en actividad la fábrica para presentar ante el Poder Ejecutivo. La propuesta parte de la potencialidad productiva de Fanazul, teniendo en cuenta el desarrollo de la producción minera de la zona.
La lucha continúa exigiendo el mantenimiento de la fuente de trabajo, la comunidad de Azul realizará una caravana desde la municipalidad hasta Fanazul donde habrá una suelta de globos a modo de reclamo, previa a la reunión del miércoles con las autoridades.