El gobierno no pudo argumentar que las ollas populares ni las movilizaciones impidieron la circulación para ir a trabajar. Centró su discurso en que el paro era político.
Efectivamente, fue un masivo repudio a la política de hambre y entrega nacional del gobierno.
La CGT en sus vacilaciones y arrinconada por los sectores más combativos del movimiento obrero tuvo que llamar al paro del 29.
Fue el Plenario de Regionales de la CGT y el Movimiento Sindical para el Modelo Nacional de Moyano-Palazzo sumado el Smata de Pignanelli, las CTA y el movimiento de los Cayetanos, que llamaron al paro con movilización del 30 de abril, lo que pegó fuerte en toda la base del movimiento obrero.
El otro hecho clave fue la aceptación en grandes masas obreras y populares de apoyar a la convocatoria del Frente Patriótico del Partido Justicialista y las 18 fuerzas políticas que firmaron, entre las que está el Partido del Trabajo y del Pueblo, a las candidaturas de los Fernández como punto de confluencia para derrotar electoralmente a Macri en Octubre.
El Paro del 29, con las ollas populares de los desocupados, como en Rosario, y actos en todo el país de los Cayetanos, como en Córdoba por el aniversario del Cordobazo, los metalúrgicos de Acindar, con asambleas en la alimentación, como en Mondelez, los trabajadores Marítimos de astilleros de Mar del Plata y Río Santiago de Ensenada y la adhesión de los jubilados, es hacer lo necesario para dar la batalla política para derrotar a las poderosas fuerzas de las Finanzas, monopólicas e imperialistas que desde el control del corazón del Estado sostienen la candidatura de Macri.
Comisión Sindical
