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03 de agosto de 2016

Posicionamiento de la Lista Compromiso, de docentes e investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán ante las denuncias de corrupción.

Corrupción en la Universidad Nacional de Tucumán

No queremos pagar el ajuste

En las últimas semanas el diario local ha sacado a la superficie hechos de corrupción en la Universidad Nacional de Tucumán: desde la apropiación de bienes de la institución por personajes que no pertenecen a la comunidad universitaria (casas de Horco Molle y San Javier), pasando por el procesamiento del anterior rector Cerisola por mecanismos dudosos en la asignación de los recursos del YMAD (minera) hasta llegar al cuestionamiento de Secretaría de Políticas Universitarias sobre un presunto déficit de $700 millones de pesos apuntando al aumento del plantel no docente, como causa principal.
El actual vicerector ha dicho que se está pagando la fiesta del YMAD en referencia a que el gobierno pondrá la lupa sobre los gastos de la Universidad. Creemos que a dicha fiesta la deben pagar los que la organizaron y asistieron no siendo una excusa para hacer pasar el ajuste que se propone desde el gobierno nacional.
Contraponer la corrupción a un necesario aumento presupuestario es, cuanto menos, tramposo.
Preocupados por la situación, la lista Compromiso conformada por docentes e investigadores de la UNT elaboramos un documento que reproducimos a continuación:
Lo que era un secreto a voces se destapó finalmente: las casas de Horco Molle eran usurpadas por amigos y conocidos de funcionarios de la UNT. Un bien que se supone de la Comunidad Universitaria quedó en posesión de unos pocos personajes, como devolución de favores electorales. Estas denuncias se suman a otras: la UNT está observada por la SPU por un supuesto déficit de 700 millones de pesos; el ex rector Cerisola está procesado por la malversación de fondos del YMAD; la planta de personal no docente tiene más de un centenar de cargos fantasma, también hay auditorías en la Unidad Ejecutora de Negocios y en las Facultades.
Al mismo tiempo, tenemos un presupuesto que no alcanza para el funcionamiento de las facultades y las escuelas y ASUNT tiene sus cuentas en rojo.
Debemos decir que estos problemas de la UNT han sido causados por una política que no valora la educación ni a la universidad pública, ni a sus recursos humanos, que permite la corrupción y que retacea los fondos necesarios. Tanto el anterior gobierno como el actual se han amparado en las herramientas brindadas por la LES del menemismo, para ahogar al sistema universitario. Tácticas viejas, pero en nuevas versiones corregidas y acomodadas a la política de turno, han llevado al sistema a una situación de crisis permanente que todos conocemos, con sus consecuencias más visibles: la precarización y postergación del estamento docente, el retraso de los proyectos de investigación y la deserción estudiantil. 
En este sentido, aparece con fuerza una práctica incorrecta que ya discutíamos durante el menemismo: no tenemos recursos del estado, ergo, hay que cobrar aranceles. 
Mirando el marco general, esta situación le viene como anillo al dedo al gobierno de Macri para hacerse el distraído con respecto a aportar un refuerzo presupuestario necesario para recuperar el sistema y resolver la crisis. Total, dicen, si le damos algo lo malgastan.
Como el gobierno nacional no ha resuelto el problema del déficit fiscal heredado, las denuncias de corrupción en la Universidad calzan justo para justificar un recorte presupuestario. Desde la misma SPU se ha deslizado la intención del macrismo de esperar hasta las elecciones legislativas del 2017 para comenzar a reducir al sistema de educación superior pública.
Hay que decir que esta línea ajustadora encuentra eco en un sector de las autoridades: si lo de YMAD fue una fiesta, como dice el vicerrector, que la factura la paguen los que se beneficiaron.
Por esto pensamos que es necesario defender y sanear el presupuesto de la UNT, para que pueda sostener efectivamente el quehacer académico, por lo que nos oponemos a cualquier tipo de recorte o ajuste encubierto. Hay que investigar tanto el despilfarro de fondos como el abuso de los bienes de la Universidad y hay que exigir a los responsables que devuelvan lo que robaron.
Es necesario que busquemos los caminos para obtener justicia y reparación.
Pasa a ser fundamental la aplicación plena del Convenio Colectivo de Trabajo y la Carrera Docente, lo que implica recursos por parte del Estado. Hay que exigir presupuesto para esto y para alcanzar condiciones dignas de trabajo y de estudio.
La condición para lograr esto es lograr la más amplia unidad para la lucha no solo entre los docentes sino con los estudiantes y los no docentes. La experiencia del primer cuatrimestre a nivel nacional lo demuestra y fue posible bajo la consigna de la lucha contra el ajuste y en defensa de la Universidad y la Educación Pública. 
 
Tucumán, 1 de agosto de 2016
Lista Compromiso-UNT