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21 de marzo de 2012


Cosa de fantasmas

Hoy 1411 / El caso Boudou-Ciccone

Hay mucha preocupación en el gobierno por el allanamiento a Vandenbroele, el personaje denunciado como testaferro de Boudou.
Antes de mirar esos papeles, ya apareció la segunda nota que involucra a Boudou en la estafa de Ciccone. Se la mandó al Banco Provincia de Buenos Aires, y dice: “Reciban a esta gente”. Esa “gente” era Vandenbroele. Lo atendió el presidente del banco, y luego el directorio acordó no objetar el levantamiento de la quiebra, para que pudiera adueñarse de Ciccone.

Hay mucha preocupación en el gobierno por el allanamiento a Vandenbroele, el personaje denunciado como testaferro de Boudou.
Antes de mirar esos papeles, ya apareció la segunda nota que involucra a Boudou en la estafa de Ciccone. Se la mandó al Banco Provincia de Buenos Aires, y dice: “Reciban a esta gente”. Esa “gente” era Vandenbroele. Lo atendió el presidente del banco, y luego el directorio acordó no objetar el levantamiento de la quiebra, para que pudiera adueñarse de Ciccone.
Ya era un lío de película que Vanderbroele, este monotributista que dice ganar $ 1.500, manejara una imprenta de altísima calidad e imprimiera millones de billetes de $ 100.
Pero ahora es más que un lío de película: es un caso de “fantasmas”. Salió a la luz que la verdadera dueña de Ciccone es Dusbel SA, empresa extranjera, de nacionalidad desconocida, que aportó $ 2,4 millones de origen igualmente desconocido, asociada en partes iguales con Tierras International Investments CV, un fondo holandés que figura disuelto en el Registro de Comercio de Amsterdan. El único domicilio que hasta ahora dio Dusvel, resultó ser la casa de un empleado del Automóvil Club.
En todo este embrollo lo que queda claro es que, gracias a Boudou, un grupo fantasma iba a imprimir los billetes de $ 100 argentinos. Un lujo del gobierno K, ya que costaban casi el doble de los impresos por gente de carne y hueso.
Boudou cosecha escraches, ahora que se va conociendo a este discípulo de Alsogaray (ganocida del golpe contra Perón en 1955, luego reciclado por Menem). Antes fue en la Fiesta de la Vendimia, en Mendozo. Ahora silbidos y el grito de “¡Chorro!” fueron la respuesta a su discurso en el acto de homenaje a las víctimas de la AMIA. No le va bien a los K con los vicepresidentes.