1. Estamos mal y vamos para peor
1. Estamos mal y vamos para peor
“En la periferia de las ciudades empiezan a verse los estragos de la inflación galopante, la pérdida de empleo y la disminución de ingresos. (…) Un temor inconfesado de muchos intendentes es que la conflictividad social se desmadre si el ajuste no es compensado con medidas de contención” (La Nación, 10/4). Este diagnóstico de la realidad de la Argentina profunda no es de un enemigo del gobierno de Macri; es de Eduardo Fidanza, una de las cabezas de la consultora y encuestadora Poliarquía. Confiesa, además, “la sorpresa” de sus encuestadores por el crecimiento de familias que “comen una vez por día”.
“Comienzan a verse los estragos”, dice Fidanza. La nota está escrita antes de que se empiece a aplicar el tarifazo en el transporte, el gas y el agua. Seguramente lo dice con los papeles en la mano de lo que informan los gurúes económicos de los empresarios para el resto del año: “lo peor está por venir”, “la inflación acumulada desde octubre fue 25%” sin aumentos en los salarios, la inflación y la recesión se agravarán para el segundo y tercer trimestre del año, por lo que el 2016 se cerraría con una inflación del 36% y una recesión de entre el 1,5% y el 2,3%.
Macri reunió a su “gabinete social”. No le preocupan los 1.400.000 nuevos pobres y los 350.000 nuevos hambreados que provocó su política. Gastó cientos de miles de millones de pesos para subsidiar a las cerealeras, las petroleras, las mineras y los grandes terratenientes. Lo que asusta a Macri es que “la conflictividad social se desmadre”, en una Argentina que acumula una larga historia de estallidos populares y huelgas combativas.
2. La corrupción K
Después de años de silencios y complicidades, ahora, de la mano del “arrepentido” Fariña, algunos jueces comenzaron a escarbar una de las ramas de la monumental corrupción del grupo económico Kirchner: la adjudicación de las obras públicas a sus testaferros (como Lázaro Báez) y socios (como Cristóbal López), los sobreprecios y el descontrol total sobre la realización de esas obras, la vía de dinero a través de “financieras” como La Rosadita, el lavado, entre otros medios, a través de los hoteles de la propia familia Kirchner, y el envío a paraísos fiscales.
En otras ramas, por ahora hay mucho bla-bla y se avanza poco o nada: vaciamiento o saqueo de la Anses, bancos estatales, PAMI, Obra Social bonaerense, conexiones con la corrupción brasileña (Petrobras y Oderbrech). No se toca a las empresas privadas asociadas a las del grupo K. Y solo apareció, hasta ahora, una punta del narconegocio: la asociación de Aluar con Omar “Cura” Segundo, dueño de Poseidón, Harengus y Alpesca. Esta última recordada en la “Operación Langostino”, por el hallazgo de 100 kilos de cocaína.
Mucho ruido y pocas nueces. No hay una sola medida de cárcel efectiva, ni de decomisación de los bienes mal habidos y el uso de esos fondos para la emergencia social que vive el pueblo.
Cristina trata de victimizarse, y montarse sobre el malhumor y la bronca que crecen frente al ajuste y la entrega macrista. Pero no puede evitar el retroceso de su fuerza, tanto en el Congreso como en el peronismo político y sindical.
3. La corrupción M
El escandaloso destape de “Panamá papers” le dio un duro golpe al intento de Macri de presentarse como tribuno de “la transparencia”. No solo por la empresa fantasma en ese país, Fleg Tradin, y por Kagemusha. Mercier, la empresa de Grindetti, su ministro de Hacienda en la Ciudadde Buenos Aires, lavó millones de dólares.
Es una película que recién comienza. Ahora se ha publicado que entre los aportistas a su campaña electoral hay 33 integrantes de agencias de publicidad, 20 de seguridad privada, 7 de una constructora y 4 gerentes de otra de higiene urbana, todas vinculadas a la gestión porteña. La ley de financiamiento de Partidos prohíbe las “contribuciones” de concesionarias o contratistas de obras. Y los aportes millonarios de empresas del grupo Román, la petrolera china Sinopec y otras, superan los montos permitidos por ley.
Conviene recordar que Mauricio Macri, siendo vicepresidente y luego presidente de Sevel, fue sobreseído por la Corte Suprema menemista, en un fallo escandaloso, por el fraude de la exportación, con subsidios, de autopartes, a Uruguay, reimportadas luego como autos armados. También, que ocupó cargos en empresas de la familia durante la dictadura, cuando el grupo Macri aumentó su capital de 12 empresas a 64.
4. Unidad para nacionalizar las luchas
Hay muchas luchas y protestas populares ocultadas por los multimedios monopólicos que trabajan para “la gobernabilidad” de Macri.
La CCCrealizó una jornada por sus reclamos, y denunciando el encarcelamiento de Nelson Salazar, reclamando su libertad. Un paro del Centro de Jefes y Oficiales Maquinistas Navales paralizó los puertos, en reclamo de 35% de aumento. Santa Cruz y Tierra del Fuego están al borde del estallido y se sostienen las luchas de los docentes y estatales en varias provincias. El 19/4 se marcha a un paro nacional de ATE, y jornada de movilización de la CTA Autónoma, la CCC y otras organizaciones.
Las 5 centrales preparan una marcha para el 29/4 contra los despidos, por la emergencia ocupacional, la emergencia alimentaria, un aumento de emergencia a los jubilados y los cambios que viene reclamando el movimiento obrero en ganancias.
Urge un paro activo nacional multisectorial que unifique las luchas contra la política macrista de ajuste y entrega.
5. Fogonear el paro y el debate en las masas
Crece el malhumor, la bronca y las protestas contra la política macrista. Se desnudan sus falsas promesas, va quedando en evidencia que su ajuste es a los de abajo y llena los bolsillos de monopolios y bancos. Empieza a aparecer la verdad de su carrera empresarial y política. Cristina trata de aprovechar ese desgaste, pero no le va bien.
Fogonear el paro nacional que urge, exige unirlo a la gran discusión que hay en amplias masas populares, mostrando que hay una salida popular y nacional a esta situación de inflación galopante y recesión. Salida que tiene que partir de plantarse con un paro nacional. Conscientes de que, como los “cerebros” de los enemigos del pueblo reconocen, estamos mal y vamos para peor.
Reducir el debate a la polaridad entre Macri y Cristina es una trampa. Hoy, parte de los que, para que se vaya Cristina votaron a Macri, van calando al nuevo gobierno. También, parte de los que, para que no venga Macri votaron al kirchnerismo, ven el país que dejó y su terrible corrupción.
Hoy es más necesario que nunca jugar activamente en ese gran debate político en el seno del pueblo, fortaleciendo y ampliando las multisectoriales y el Frente Popular, el PTP y el PCR. Ese es el camino para preparar a los trabajadores y los campesinos, las mujeres y los jóvenes, y los demás sectores populares, para las tormentas sociales y políticas que se avecinan.