Noticias

11 de junio de 2015

Tras la renuncia de Joseph Blatter a la presidencia de la FIFA, en la que había sido reelecto apenas cinco días antes, siguen saliendo a la superficie chanchullos por millones y millones de dólares. Además, recrudece el embate de Inglaterra y Estados Unidos para que se revise la asignación de las sedes de los mundiales, Rusia 2018 y Qatar 2022.

Crece la pelea por la FIFA

Tras la renuncia de Blatter

Blatter debió renunciar precipitadamente al conocerse que el secretario general de la FIFA Jérôme Valcke había pagado un soborno de 10 millones de dólares a Jack Warner, presidente de la Concacaf entre 1999 y 2011, para que ésta Federación votara por Sudáfrica para el mundial de 2014. Nuevamente, el periódico yanqui New York Times fue quien dio a conocer el dato, y volvió a actuar como vocero oficioso de la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, que está investigando los casos de coimas y lavado de dinero, que entre otros implican a los argentinos Alejandro Burzaco y Hugo y Mariano Jinkis, hasta ahora prófugos. El fallecido Julio Grondona, en el momento del soborno a Warner, era el jefe de Finanzas de FIFA.
Los mecanismos de la FIFA establecen que debe reunirse un nuevo Congreso, lo que no sería posible antes de diciembre de este año. No se sabe si los opositores a Blatter continuarán la presión, obligándolo a dejar el cargo antes de esa fecha. En ese caso podría asumir el representante de Camerún, o el de España, los vices más antiguos. 
Detrás de esta ofensiva hacia los actuales directivos de FIFA, como dijimos en una nota anterior, se oculta una pelea de mafiosos por el control de una organización que maneja miles de millones de dólares, y que tiene un creciente peso en la política internacional, por la influencia de todo lo que gira alrededor del fútbol profesional en millones de personas.
 
La UEFA va por la 
presidencia de FIFA
Ya en los días previos a la reelección de Blatter, quedó claro que la poderosa UEFA, la organización que nuclea a los clubes y países de Europa, va por la dirección de FIFA. El mecanismo actual, en una FIFA que tiene más naciones integrantes que la ONU, es el que permitió al sector de Blatter conservar el poder estos años, con los votos de Asia, África y América Latina. La UEFA ha reiterado que podría llegar a separarse, y armar un campeonato exclusivo de los clubes europeos como Barcelona, Bayern, Juventus, etc., y negar los jugadores latinoamericanos a sus selecciones.
La disputa por la sede de los mundiales es uno de los temas que este “Fifagate” ha puesto al rojo vivo. Tras la renuncia de Blatter, con el lenguaje hipócrita que caracteriza a los piratas ingleses, el ministro de Cultura de Gran Bretaña John Whittingdale declaró que, si se revoca la sede Rusia 2018, “Contamos con las instalaciones y el montaje necesarios para organizar ese evento”. El primer ministro inglés David Cameron, cual si fuera la madre Teresa de Calcuta, afirmó que la ONU y el G7 deben “utilizar el escándalo de la FIFA para romper el ‘tabú internacional de señalar con el dedo’ a entidades corruptas”.
El gobierno de Putin envió una “señal” a los rivales europeos de los ingleses, anunciando, a través de Nikita Simonian, jefe interino de la Unión de Fútbol Rusa, que podrían votar a Michel Platini para la presidencia de FIFA. El ministro de Deportes, Vitali Mutkó, afirmó que Platini está en contra de boicotear el Mundial de Rusia. Se sabe además que Putin está negociando con Blatter apoyar al sucesor que éste designe, a cambio de no perder la sede del Mundial 2018.
Carlos del Frade, reconocido periodista santafesino y candidato a diputado por el Frente Social y Popular, hablaba en un reciente artículo de una nueva “guerra del fútbol”, que repite como farsa el trágico enfrentamiento entre Honduras y El Salvador en 1969. Allí afirmó, certeramente, “Las guerras del fútbol… gozan de buena salud, como la hipocresía permanente del capitalismo que no solamente encuentra en el juego una herramienta de acumulación de dinero sino también una fenomenal justificación cultural”.
El otro gran frente de disputa son los negocios multimillonarios de las empresas auspiciantes y las televisoras. De éstas, se sabe ahora que Televisa (el multimedios mexicano) era dueña de los derechos de transmisión radial y televisiva de los partidos de la UEFA hasta el 2018. Televisa en 2012 transfirió esos derechos al ignoto Mountrigi Management Group Ltd. 
Así como se conoce la histórica vinculación de Blatter con Adidas, cada uno de los “sponsors” pelea por un pedazo de la inmensa torta de las pautas publicitarias, auspicios en las camisetas y estadios, merchandising, etc. El visible crecimiento del dinero puesto por distintos mandatarios árabes en el negocio del fútbol, explica en parte la cantidad de votos obtenida por el príncipe jordano Ali bin al Hussein, otro que “está listo” para ir por la presidencia de FIFA.
 
La disputa en la AFA
En nuestro país, la renuncia de Blatter calmó las aguas en el Comité Ejecutivo de la AFA, donde se avecinaba ese mismo día una tormentosa reunión. Ahora la disputa sigue por la presidencia de la poderosa entidad del fútbol argentino, que marcha a elecciones apenas una semana antes de las elecciones presidenciales de octubre.
Detrás de esta pelea por la presidencia, está obviamente el manejo de las decenas de negocios que derivan de la AFA, entre los cuales el botín más codiciado son los millonarios montos que se reparten entre los clubes por parte del programa gubernamental Fútbol Para Todos, que maneja el inefable jefe de Gabinete Aníbal Fernández.