Centenares de millones de personas podrían morir de hambre debido al mortal combo de conflicto bélico, sequía, escasez de fertilizante, bloqueo marítimo y restricciones comerciales, dijo recientemente la revista británica The Economist.
El artículo describe la situación de Ucrania a partir de la invasión del imperialismo ruso, con sus puertos en el Mar Negro bloqueados, y la destrucción de líneas de transporte terrestre, campos y silos. Del mismo modo habla de las trabas que tiene Rusia, por las sanciones de varios países a su comercio exterior. Rusia y Ucrania proveen 28% del trigo comercializado a nivel mundial, 29% de la cebada, 15% del maíz y 75% del aceite de girasol. Solo la exportación de alimentos de Ucrania, agrega The Economist, proporciona las calorías necesarias a 400 millones de personas. “Pero la guerra está interrumpiendo estos suministros porque Ucrania ha minado sus aguas para disuadir un asalto ruso por mar y Rusia mantiene bloqueado el mítico puerto de Odessa”.
Así, la guerra suma a los miles de muertos, heridos y millones de desplazados en Ucrania, el agravamiento del hambre en el mundo. En ese sentido, la ONG Oxfam, en un informe del 12 de abril, afirmó que “Más de 260 millones de personas adicionales podrían verse sumidas en la pobreza extrema en 2022”, sumando las consecuencias de la guerra a la pandemia de Covid y a las “desigualdades globales”.
El informe de Oxfam, titulado “Tras la crisis, la catástrofe”, apunta que, para finales de este año, un total de 860 millones de personas podrían vivir en situación de pobreza extrema (con menos de 1,9 dólares al día). Esto también se reflejaría en los niveles de hambre a nivel mundial: el número de personas que padecen desnutrición podría alcanzar los 827 millones este año.
La misma ONG, en una publicación del 23 de mayo, muestra la otra cara de este brutal aumento del hambre en el mundo: “Cada 30 horas la pandemia genera un nuevo milmillonario”, un nuevo término porque lo de “multimillonario” les queda chico. Y en una radiografía de cómo funciona el sistema capitalista en su etapa imperialista, va detallando Oxfam, que “la riqueza de los milmillonarios de los sectores de la alimentación y la energía aumenta en mil millones cada dos días”.
El elocuente título del informe es “Beneficiarse del sufrimiento”, y muestra que 573 personas se convirtieron en milmillonarias durante la pandemia. “La riqueza de los milmillonarios aumentó más durante los 24 primeros meses de la pandemia que durante los 23 años que transcurrieron entre 1987 y 2010. La riqueza total que actualmente acumulan los milmillonarios de todo el mundo equivale al 13,9% del PIB mundial, habiéndose triplicado desde el año 2000, cuando suponía el 4,4%”.
Estas brutales cifras están en la base de las grandes luchas que sacuden muchos países, en los que como en el nuestro, las y los trabajadores y el pueblo no están dispuestos a seguir pagando la crisis. Luchas que llegan hasta el corazón de las potencias imperialistas, como Estados Unidos, donde a causa de la creciente inflación, el 20% más pobre de las familias destina el 27% de sus ingresos a adquirir alimentos, mientras que el 20 % más rico, tan solo el 7%.
Mientras The Economist plantea como “solución” que los países no apliquen medidas proteccionistas a su producción de alimentos, como ha hecho la India, la ONG Oxfam reivindica el aporte extraordinario aplicado a las grandes fortunas en nuestro país, y plantea “Cancelar los pagos de la deuda a los países en desarrollo que precisan de ayuda urgente”.
Todo esto reafirma que tenemos que redoblar el paso en la batalla para que la crisis la paguen los que se enriquecen a costillas del pueblo, defendiendo nuestra soberanía nacional, para avanzar en el camino de la liberación de las cadenas del latifundio y la dependencia. Porque este sistema imperialista, que en su disputa nos puede llevar a una tercera guerra mundial, está absolutamente podrido y profundiza el hambre y la miseria a los pueblos del mundo.
Hoy N° 1915 01/06/2022