Días antes de estos bombardeos, la inteligencia israelí montó atentados terroristas haciendo estallar dispositivos de comunicación de Hezbolá, con el saldo de más de 30 muertos y más de 3.000 heridos, ente ellos niños pequeños, así como médicos y enfermeras, según anunció el ministro de Salud libanés. Hezbolá es un partido político y milicia armada de musulmanes chiitas (una de las grandes vertientes musulmanas junto a los sunitas), vinculado al régimen de Irán.
Ahora, con bombardeos sobre la capital del Líbano, Beirut, y otras ciudades han matado a por lo menos un centenar de personas (al lunes 30/9), y obligado al desplazamiento de casi un millón de personas. Más de cien mil personas han abandonado sus hogares para cruzar la frontera hacia Siria.
Según la CNN, el jefe de la fuerza aérea israelí, Tomer Bar, dijo a los soldados el 26/9 que la fuerza se está preparando junto con el ejército para una invasión terrestre en el Líbano. Al cierre de esta nota tropas israelíes invadían el sur del país.
Este ataque del Estado fascista de Israel es un paso más en los intentos de la camarilla que dirige Netanyahu de crear un conflicto generalizado en Medio Oriente, que fuerce a la intervención directa de Irán, y con esto chantajear a Estados Unidos con la necesidad de una intervención directa, para “garantizar la supervivencia de Israel”.
Netanyahu, el fascista primer ministro de Israel, anticipó estos ataques hace pocos días en la Asamblea de las Naciones Unidas, justificándolos en la situación en la frontera norte de Israel, donde tuvieron que evacuar poblaciones por los ataques de Hezbolá.
El gobierno israelí, cuando se está por cumplir un año de la incursión terrestre de Hamás en Israel, el 7 de octubre de 2023, abre nuevos frentes de combate como un intento de unificar la opinión pública contra un “enemigo externo”, en momentos en que crece el reclamo dentro de la propia sociedad israelí por la política de Netanyahu, que impide cualquier acuerdo de alto el fuego para lograr el retorno de los secuestrados que quedan en poder de Hamás.
Demostrando toda su hipocresía y su cinismo, el gobierno imperialista yanqui otorgó 5.000 millones de dólares adicionales en ayuda militar, dijo el Ministerio de Defensa de Israel, el mismo jueves 26. Al mismo tiempo, por las declaraciones del propio Biden y funcionarios de su gobierno, no quieren precipitar una escalada de guerra en toda la región, en momentos que continúa la invasión imperialista rusa en Ucrania, y aumenta la tensión entre China y Taiwán.
El nuevo presidente iraní Massoud Pezheskian denunció la “total falta de credibilidad de Estados Unidos”, que mientras afirma querer un alto el fuego, “en la práctica apoyan plenamente los crímenes, masacres y asesinatos indiscriminados”.
En esta escalada militar, el gobierno israelí descargó el viernes 27 cerca de 80 bombas en un complejo de edificios, y mató al líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah. Se desconoce el número de víctimas civiles, en los varios edificios derrumbados.
Desde nuestro país, el primer deber es repudiar la postura del gobierno de Milei, reiterada en su reciente discurso en la ONU, totalmente alineado con la política genocida del fascismo israelí.
Desde el PCR y las organizaciones de masas en las que participamos, redoblamos nuestra campaña en solidaridad con la causa del pueblo palestino, y denunciamos la criminal política de Netanyahu, que hoy también castiga al pueblo libanés.
hoy N° 2029 02/10/2024
