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02 de octubre de 2010

Los efectos de esta crisis prolongada y profunda nos indican que lo peor todavía no pasó para los explotados y oprimidos.

Crisis: ajustes y superexplotación

Hoy 1288 / Sobre las espaldas de los trabajadores y los pueblos

Mientras los economistas burgueses dan por terminada la recesión, en el mundo se encuentra en curso la feroz batalla sobre quién va a pagar las consecuencias de esta crisis: entre los explotados y los explotadores, entre las pequeñas y medianas empresas y  los monopolios, entre los países opresores y oprimidos, entre los distintos monopolios a nivel nacional e internacional y entre los propios países imperialistas.
Los trabajadores resisten los despidos y disminución de los salarios y las patronales, al tiempo que “ajustan costos” sobre los trabajadores y entre ellos, reclaman a sus gobiernos por nuevos subsidios. A su vez, la Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos acaba de decir que aunque se frenó la debacle en los mercados financieros y el sector inmobiliario, el gasto de los hogares “se mantiene limitado por continuas pérdidas de empleos, un crecimiento lento de los ingresos, la caída en el valor de los inmuebles y la escasez de crédito”.
La persistente inyección de dinero por la Fed en el sistema financiero ha traído un alivio a los mercados. Pero, como el consumo y la inversión siguen deprimidos, gran parte de los miles de millones de dólares provistos ha ido a crear nuevas burbujas en el mercado bursátil. En tanto la debilidad de los consumidores, impulsada por el alto desempleo, el difícil acceso al crédito y el estancamiento de los salarios, amenaza el consumo y la sostenibilidad de una recuperación económica.
En cuanto a las ventas de viviendas en EEUU, el repunte en comparación con los deprimidos niveles de un año atrás, es princi- palmente impulsado por quienes buscan gangas en propiedades que están en el proceso de ser embargadas. El mercado sigue siendo frágil y hay temores de que una nueva ola de ejecuciones hipotecarias aumente la oferta en momentos en que los bancos intentan acomodar a los numerosos deudores hipotecarios que hacen fila para reprogramar sus pagos. No todos estos prestatarios pueden ser salvados. Eso deja una cantidad desconocida de viviendas embargadas –que algunos analistas estiman que ascienden a varios millones– que podrían ingresar al mercado durante los próximos años y contribuir a una sobreoferta.
 
Los temores por China
Entretanto sigue siendo una incógnita en relación a la economía china, si este país puede concretar una demanda doméstica real y sostenida sin depender tanto del estímulo gubernamental. Pues, tras inyectar grandes cantidades de crédito en la economía, más de un billón (millón de millones) de dólares en lo que va de año, está en cuestión el uso de esos fondos: gran parte del dinero del estímulo del gobierno ha sido destinado a inversión en plantas y equipos para fomentar la capacidad de producción del país, en lugar de estimular la demanda interna. Eso exacerbará la necesidad de China de aumentar sus exportaciones, cuando también Japón y Europa dependen demasiado de las exportaciones para crecer.
Pero la demanda interna en China se ha debilitado al caer las exportaciones, debido a que el empleo de muchos chinos está ligado al sector exportador. Además, los consumidores chinos simplemente no tienen los recursos para impulsar la economía global como lo hacen los grandes consumidores en Europa o Estados Unidos. Los consumidores de estos países inyectan, en conjunto, más de 19 billones (millones de millones) de dólares al año a la economía mundial, a pesar de que ahora son presa de la recesión. Las familias chinas, que son mucho más pobres, gastaron en conjunto el año pasado poco más de 1,5 billones de dólares. El ingreso disponible per cápita en Estados Unidos llegó en 2008 a 35.486 dólares, frente a 2.270 dólares en China. De modo que el gigante asiático no está en posición de reemplazar a Estados Unidos ni Europa como el motor de la economía mundial, por más que los gobiernos de esos países insten a China a no reanudar su viejo patrón de crecimiento basado en la inversión y la exportación.
Lu Ting, economista para China de Bank of America-Merrill Lynch, ha dicho a los diseñadores de políticas de ese país que “si quieren que China crezca de manera más eficiente y más sostenible, deben lidiar con los intereses creados y deshacer los monopolios”. Sin dichos cambios, dijo, existe el riesgo de que un alud de nuevos préstamos bancarios acabe por financiar inversiones despilfarradoras que no harán mucho por fomentar el crecimiento. Los reguladores han tomado medidas para controlar los préstamos de corto plazo, que sumaron más de un tercio de los nuevos créditos durante el primer semestre de 2009, debido a que gran parte de los fondos eran usados para especulación.
El gobierno de China ya afronta críticas de que el estímulo ha desatendido a los pequeños negocios y el empleo. “¿Cuál es el objetivo de un crecimiento del 8%? Es mantener el empleo. Pero si uno considera muchos proyectos de inversión concretos, descubrirá que no tienen mucha conexión con el empleo”, dijo Tang Min, subsecretario general de la Fundación de Investigación de Desarrollo de China.

Un caso en la industria del automotor
El monopolio norteamericano General Motors accedió a ceder la gestión de la Opel en Europa, a través de la venta del 55 por ciento de las acciones al consorcio formado por el grupo austríaco-canadiense Magna, el fabricante ruso Gaz y el banco estatal ruso Sberbank. En la operación intervino el gobierno alemán, que condicionó su apoyo a un achique de la Opel también en los otros países europeos donde opera, lo que implica en conjunto el despido de unos 11.000 trabajadores.
Por eso gobiernos como los de Bélgica, Reino Unido y España han presentado sus quejas a la Comisión Europea (CE). El gobierno de Bélgica, donde la fábrica de Amberes tambalea al borde del cierre, y el de Reino Unido, donde hay dos importantes plantas, exigieron a la CE un análisis exhaustivo de las contrapartidas ofrecidas por Alemania. En España, la situación empeora respecto de la planta de Figueruelas.
“Está previsto que las plantas más eficientes del Reino Unido y España trabajen por debajo de su capacidad en favor de otras plantas de General Motors menos eficientes”, denunció el ministro inglés Mandelson en una carta a la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes.
A su vez, el gobierno de España pidió a la CE que las ayudas al fabricante automovilístico Opel no estén “políticamente condicionadas”. En España, la intención de recortar puestos de trabajo causó grandes controversias, ya que, en un principio trascendió que serían 1.672 los despidos en la fábrica zaragozana de Figueruelas, y luego un diario alemán (el Frankfurter Allgemeine Zeitung) reveló que la reducción de empleos en esa planta ascendería a 2.090.
La semana pasada, al menos 5.000 personas se manifestaron en la ciudad de Amberes, norte de Bélgica, contra la eventualidad de que la fábrica de Opel en esa localidad, donde se fabrica el modelo Astra, sea cerrada definitivamente y deje sin trabajo a 2.500 personas.

Una firma rusa planea recortar 27.600 empleos
En tanto en Rusia, el mayor fabricante de vehículos de ese país, Avtovaz (Lada) ha anunciado un recorte de hasta 27.600 puestos de trabajo. La dirección de la empresa llegó a un acuerdo con el sindicato, que prevé un plan social para alrededor de 9.100 trabajadores, mientras que el resto de empleados será jubilado o prejubilado y sus puestos desaparecerán, anunció un portavoz de Avtovaz, que tiene en plantilla a 102.000 trabajadores. La semana anterior Avtovaz, con sede en la ciudad Togliatti, por la que fluye el río Volga, había dado a conocer ya el despido de 5.000 puestos administrativos. En vista de la crisis, Avtovaz tuvo que reducir su producción a un turno, y utiliza un 65% de su capacidad.
Como se ve en estos ejemplos, la recesión puede haber “terminado en términos técnicos”, pero sus efectos se siguen y seguirán manifestando en una magnitud todavía difícil de prever por la severidad y el alcance de esta crisis, la peor desde la década de 1930, desafío al que deben prepararse para afrontar los proletarios y pueblos oprimidos del mundo, luchando por hacer que la paguen sus principales responsables: los monopolios y saqueadores imperialistas.