En toda la provincia de Santa Cruz faltan insumos y recursos humanos en el sistema sanitario. El Hospital más importante de la provincia dejó de ser el instalado en Río Gallegos, capital provincial, para ser el que se encuentra en la localidad de El Calafate, denominado SAMIC, que es un ente con administración tripartita: Nación, provincia y municipio. Aunque en los hechos, desde hace años depende casi en un 90% de los fondos nacionales. Hoy con el ajuste terrible del gobierno de Milei la situación se ha agravado.
En una entrevista con profesionales del centro de salud nos comentaban con gran preocupación el creciente deterioro de la salud pública, las alarmantes condiciones laborales y la falta de especialistas. La crisis no puede analizarse sin enfatizar la importancia que tiene esta institución en la salud de la población de toda la región austral, porque a diferencia de otras áreas de nuestro país, aquí es la única opción con la que cuentan los habitantes para atenderse.
Nos decía un médico “hemos llegado a un punto crítico, para que nos escuchen tenemos que llegar a realizar una retención de tareas por tiempo indeterminado. Sobre todo los médicos pediatras a partir del próximo 26 de mayo”. Entre los puntos centrales de su demanda se destaca la sobrecarga de trabajo, la falta de personal y la necesidad de recursos adecuados para brindar una atención de calidad a los niños de la comunidad.
La situación en pediatría se agrava aún más con la confirmación de que, a partir de la fecha del inicio de la retención de tareas, el servicio dejará de pertenecer a la guardia de emergencia. Esta decisión genera una enorme incertidumbre sobre cómo se atenderán las urgencias pediátricas, exponiendo a los pacientes más jóvenes a una potencial desatención en momentos cruciales. Pero la crisis no se limita a pediatría.
El Hospital Samic también enfrenta serios problemas con el servicio de traumatología, donde se reporta una preocupante falta de médico de guardia, poniendo en riesgo la atención oportuna de pacientes con lesiones y emergencias traumatológicas. A esto se suma el persistente retraso en el pago de los salarios al personal de salud, una situación que agudiza el malestar y la incertidumbre entre los trabajadores, quienes ven comprometido su sustento y motivación laboral.
La falta de insumos básicos es otro factor que deteriora la calidad de la atención y genera frustración entre los profesionales. Por ejemplo, desde hace meses el laboratorio tiene falta de reactivos, lo que provoca que no se puedan hacer análisis de rutina o preventivos.
La situación escaló aún más con el reciente paro en el quirófano, motivado por la falta de pago de las guardias al personal, lo que impacta directamente en la capacidad del hospital para realizar cirugías programadas y urgentes. La inestabilidad en la gestión también es un punto de gran preocupación. En lo que va del año, se han registrado cuatro cambios en la dirección médica.
Finalmente, genera polémica entre los trabajadores el funcionamiento del Consejo de Administración del hospital. Se ha denunciado que algunos consejeros residen fuera de la localidad y participan de las sesiones de forma virtual, lo que genera dudas sobre su compromiso y conocimiento real de las problemáticas del hospital. Otros señalan que hay consejeros que no asisten a las reuniones desde hace cinco meses, pero continúan percibiendo sus salarios, generando indignación entre los trabajadores y la comunidad.
La comunidad de El Calafate observa con profunda inquietud esta crítica situación en su principal centro de salud, exigiendo respuestas urgentes y soluciones concretas por parte de las autoridades competentes para garantizar el acceso a una atención médica digna y de calidad para todos sus habitantes. La retención de tareas de los pediatras es solo la punta del iceberg de una crisis que amenaza con paralizar servicios esenciales y poner en riesgo la atención de la salud de la población.
Corresponsal
hoy N° 2061 28/05/2025
