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18 de noviembre de 2015

Cristina destila veneno sobre los trabajadores

Con sus tuits sobre el dólar ahorro y el dólar turismo

 La presidenta Fernández no habló la semana pasada, pero no pudo con su genio apelando a su cuenta de twiter para señalar que el 65% de los que compran dólar ahorro ganan hasta $30.000, sin decir que eso es sólo el 40% del total de dólares ahorro vendidos. También se ensañó con el dólar turismo, a pesar de que se vanaglorie de que viaje tanta gente al exterior.

 La presidenta Fernández no habló la semana pasada, pero no pudo con su genio apelando a su cuenta de twiter para señalar que el 65% de los que compran dólar ahorro ganan hasta $30.000, sin decir que eso es sólo el 40% del total de dólares ahorro vendidos. También se ensañó con el dólar turismo, a pesar de que se vanaglorie de que viaje tanta gente al exterior.
A través de una serie de tuits que publicó en su cuenta @CFKArgentina, la presidenta Cristina Kirchner, para negar el cepo, señaló que más del 65% de las personas en relación de dependencia que compran dólares ganan desde 7.200 hasta 30.000 pesos mensuales. Pero, para cargar las tintas sobre ese sector de los asalariados, no aclaró que eso sólo representó el 40% del total de los casi 9.000 millones de dólares ahorro vendidos desde que comenzó su venta en 2014: ¡el 35% restante, con ingresos de más de $30.000 mensuales se llevó el 60%!
Así después ironizó en uno de sus tuits: “Empleados en relación de dependencia. ¿Pero cómo? ¿Pero no era que el impuesto a las ganancias se come el salario?”, en alusión al creciente reclamo de gremios y trabajadores por el fuerte impacto que Ganancias tiene sobre las remuneraciones de bolsillo, al no ajustar los mínimos no imponibles ni las escalas de las alícuotas por la inflación.
 
Sobre el dólar turismo
Además, la presidenta Fernández alardeó sobre el crecimiento del turismo al exterior, al tiempo que protestó por el gasto en dólares que eso significa: “Me quedé enganchada con los datos del turismo… ¿Por? Y, es muy simple. El cemento lo pago con pesos, pero si me voy afuera, ¿qué te pensás? ¿Qué pago con patacones o tickets del club del trueque?”, espetó la Presidenta. “No señor, pago todo en dólares. Pasajes, hoteles, comida, transporte, y «alguna cosita» que uno se compra siempre, o trae de regalito”, continuó.
El crecimiento del turismo en el extranjero, así como de la demanda de dólares para ahorro, creció de la mano de la política de dólar “planchado”, mientras sigue depreciando al peso con su política de ajuste inflacionario y bicicletas especulativas a favor del capital financiero. Sin embargo la Presidenta, que sólo ve lo que quiere, no hizo referencia en sus tuits a la inflación que ha avanzado muy por encima del dólar “planchado” (lo que viene castigando a toda la producción nacional y sus exportaciones), y termina responsabilizando por la falta de dólares a los argentinos que viajan al exterior, gracias a su política, semejante a la de las épocas de Martínez de Hoz y de Menem. Por supuesto que, para ella, los peores son los trabajadores que pueden hacerlo –como con el dólar ahorro–, y después protestan porque los hace pagar Ganancias sobre sus salarios.
Pero por más que Cristina se vanaglorie que gracias a su política cada vez hay más argentinos que compran dólar ahorro o viajan al exterior, sus funcionarios aprietan cada vez más los torniquetes de los cepos cambiarios tratando de llegar a diciembre. Así en relación a los viajes al exterior el Banco Central ordenó, el 27 de octubre pasado (dos días después de las elecciones del 25), reducir las ventas de dólares sin autorización previa a todas las agencias de viajes de US$150.000 a US$75.000 diarios. Ocultando la mano, la medida no se dio a conocer a través de comunicados oficiales sino por WhatsApp. Esto ha llevado a que quien compre un paquete turístico que incluye la estadía en un hotel, el alquiler de un auto u otro servicio debe pagar la totalidad del gasto cuando llegue al destino. Si compró hoy un viaje para febrero, tendrá que afrontar esos gastos, en efectivo o con tarjeta de crédito, al tipo de cambio de ese momento. Es decir, asumir el riesgo concreto de haber sufrido en el camino la devaluación del peso, como parte de la “herencia” de la política kirchnerista. En cambio los especuladores pueden comprar dólares a futuro al precio oficial actual, comprometiéndose al Banco Central a pagar la diferencia que se produzca con la devaluación.