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02 de octubre de 2010

Cristina en la CGT

Hoy 1227 / Hipocresía y mentiras en una escalada reaccionaria

El lunes 7 de julio, la presidenta Cristina Kirchner habló en un acto en la CGT en homenaje a Norberto Centeno, abogado de Mar del Plata, autor de la muy avanzada Ley de Contrato de Trabajo del gobierno de Isabel Perón, asesinado por la dictadura en 1977.
Muchas de las conquistas de esa ley fueron anuladas por la dictadura. Los anfitriones, “gordos” y “flacos”, nunca reclamaron la restauración de la ley, medida que no tomaron los K y los gobiernos que les precedieron.
Subleva íntimamente la hipocresía del “emocionado” homenaje de quien, junto a su esposo, en línea con el padre y el abuelo de Néstor, se dedicó a amasar una fortuna ejecutando a deudores por la “1050”: tres generaciones de usureros. No presentaron un solo recurso de habeas corpus; no abrieron la boca contra la dictadura que torturaba “sin límites en el tiempo y los métodos” (de la ejemplar Carta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar, 24/3/77), desaparecían a decenas de miles –entre los que se encontraban compañeros de militancia de los K– y se robaban hijos de las víctimas. Hace poco Néstor Kirchner declaró que, junto a Cristina, estuvieron detenidos durante la dictadura. Flores, su compañero de cautiverio, lo confirmó: con Néstor estuvieron detenidos 2 noches. En la singular conferencia de prensa del 10/7 Néstor Kirchner se incluyó entre “quienes sufrimos la dictadura”. Mentira tras mentira.
El ADN antidictatorial de Néstor registra la firma de una solicitada en agradecimiento a funcionarios de la dictadura que actuaron cuando una bomba explotó en su estudio; y una foto con un colaborador de Ramón Camps, quien torturó a Jacobo Timerman, cuyo hijo Héctor olvidándolo, hoy, mimado de Cristina, es espada K en la diplomacia, embajador en Washington.
Siguiendo con su ADN antidictatorial, nos enteramos que, siendo gobernador, se negó a recibir en Santa Cruz a Hebe de Bonafini, quien, olvidándolo, entregó su pañuelo a Cristina, gesto que llevaba el siguiente mensaje: ser opositor a Cristina es atacar a las madres, estar con la dictadura.
En esta línea, Hebe de Bonafini vocifera acusando de golpistas a los productores agropecuarios en lucha, para quienes reclama “palos y gases”. Recordemos que Fuentealba murió porque una cápsula de gas le impactó en la nuca; Hebe es instigadora de nuevos Fuentealba. En una escalada antipopular y anticomunista reclamó judicialmente cárcel para esos luchadores, en aplicación de las leyes de Defensa de la Democracia aprobadas en 1983 por exigencia del turno dictactorial de Bignone, y antiterrorista, aprobada en tiempo y forma a las exigencias de Bush por los K, Néstor presidente y Cristina senadora.
Palos, gases y cárcel que también nos alcanzan a nosotros. El PCR está incluido en la presentación judicial que prepara cuidadosamente Jaime Stiuso, en el SIDE.