Noticias

02 de octubre de 2010

Con la inflación desbocada crece el hambre y la pobreza. El gobierno bloquea la reapertura de las paritarias y ya comenzó con los tarifazos. Sigue confrontando con la lucha chacarera. Pero se empantana cada vez más.

Cristina K paga deuda a costa del hambre del pueblo

Hoy 1228 / Vea aquí demás notas del semanario

1. La Krisis política
Cristina Kirchner (CK) hizo una conferencia de prensa para confrontar con el acto de la Sociedad Rural. Dijo que volvería a impulsar las retenciones móviles, a las que calificó como “el primer intento desde 1983 de redistribuir la riqueza”, aunque unos días antes había confesado ante los legisladores disciplinados que necesitaba plata para pagar la deuda pública. Volvió a descalificar a la lucha chacarera como “antidemocrática”. Avaló los índices del IndeK y al patotero Moreno, y ratificó que Moreno es Kirchner. Defendió los “superpoderes” inconstitucionales y el actual sistema de coparticipación federal. Ratificó el “tren bala”. Apoyó al candidato yanqui Obama, y mantuvo su lavada “preocupación” por la instalación de la 4° Flota, a diferencia de Chávez y Lula que han denunciado esa provocación yanqui. Aseguró que no habrá más cambios en el gabinete.
En resumen: más de lo mismo. Sin autocrítica, con soberbia, CK sostuvo que “volvería a hacer todas y cada una de las cosas que hice”.

“Recuperables e irrecuperables”
El gobierno se niega a asumir la derrota política que sufrió. Busca recauchutar su fuerza auxiliando con anuncios de obras públicas a algunos de sus gobernadores fieles que son cadáveres políticos: Capitanich (Chaco), Urribarri (Entre Ríos), Urtubey (Salta), entre otros. Otros buscan salvarse del derrumbe diferenciándose con algunas posiciones críticas: Das Neves (Chubut), Gioja (San Juan), y algunos más. Al cordobés Schiaretti le cortó los víveres.
El gobierno trazó una línea divisoria en los legisladores: “recuperables e irrecuperables”, tratando de frenar la gangrena que amenaza con un Congreso opositor. Pero uno de los que votó a favor del gobierno en la 125, Obeid, ha presentado un proyecto de ley de segmentación de las retenciones para los pequeños y medianos productores; y los “irrecuperables” de Córdoba otro proyecto para “eliminar los superpoderes” inconstitucionales en el manejo del presupuesto nacional. Hay, además, mucha resistencia en el bloque oficialista para aprobar el oscuro negociado de la reprivatización de Aerolíneas Argentinas; y también para aprobar, sin mejoras, el proyecto de movilidad jubilatoria.
CK se reunió con Cobos. La reunión marcó la ruptura de la “concertación plural”. Los radicales K que habían ingresado al gobierno a través del vicepresidente, quedaron afuera o se fueron. Ya se había ido el gobernador catamarqueño Brizuela, ahora se fueron el correntino Colombi y los intendentes bonaerenses del “grupo Olavarría”. CK se reunió con los intendentes “fieles” (San Martín, San Isidro y Vicente López), y mantiene el apoyo de los mandatarios de Santiago del Estero y Río Negro. (El radicalismo, por su parte, presentará un proyecto para investigar el negociado de las cerealeras y el gobierno con las exportaciones.)

Empantanados
El gobierno sigue empantanado en la crisis política en la que lo sumergió su confrontación con el conflicto agrario.
“Gobiernos extranjeros le han hecho saber a la administración local que ellos esperan otra crisis política en la Argentina en los próximos 60 días” (Joaquín Morales Solá, La Nación, 3/8). Otras versiones –al publicar Clarín que aumentarían las retenciones al 40%–, acortaban el plazo a un mes, y hay quienes estiraban ese plazo, pero no más allá de fin de año.
El desgaste del gobierno, y su ceguera en asumir su derrota política persistiendo en la confrontación, están en la base de esas versiones. Los plazos tienen que ver con las contradicciones de la oposición dentro del sistema para lograr una mayoría crítica en el Congreso, y reagrupar fuerzas en el peronismo, el radicalismo, PRO y la Coalición Cívica. “Todos ellos o un buen grupo de ellos, sumados, los derrotarían fácilmente [a los Kirchner] ya sea en las urnas o en el Congreso. Pero una pregunta oscila al lado de esta enumeración. Todos ellos o al menos muchos de ellos, ¿se sumarán?” (Mariano Grondona, La Nación, 3/8).

3. La “caja K” muy flaca
En la reunión en Olivos con los legisladores oficialistas, CK confesó la verdadera razón del aumento de las retenciones: “¡Tengo que pagar 20.000 millones de dólares de deuda pública entre este año y el próximo!”. En realidad es más lo que tiene que pagar, pero con lo dicho alcanza para demostrar que no es “la distribución de la riqueza” lo que la guía, sino “la caja K” que ya no alcanza.
El gobierno pagará 2.345 millones de dólares para cancelar el 50% de los bonos Boden 2012, por lo que deberá recurrir a las reservas del Banco Central. Usan las reservas para pagar deuda, no para aumentar los salarios, los planes a los desocupados, las jubilaciones, y mejorar la salud y la educación.
El gobierno busca achicar los subsidios a las grandes empresas, que habían aumentado el 71% en el último año, reemplazando esos subsidios por tarifazos. Aumentó la electricidad de Edenor, Edesur y Edelap del 10% al 24%, y se viene el aumento del transporte urbano y el gas. Alimentos y bebidas acumulan el 38% según economistas independientes, frente al 8,2% del IndeK; y la canasta familiar el 30% frente al 7% del IndeK.
“Hace 5 meses que no se pagan certificados de obras públicas y que empresas beneficiadas con el generoso plan oficial abandonan las obras”, (Ambito Financiero, 4/8). A lo que se suma el desinfle de la construcción, que cayó un 27,7%. En junio y julio se estancó el crédito para las empresas, frenados por los bancos luego de la fuerte salida de depósitos y la fuga de capitales.
Frente a la avalancha de importaciones chinas y brasileñas crecen las presiones para devaluar: hay grupos empresarios que piden un dólar a $ 5.
Esto sucede mientras se agrava la crisis en Estados Unidos, donde cayó otro banco, y la Reserva Federal salió a auxiliar a dos gigantes hipotecarios quebrados. Mientras Europa busca gambetear la “estanflación” (recesión con inflación).

4. El acto en la Rural
Como ha sucedido desde que el gobierno firmó la resolución 125, el acto en la Sociedad Rural volvió a mostrar la complejidad de la política argentina. Los 127 días de lucha y la falta de respuesta a los reclamos de los chacareros, facilitaron la continuidad de la unidad de las cuatro organizaciones, que es un reclamo generalizado del movimiento agrario. Además, la “sutileza” política del gobierno –igual a la de un elefante en un bazar– estimuló la concurrencia a la muestra, que fue mayor que otras veces.
Lo primero que queda en claro, tanto del acto de la Rural, como de la conferencia de prensa de CK, es que la lucha agraria no ha terminado.
Más aún, que el centro de la política nacional sigue pasando por esa lucha. El kirchnerismo quiere domarla, y fracasa una y otra vez. La oposición dentro del sistema –que antes de esa protesta venía callada, rumiando planes a largo plazo– intenta montarla; pero como recogió La Nación, con olfato oligarca, un chacarero de alpargatas comentó, señalando a una señora de tapado de piel: “no la vi en los piquetes”. Como nunca había sucedido en la Sociedad Rural, la masa de autoconvocados hizo oír sus consignas contra el gobierno y su reclamo de lucha.

5. Confluencia obrera y popular
Por arriba están fracturados. El kirchnerismo ya hizo acuerdos con los monopolios petroleros para aumentar el gas, a fin de año, en boca de pozo, del precio actual de 1 a 2 dólares, a 5 dólares el millón de BTU. Y negocia, también para esa misma fecha, subir el precio del petróleo de los 42 dólares actuales a 52 (y si aumenta la producción, podría subir a 100 dólares o más). Serán tarifazos brutal contra el pueblo. Sus rivales dentro del sistema ya negocian una devaluación que será otro hachazo a los salarios como el que hizo Duhalde en el 2002. Los planes de unos y otros son para descargar la crisis sobre las espaldas del pueblo.
El hambre crece y no se aguanta con planes sociales congelados por años a $ 150, con el promedio salarial en la línea de pobreza, y con jubilaciones por debajo de esa línea: ya hay más de 4 millones de hambreados (indigentes) y la pobreza aumentó de 9 millones en el 2006 a 12 millones ahora. El aumento del salario mínimo, y otros “retoques” que el gobierno anuncia, no resuelven la situación, y son parte de los acuerdos con los jerarcas para no reabrir las paritarias para la discusión salarial.
El camino es profundizar la confluencia de la lucha obrera y popular con la protesta chacarera y federal por salarios de acuerdo a la canasta familiar, el blanqueo y la liquidación de la flexibilización laboral; el aumento de los planes sociales y jubilaciones, y de los presupuestos de salud, educación y ambiental, junto a la continuidad de la lucha agraria por el salario y el blanqueo de los obreros rurales, las retenciones segmentadas y coparticipadas, junto al resto de los reclamos de la ganadería, el tambo y las producciones regionales.
Siguen los esfuerzos de miles para garantizar un gran Encuentro Nacional de Mujeres, en Neuquén, en el que muchísimas luchadoras obreras, campesinas, originarias y populares volcarán sus experiencias de lucha contra la doble opresión, reforzada por la política kirchnerista.
Hay muy buenas condiciones para las luchas por abrirle más la mano al gobierno. Y también hay muy buenas condiciones para reagrupar a las fuerzas obreras y populares, patrióticas y democráticas, para terciar en la crisis política en curso: cerrar el paso al hambre, la carestía y los tarifazos del gobierno, y también a los hachazos devaluadores de los recambios golpistas del sistema. Y terciar acumulando fuerzas para seguir el camino del Argentinazo y la rebelión agraria, para avanzar hacia la conquista de un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático.

Comentarios
¿Qué pasa con el “tren bala”?
Hasta ahora nadie puso un peso para el “tren bala”. CK dijo que se pagará con financiamiento de un grupo de bancos franceses. Pero lo cierto es que el gobierno emitirá un bono de deuda, y luego tendrá que pagarlo con los intereses. Es decir que se pagará con deuda pública. Son 10.000 millones de pesos.
La financiación está parada y eso paró la obra. Hay dos problemas. Uno es la negociación con el Club de París: para hacer el tren bala, hay que arreglar la deuda con ese organismo usurero, que reclama el pago de más de 6.000 millones de dólares ($ 18.000 millones). El otro problema es que, por el alto riesgo financiero que tiene la Argentina, son muy altos los intereses que cobran los bancos franceses. De ahí que la obra, sumando el precio acordado, los pagos al Club de París, y los altos intereses, significará un gigantesco gasto para una obra absurda en relación con las necesidades del pueblo.
¿Por qué el gobierno insiste, pese a las críticas? Solo hay una posibilidad: por las “comisiones” gigantescas. La empresa que lo debería construir, la francesa Alstom, tiene juicios en todos los países que ha trabajado por la corrupción de las obras que realiza.

La visita de Lula: negocios
Vino Lula con 400 empresarios. Brasil y la Argentina vienen de enfrentarse en las negociaciones por el comercio mundial: Lula acordó con Estados Unidos, Europa y Japón, y Argentina y Venezuela se opusieron.
El saldo del comercio entre Argentina y Brasil es, este año, negativo para nuestro país por 3.013 millones de dólares. Estados Unidos es el principal comprador y vendedor de Brasil, Argentina era el segundo, pero fue desplazada por China.
El gobierno le pidió ayuda a Lula. Pero con la moneda brasileña cara (el real) y el peso argentino barato, los capitales brasileños vienen a quedarse, por monedas, con fábricas y tierras argentinas, y encima muchas veces son simples testaferros o socios menores de capitales imperialistas.