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07 de marzo de 2012


Cristina y Napoleón

Hoy 1409 / La vigencia de Discépolo

Qué falta haría un Discépolo en esto días, para hablarnos del Cambalache que ha trascendido al nuevo siglo. Lo decimos porque la presidenta, el pasado jueves 1 de marzo, afirmó, hablando de las reformas que propone para el Código Civil: “yo, la verdad, me siento un poco Napoleón”.

Qué falta haría un Discépolo en esto días, para hablarnos del Cambalache que ha trascendido al nuevo siglo. Lo decimos porque la presidenta, el pasado jueves 1 de marzo, afirmó, hablando de las reformas que propone para el Código Civil: “yo, la verdad, me siento un poco Napoleón”.
Los tangueros recordarán que una de las estrofas de Cambalache dice “Don Chicho y Napoleón”. Don Chicho era el apodo del jefe de la mafia argentina, Juan Galiffi, detenido y procesado en 1932. Con el respaldo de jueces y políticos, esta red delictiva incursionó en robos, secuestros, el juego clandestino y la prostitución. Por eso Discépolo lo mencionó en las estrofas de Cambalache junto a Napoleón, como un ejemplo de que “en la vidriera/ irrespetuosa/ de los cambalaches/ se ha mezclao la vida”.
Lejos de nosotros querer decir que Cristina Kirchner es la “Don Chicho” de nuestros días, pero convengamos que con este gobierno, el inmortal tango de Discépolo mantiene toda su vigencia, porque ¿no les hacen acordar a Jaime, De Vido, los muchachos de La Cámpora y muchos más, los versos que dicen “Qué falta de respeto,/ qué atropello a la razón;/ cualquiera es un señor,/ cualquiera es un ladrón”?
Dejamos para otro día el análisis del Código Napoléonico, aquel donde el emperador Bonaparte plasmó en lo jurídico la victoria de la alta burguesía en el proceso iniciado con la Revolución Francesa.