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17 de diciembre de 2014

Los pibes de Cromañón ¡presentes, ahora y siempre!

Cromañón, 10 años de impunidad

Justicia por los 194 jóvenes

Una bengala prende fuego una mediasombra. La salida principal está bloqueada y es angosta. Una puerta cerrada con candado, un ventanal tapiado con ladrillos. En el techo hay tres canchas de fútbol, en lugar de chimeneas para la extracción del aire. Una nube negra inunda el lugar y se lleva la vida de 194 jóvenes. 

Una bengala prende fuego una mediasombra. La salida principal está bloqueada y es angosta. Una puerta cerrada con candado, un ventanal tapiado con ladrillos. En el techo hay tres canchas de fútbol, en lugar de chimeneas para la extracción del aire. Una nube negra inunda el lugar y se lleva la vida de 194 jóvenes. 
Ese minuto triste del que habla León Gieco en su canción, marcó a miles de sobrevivientes y significó un quiebre para toda una generación. A tan sólo 25 cuadras de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el boliche República de Cromañón funcionaba con todas las irregularidades por la ambición y el negocio de los empresarios. Esa noche fueron 2.800 personas a disfrutar de la banda que venía creciendo con todo. El lugar tenía habilitación para que entren sólo 1.031 de ellos.
 
10 años de impunidad
Desde entonces pasamos mucho tiempo preguntándonos cómo fue posible que tuviera lugar una tragedia tan anunciada como ésta. Miles tomamos conciencia de lo poco que nos cuidan cuando vamos a ver un recital, pero también en los lugares de laburo, en el colegio, en la calle. Vimos que la sed de ganancia vale más para este sistema que la propia vida de las personas.
Pasaron 10 años y la respuesta sigue siendo la impunidad. Aquella que permite que Ibarra -principal responsable político- esté sobreseído y lanzando nuevamente su candidatura a jefe de gobierno. Que todos los demás funcionarios también estén libres. Y que unos años más tarde sucediera otra masacre, a pocos metros, como la del tren Sarmiento. 
La política del kirchnerismo en esta década fue la de garantizar el cerco de impunidad para los funcionarios y policías que cobraban la coima y habilitaban -en los hechos- a Cromañón en esas condiciones. El empresario Chabán fue el chivo expiatorio sobre el que se descargaron todas las culpas y la condena mediática. Hasta el día de hoy, el debate sobre la culpabilidad o no de Callejeros ha sido usado para correr el eje y desviar la atención. Debate que las agrupaciones kirchneristas juegan activamente para dividir un movimiento de lucha que supo llevarse puesto al jefe de Gobierno en el 2006. 
La reciente muerte de Chabán generó un impacto muy fuerte a pocos días del aniversario. El único que se dio a la fuga, murió habiendo cumplido la mayoría de su condena fuera de la cárcel. Lejos de contribuir a la Justicia, su muerte hizo que pasara de ser el único responsable del hecho, a ser considerado un “mártir del rock”, “una víctima más”.
 
Cromañón segunda generación
Lo cierto es que la Justicia no vino y el negocio montado sobre la diversión de los pibes se readaptó. Actualmente son muy pocos los lugares que concentran los eventos y se hace muy difícil conseguir un establecimiento para organizar un recital o una fiesta. Hoy en día la política pasa por clausurar todo tipo de espacios culturales, en vez de ayudar y financiar los arreglos para que puedan contar con las medidas de seguridad necesarias. 
En todos estos años, los familiares y sobrevivientes tuvieron el gran desafío de seguir adelante con sus vidas y mantener la lucha. Preparan, como cada 30 de diciembre, un gran festival que le pone música a esa lucha y permite recordar a los pibes con lo que les gustaba. Los que se suben a tocar son los que hace 10 años recorrían los boliches siguiendo a las bandas del momento. Hoy tienen la responsabilidad de transmitir y concientizar a esos pibes y pibas de 18 años que van a los recitales y no conocen lo que sucedió.
Con la consigna principal de que Ibarra baje su candidatura y vaya a la cárcel, para desmantelar el entramado de la corrupción vigente al día de hoy, seguiremos luchando por justicia. Los pibes de Cromañón ¡presentes, ahora y siempre!