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02 de octubre de 2010

La lucha del Movimiento de Cromañón puso sobre la mesa la corrupción y la impunidad del Estado. Sirvió para que muchos discutiéramos la realidad de Argentina República de Cromañón.

Cromañón: la lucha continúa

Hoy 1281 / Sentencia en el juicio por la masacre

A los amigos, familiares de las víctimas y sobrevivientes, los unió el horror de aquella trágica noche y también el largo camino que comenzaron en el 2004 exigiendo justicia. No dejaron de marchar ni un 30. Lograron transformar el dolor en una lucha que nos da el ejemplo.
Y fue gracias a esa lucha que se llegó a este juicio. Sin la pelea constante de este Movimiento, ni siquiera hubiera habido un juicio… como pasó con el caso de la disco Keivys, en el cual murieron 17 jóvenes, y tantos otros casos impunes.
Hubo muchos que tuvieron expectativas en este juicio, basados en una fuerte y real necesidad de justicia, y para que esto no vuelva a pasar.
El juicio no hizo más que demostrar que el poder judicial forma parte del Estado, por eso no pudo juzgar el tema esencial de Cromañón: la corrupción de Estado y la impunidad con la que los funcionarios del Gobierno de la Ciudad pudieron actuar (y lo siguen haciendo) ¡En el banquillo de los acusados pudimos ver sólo dos funcionarias y un policía! Los jueces consideraron que la ex subsecretaria de Control Comunal porteña Fabiana Fizsbin y su segunda, Ana María Fernández, incurrieron en “incumplimiento de los deberes de funcionario público”, cuya pena máxima es de dos años. Ambas, que desoyeron las alertas de la Defensoría del Pueblo sobre irregularidades en los locales bailables, entre ellos Cromañón, que tenía el certificado de bomberos vencido, pueden ser nuevamente funcionarias. El poder político prácticamente absuelto.
Después de la sentencia, los familiares, sobrevivientes, y amigos, volvieron a reunirse, a evaluar y a preparar nuevas acciones para continuar la lucha. Pese a todo, siempre han logrado generar distintas iniciativas. “Después de 5 años, nuevamente estamos empezando, eso duele pero es una nueva etapa en la lucha”, nos decía el papá de Julián, muerto en Cromañón a los 18 años.

19/08: el día de la sentencia
El Movimiento no estuvo solo, fueron cientos de personas que acompañamos y nos solidarizamos con los familiares y sobrevivientes… muchos se volvieron a convocar en Tribunales en un momento que es un punto de inflexión en la lucha. Un momento en donde toda la sociedad recordó lo que fue esa noche; un momento en donde se volvió a sentir un dolor agudo, la opresión de cada una de las muertes que pudieron ser evitadas, de las secuelas que condenan de por vida a cada uno de los sobrevivientes. En medio de los recuerdos y tanta angustia, en medio de un fallo que podía aliviar por lo menos la idea de que no vuelva a pasar, en medio de la cachetada y el golpe tremendo de conocer el fallo que no castiga la corrupción, se sumó la locura de la represión.
La angustia de cinco años sin justicia; la desesperación de volver a recordar las pérdidas tan queridas; los nervios de escuchar cada sentencia, hasta el final donde se conoce la absolución de Callejeros. Como si todo esto fuera poco, los camiones hidrantes vinieron a reprimir la indignación y tristeza de los que esperaron afuera con alguna esperanza.

Un debate abierto
Decir que los integrantes de Callejeros son los culpables de las 194 muertes, sería simplificar el caso y también salvar al Estado y los empresarios inescrupulosos como Chabán o Levy.
Pero Callejeros, sí tienen un grado de responsabilidad por haber tocado en las condiciones que tocaron, porque esa es la lógica para “ascender en la carrera de la música” aceptando la corrupción, las trampas, las drogas… y la “máxima ganancia” controlada por el Estado y los empresarios inescrupulosos. La sentencia de absolución es funcional a las reglas de juego del sistema. Y Callejeros también es conciente de esto. Quizá por esto, luego de la masacre, siendo en parte víctimas, se ubicaron lejos del movimiento de lucha.
La actitud soberbia de la banda al escuchar el fallo, fue una verdadera provocación que enardeció a muchos familiares que estaban presentes en el juicio.
Nos preguntamos por qué todos los medios coincidieron en que la contradicción principal era familiares vs. Callejeros. Era curioso leer “Callejeros: absueltos” en los diferentes medios gráficos y televisivos. A nadie se le ocurrió decir que pronto “Fabiana Fizbin podría ser nuevamente subsecretaria de Control Comunal”.
Esto es lo que garantiza que situaciones que ponen en riesgo nuestra vida se sigan repitiendo.
La culpabilidad de los funcionarios del Estado, estuvo prácticamente ausente en este juicio. Ya en el 2006 la jueza Crotto sobreseyó a Juan Carlos Loupias, ex funcionario del área de seguridad; a Juan Carlos Sánchez, responsable de espectáculos públicos; y a un miembro de Control Comunal, Alfredo Ucar.
Con sigilosa habilidad, los jueces, y el poder fueron dejando fuera de la responsabilidad penal a Ibarra, y a cada uno de los responsables de las áreas que garantizaron la impunidad de un gobierno sin límites para los negocios cueste lo que cueste. Esto es lo que consagra el fallo del día 19.