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25 de abril de 2012


Crónicas proletarias

Hoy 1416 / El 1 de Mayo de 1890

El 1º de Mayo de 1890, en Buenos Aires, Rosario, Chivilcoy y Bahía Blanca, nuestro naciente movimiento obrero realizaba actos, en simultáneo con los de otros países, con el objetivo principal de pelear por la jornada laboral de 8 horas.

El 1º de Mayo de 1890, en Buenos Aires, Rosario, Chivilcoy y Bahía Blanca, nuestro naciente movimiento obrero realizaba actos, en simultáneo con los de otros países, con el objetivo principal de pelear por la jornada laboral de 8 horas.
La jornada de protesta había sido resuelta el año anterior en el Congreso Socialista Internacional realizado en París. La fecha conmemora el inicio de una huelga general en Chicago en 1866, brutalmente reprimida, a raíz de la cual fueron llevados a la horca los “mártires de Chicago” Georg Engel, Adolf Fischer, Albert Parsons y August Spies. Louis Lingg se suicidó para evitar la ejecución.
En Buenos Aires, los obreros socialistas alemanes del Vorwarts impulsaron el acto, reuniendo a casi todas las corrientes.  Se conformó un Comité Internacional Obrero, se elaboró un petitorio a ser presentado ante el Congreso nacional “para solicitar la sanción de leyes protectoras de la clase obrera”, y un “Manifiesto a los Trabajadores Argentinos”. Entre los convocantes estaban organizaciones gremiales (carpinteros, sombrereros, tipógrafos alemanes), asociaciones de inmigrantes, los mazzinistas y un sector de los anarquistas.
En el Prado Español hubo “a pesar de las condiciones climáticas muy desfavorables, entre 2.000 y 2.500” personas, cifra importante si se tiene en cuenta que era una jornada laborable. Los discursos se desarrollaron en castellano, francés, alemán, flamenco e italiano, y se aprobó el petitorio que se estaba haciendo firmar para entregar en el Congreso. Los anarquistas presentes se opusieron pero “callaron, deprimidos, ante la imponente votación”, decía la crónica del periódico Vorwarts. Pese a esta situación, los presentes acordaron protestar contra el “prolongado encarcelamiento” de tres anarquistas.
En Rosario también confluyeron ese día, en un acto realizado en la plaza López, socialistas y anarquistas. Cerca de mil obreros, custodiados “por seis bomberos a caballo con sus flamantes Remington”, llegaron hasta el lugar del acto, donde se leyó el manifiesto elaborado en Buenos Aires, las Resoluciones del Congreso de París, y hablaron varios oradores en distintos idiomas, entre ellos Guillermo Schutlze (del Vorwarts), y Virginia Bolten (anarquista).
Estos actos significaron un gran paso adelante para nuestro movimiento obrero, pese a las debilidades que mostraba el Manifiesto… convocante. De ahí en más, nunca, en la legalidad o la clandestinidad, se dejó de conmemorar el 1º de Mayo en nuestro país.