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25 de junio de 2014

Cuando el embajador argentino se entrevistó con Stalin

Breves de la historia argentina

 Atilio Bramuglia, primer canciller del gobierno peronista de 1946, era un abogado del gremio ferroviario, conocido por sus ideas de izquierda.  Jugó un papel en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con la URSS, y asimismo influyó notoriamente en la designación del Dr. Federico Cantoni, como primer embajador. El dato es relevante, para entender el fenómeno político del primer peronismo, dado que el Bloquismo de San Juan, y por ende su líder habían integrado la Unión Democrática, y ello no se constituyó en un impedimento. La política internacional, tenía otras prioridades.
Los motivos por los cuales Cantoni renuncia un año después no están investigados; las explicaciones son superficiales: que el clima, que no era un hombre para ser empleado del Estado, que le faltó libertad, dado que efectivamente fue detenido varias veces por violar la prohibición de salir de Moscú, etc. Pero los motivos políticos de su renuncia se deben buscar en el alejamiento de Bramuglia del gobierno.
Con esta realidad, el general Perón mantuvo la corriente política que dirigía la embajada en Moscú. Lo dejó a Bravo, tambiçen bloquista, y le pidió que además nos representara en Bulgaria y Rumania. El 7 de febrero de 1953, Stalin recibió al embajador argentino. Los datos oficiales están contenidos en un informe del embajador a la Cancillería, cuya copia se encuentra en el archivo de la Embajada del 10 de febrero de 1953, que todos los historiadores citan, más la noticia aparecida en los diarios.
Leopoldo Bravo tardó muchas décadas en dar detalles. Stalin lo recibió en compañía de Vishinski, y conversaron los tres solos durante una hora. Stalin le transmitió sus saludos para el presidente Perón. Le preguntó si era cierto que el petróleo lo explotaba el Estado con técnicos argentinos, y entre otros temas menos importantes, por ejemplo, le preguntó por el fútbol argentino. Luego le preguntó sobre la figura de Eva Perón, y sobre el fundamento último de la doctrina peronista. Bravo contestó: “independencia económica, soberanía política y justicia social”. Stalin comentó que en realidad todos dependían de la independencia economía, pero que poco puede hacerse en un país aislado, que América Latina debía unirse en una federación para resistir los embates de las potencias; que bajo el zarismo, los ingleses eran dueños de Leningrado, en particular de su puerto. Al finalizar, le pidió a Vishinski que haga todo lo posible para que el embajador recorra la URSS, sin restricciones, y visite sus pueblos con la única condición que no deje de visitar Georgia.
El embajador produjo un comunicado al día siguiente que curiosamente decía que lo encontró físicamente en plena salud. Stalin falleció pocos días después. Gilmore, periodista de Associated Press, preparó un informe sobre la entrevista, una de las fuentes más interesantes de valoración política, dado que Bravo se negó a una conferencia de prensa con los corresponsales y el Pravda solo dio la noticia en forma escueta. No hemos verificado qué dijeron los diarios argentinos.