José Daniel Rodríguez fue un militante de la Corriente Clasista y Combativa y del Partido Comunista Revolucionario de Entre Ríos. En el estallido popular de diciembre de 2001 estuvo entre los desesperados, hambrientos y castigados que se levantaron con sus necesidades como motor y sus sueños como bandera. La policía de Entre Ríos lo buscó, lo asesinó y arrojó su cuerpo debajo de una pila de neumáticos, cerca del Walmart: fue un mensaje claro, mafioso y terrorista, hacia todos los que luchaban por un país más justo y contra la entrega.
Para un militante político hay pocas cosas más preciadas que su pertenencia al movimiento, agrupación u organización en y con la que eligió construir sus proyectos de vida, individuales y sobre todo colectivos. De José Daniel Rodríguez casi todas las fotos que se pueden encontrar lo recuerdan con el gorro y/o la pechera de la CCC, luciéndolos con orgullo, alegría y convicción.
La Izquierda Diario, un medio ligado a lo más sectario de la política nacional (el partido trotsquista PTS), publicó hace unos años la lista de “38 asesinados durante la represión” de diciembre de 2001. Esa lista, con motivo de la muerte de De la Rúa, volvió a circular por estos días. Necesaria, como todo aporte a la memoria popular. Llamativamente (¿o no tanto?), mientras de cada uno/a de los/as asesinados/as brinda datos e información en 3, 4, 5 o 6 renglones, de José Daniel Rodríguez sólo dicen: “asesinado en Paraná, Entre Ríos”. Ni de su militancia, su participación política y social, su compromiso con el pueblo, ni del modo aberrante en que su cuerpo apareció días después de su desaparición; tienen nada para decir. Justito con él, con José Daniel. Ya una vez, hace tiempo, un canal de televisión local había “borrado” de la foto de José Daniel Rodríguez la sigla CCC. Como si hubiera que ocultar su militancia política y social para poder recordarlo como un muerto “inocente”. Conozco a José Daniel por los relatos de quienes lo conocieron bien, aunque seguramente lo habré cruzado en algunas de las marchas de aquellos años convulsionados. Sé, por lo que me cuentan, que no hace honor a su memoria, a su historia y a su recuerdo, que quieran borrar su decisión, valiente y comprometida, de ser un militante social y político. Que quieran borrar su lucha por la liberación nacional y popular.
Por eso, cada vez que sobre José Daniel alguien piense que no hay nada más para decir que un “asesinado en Paraná, Entre Ríos”, tendremos que estar nosotros, los que aún sin haberlo conocido lo extrañamos, para hacer justicia. Para hacer memoria. Para custodiar su historia.
Hoy N° 1774 17/07/2019