Delfina (67), de Glew, nos decía: “Fui el año ante pasado, y el año pasado. Me gusta el taller de derechos humanos, porque uno cuenta las cosas que le pasaron, y que no hay protección de nadie. Hoy día hay mucha violación de los derechos humanos. Yo fui violada por mi padre cuando fui chica, fui maltratada hasta que me fui de al lado de él. Incluso una noche que me encontraron y me llevaron a la comisaría, hicieron uso de mí hasta los policías.
“Encontrarse con otras mujeres que pasaron lo mismo ayuda a sacarse ese peso de encima. Por eso voy a hacer mi esfuerzo para ir al Encuentro. En el Centro hablamos un poco de política, de cómo está el país, de porqué marchamos. Hoy marchamos para tener un poco de alivio, porque el sueldo que tenemos es una miseria. La plata se va como agua. Para sobrevivir cartoneo. Entre que vengo y todo, estoy unas 7 horas en la calle”.
La compañera Carmen (62), de Escobar, por su parte, contó: “Yo voy hace tres años. Me gusta porque somos todas mujeres y nos desahogamos de los problemas que tenemos, y por ahí encontramos una solución. Salimos con la cabeza más despejada. Encontrarse con otras personas con distintos problemas, que por ahí uno ni sabe. A mí me gusta ir al taller de la mujer golpeada. Yo por suerte no lo viví nunca, pero me interesa muchísimo saber cómo hay mujeres que no reaccionan. Nosotras nos organizamos, tenemos talleres, de tejido, de costura, vendemos cosas, hacemos bingo, rifas.
“Yo toda mi vida trabajé en negocios, pero no me aportaban, cuando uno es joven no se interesa, y llegué a grande y no tenía nada. Ahora con la moratoria, cobro 200 pesos por lo que me descuentan, pero es algo. Nosotros siempre luchando, siempre salimos a las marchas. Y ya somos como 30 anotadas para ir”.
Por su lado la “Negrita”, como la conocen todos, de Altos de Laferrere, La Matanza, afirmó: “A mí me gusta ir a los encuentros por las grandes luchas que tenemos los jubilados, que no tenemos para comer, que no tenemos médicos, con esta maldita jubilación de amas de casa que no existe. Les están pagando 450 pesos, les descuentan las moratorias. Estamos pasándola muy mal, tanto los mayores como los chicos, no tenemos nada. Vivimos comiendo arroz y fideos. Yo hace 5 encuentros que voy, y me siento satisfecha. Nos organizamos, hacemos rifas, festivales, hacemos pan, torta frita, para vender y juntar la plata para el colectivo, porque el gobierno no nos da nada para ir a esos lugares. Me gustan principalmente los talleres porque es un lugar donde podemos gritar y decir lo que sentimos y lo que nos pasa. A mí me gusta ir al barrial, yo soy mucho de meterme en los barrios, hablar, pedirle a la gente que no vote”.
Y la docente jubilada Hilda, de Berazategui, que va por el Encuentro número 20, cuenta que “Me gusta ir a los encuentros porque es la comunicación entre todas la mujeres. Nos fortalecemos unas a las otras, tenemos un objetivo común, que es desarrollar el potencial de la mujer. Yo voy hace muchos años. Hace tiempo la mujer estaba muy limitada, vos ves ahora la participación que tenemos en las luchas por las reivindicaciones justas. Es el lugar donde nos transmitimos, aprendés y volcás tus experiencias, que sirven para otras compañeras. Yo voy ahora al taller de las mayores, porque soy docente jubilada, antes participaba en los de educación.
“En nuestro lugar estamos luchando porque tenemos infiltración del kirchnerismo dentro del movimiento. Vamos a hacer un preencuentro para tratar de infundir a las compañeras la participación activa, y esto que llevamos adentro las luchadoras de toda la vida, que es la lucha la que nos ayuda a vivir”.
02 de octubre de 2010
