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02 de octubre de 2010

Con esta nota se concluye el análisis particular de algunos de los temas planteados en la primera nota (hoy, N° 1290)

Debates en el movimiento de pueblos originarios

Hoy 1291 / Nudos históricos y actuales (Nota 2 de 2)

1. El salto histórico
Hay sectores que en el análisis histórico saltan de las luchas de Tupac Amaru a la campaña de Roca. Pasan por alto las luchas emancipadoras de los nuevos nativos conformados en esos más de tres siglos y donde la unidad de criollos y aborígenes y sus luchas lograron la independencia tras más de 300 años de dominación. No explican las luchas por la conformación del Estado argentino, las disputas de clases y proyectos y la derrota de los verdaderos patriotas en la conformación de ese nuevo Estado.
Se pasa por alto la formación de la nación argentina y sus características, donde las clases dominantes impusieron su molde cultural pero subyacen aspectos de una cultura oprimida, obrera, campesina, popular y originaria.
Este es un tema clave. No sólo se saltean una parte objetiva de la historia, sino que al hacerlo pasando de la conquista al Estado oligárquico como una continuidad, queda objetivamente como la contradicción blanco-indio. No pueden explicar lo de las dos banderas argentinas, la libertaria de Belgrano y la de Roca y Victorica. No ven la unidad lograda de criollos y aborígenes para derrotar a los colonialistas. Esta unidad, con las características actuales, debemos recrearla hoy para poder triunfar, dirigida por la clase obrera confluyendo con las masas de obreros rurales y campesinos pobres y medios, donde los pueblos originarios son los más pobres de los pobres y tienen una doble opresión, como clase y como nación y pueblo originario.
En este marco, es importante tener en cuenta que hay naciones que no sufrieron la invasión Inca ni pudieron avanzar sobre sus territorios los españoles en el Virreinato, ni en la conformación de la Confederación Argentina, ni las Provincias Unidas del Río de la Plata. Estas debieron realizar acuerdos como provincias y como nación, reconociendo como naciones a los pueblos al sur del Río Salado y en la zona del Gran Chaco. Fue el Estado argentino y las ansias expansionistas de los terratenientes por el aumento de la producción ganadera lo que desató las campañas de exterminio para correr las fronteras al sur con la extensión de las estancias y terratenientes, violando la propia Constitución de 1853 que ellos escribieron y para extender los obrajes tanineros y los ingenios al Nordeste.

2. Tierra y territorio
Este es el debate central que se impulsa en cada encuentro o congreso de originarios o de talleres de ellos como en los Encuentros de Mujeres y es al mismo tiempo parte del debate diario. Contraponen tierra y territorio.
Para distintas variantes indigenistas, territorio se refiere a la zona que históricamente fue ocupada por los ancestros. Reivindican el territorio pero sin denunciar ni deslegitimar los terratenientes que se quedaron con parte de dichas tierras, muchos de los cuales son hoy, herederos de aquellos. No plantean la recuperación de las mismas para cumplir los objetivos que propagandizan. Sería por ejemplo el territorio de la Patagonia de los mapuches, pero manteniendo a los Benetton, a los Menéndez Betty, etc.
Contraponen tierra a territorio. Subestiman a los que luchan por tierra, planteando que ellos lo hacen por algo “superior” como el territorio.
Por eso planteamos no contraponer, luchamos por la tierra como reparación histórica en cantidades aptas y suficientes en las zonas tradicionalmente ocupadas por los pueblos originarios o cercanas, en propiedad individual o colectiva según decidan las comunidades y para el tipo de destino que las mismas crean convenientes, sean estas tareas agrícolas, ganaderas, artesanales u otras y reivindicamos la idea de territorio, pero sin terratenientes. Esto sólo se puede lograr con una reforma agraria y hoy, la lucha por la tierra es el camino de acumulación de fuerzas para la salida revolucionaria que lo posibilite.
Estos sectores limitan la lucha por territorio a conseguir reservas históricas y las tierras fiscales que quedan, sin tocar a los terratenientes. Existen reservas aborígenes y tierras fiscales ocupadas históricamente, comunitarias e individuales, la mayoría sin propiedad de las mismas y tierras fiscales sin adjudicar. Al mismo tiempo en cada provincia existe un puñado de grandes terratenientes beneficiarios del despojo. La Ley 23.302 dispone que si no existen tierras fiscales nacionales, provinciales o municipales, el Estado debe expropiar tierras privadas para resolver el acceso a la misma.

3. Autodeterminación y autonomía
Desde esta base teórica se fundamenta la necesidad de autodeterminación en distinto grado. Desde la productiva, administrativa hasta la autonomía y en algunos casos con la posibilidad y/o necesidad de separación territorial.
Estas reivindicaciones justas de autodeterminación y autonomía de los territorios de las naciones y pueblos originarios, tratadas como lo expresa correctamente nuestro Programa del 11° Congreso, necesitan de una revolución para concretarse y despojar a los terratenientes de ellas. En esta, las naciones y pueblos originarios deben participar activamente en el frente revolucionario con su programa de clase y nación y pueblo oprimido.
Levantar como programa autodeterminación y autonomía sin esta salida y aislar al sector aborigen planteando la contradicción blanco-indio, enfrentándolo con el resto del pueblo con el que deben luchar unidos para la misma, es lo que impulsan por los imperialismos, sus agentes, sus apéndices terratenientes y distintas organizaciones muchas con lenguaje “progresista” para una política separatista de división territorial de nuestro país que los favorezca.
Existen grandes presiones en relación a estos nudos de debate teórico que alumbran las distintas tácticas y estrategias. No debemos ceder a ellas, debemos investigar y estudiar, llenarnos de fundamentos y argumentos, con paciencia y buen estilo, pero con firmeza. De lo contrario tendremos serias dificultades para avanzar y de hecho nos llevan a posiciones contradictorias con nuestro programa.
Todo esto debemos tenerlo en cuenta al analizar el problema agrario, donde los pueblos originarios son los más pobres y oprimidos y punta de lanza de los campesinos pobres, semiproletarios y obreros rurales, que sobrellevan además de la opresión de clase, la de nación y pueblo originario con una brutal discriminación.