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26 de agosto de 2014

Decálogo de la entrega

Los acuerdos con China por el Belgrano Cargas

 En la página web LetraP encontramos algunos datos sobre los convenios firmados con China para la renovación del material ferroviario en el Belgrano Cargas. Podría decirse que es un decálogo de la entrega del patrimonio nacional que colocará al país en una posición de dependencia tecnológica inaceptable en materia ferroviaria con el país asiático.

 En la página web LetraP encontramos algunos datos sobre los convenios firmados con China para la renovación del material ferroviario en el Belgrano Cargas. Podría decirse que es un decálogo de la entrega del patrimonio nacional que colocará al país en una posición de dependencia tecnológica inaceptable en materia ferroviaria con el país asiático.
Los acuerdos son del tipo “llave en mano”, es decir, que no sólo se compra material importado proveniente de China, sino que también se está adquiriendo valor agregado de profesionales extranjeros. De esta manera, el Estado argentino se estará endeudando por trabajo extranjero, mientras que en nuestro país existen más de 30 universidades públicas que forman los profesionales que podrían desarrollar la tecnología apropiada.
Los “convenios de financiamiento” para recuperar el ferrocarril carguero fueron negociados por el ministro de Economía, Axel Kicillof y se aprobaron por medio del decreto 1071. El apartado 1.10 del convenio, que se encuentra en la foja 2054 y lleva como título “Ausencia de garantías”, fija expresamente que: “No existe ni existirá garantía alguna sobre los materiales, las piezas, los activos y los equipos que deban entregarse en virtud del contrato comercial”.
En segundo lugar “los acuerdos y todas las obligaciones extracontractuales derivadas o en virtud de este (acuerdo) estarán regidas por el derecho inglés”. Además la Argentina renuncia “irrevocable e incondicionalmente” a cualquier reclamo por el domicilio o residencia del tribunal y sus sentencias serán “definitivas y vinculantes” para el país.
Lo tercero en importancia es que “el gobierno deberá pagar a los bancos CDB (China Development Bank Corporation) y al ICBC (Industrial and Comercial Bank of China) comisiones “de apertura” y “de compromiso” además de “gastos de transacción” por los prestamos, un monto total superior a los 15 millones de dólares.
El cuarto y último punto polémico tiene que ver con los compromisos que asumió el gobierno para satisfacer las exigencias chinas de mayor seguridad económica. El compromiso es asegurar que cualquier reclamo de los prestamistas (Bancos chinos) es y será obligación irrevocable, no pueden las deudas estar sujetas a ninguna reestructuración y se deberá incluir en los presupuestos y asignaciones de recursos de cada ejercicio económico un monto suficiente para cubrir el pago de capital, intereses, tarifas o cualquier otro monto pagadero en virtud de los acuerdos firmados.
Vale entonces recordar las palabras de Raúl Scalabrini Ortiz defensor del ferrocarril nacional como instrumento de desarrollo independiente: “Aún cuando las empresas inglesas no hubiesen cometido tropelías, ni sobornado presidentes, ni burlado la ley, su función nociva hubiera existido igualmente porque el mal fundamental deriva de la función imperialista del ferrocarril como instrumento de dominación semicolonial”.
Esta es la “revolución ferroviaria” que impulsa el gobierno nacional a través de sus “eficientes” ministros Kicillof y Randazzo.