En el mes de octubre realizamos dos marchas históricas, de aproximadamente 12 mil personas, donde cada escuela lució diversidad de banderas, carteles y muñecos que impregnaban fuerza, alegría y combatividad.
En el mes de octubre realizamos dos marchas históricas, de aproximadamente 12 mil personas, donde cada escuela lució diversidad de banderas, carteles y muñecos que impregnaban fuerza, alegría y combatividad.
Es que el gobierno de Macri presentó un proyecto en la Legislatura para modificar el Estatuto del Docente.Plantea la eliminación de las juntas de clasificación, y la designación de una Oficina Única de Clasificación Docente, es decir, elimina un organismo democrático por una dependencia más del gobierno. Ofrece también el armado de una Junta veedora con participación docente, que elevaría los reclamos personales correspondientes.
El proyecto del macrismo toma relevancia al conocer el papel fundamental que cumplen las juntas a la hora de defender la escuela pública. Para graficar esto, recordamos que Bullrich, a principios del 2010, intentó cerrar grados, y el modo para hacerlo fue retirar cargos de los listados armados por la Junta de Primaria.
Para poder avanzar con este proyecto, el gobierno, a través de Bullrich y su nefasta secretaria de Inclusión Educativa Ana Ravaglia, (funcionaria “aportada” por el sindicato Camyp), se basa en la mentira a través de los medios, y se apoya en la buena elección que tuvo este año. Es claro que intenta dividirnos (llegaron varias cartas a nuestros domicilios, etc.) porque sabe que una parte de la docencia lo votó. Pero en su plataforma electoral no hablaba en ningún momento de la eliminación de las juntas, tampoco hablaba de la evaluación docente atada al salario ni del cargo “Maestro de maestros” (nuevo cargo elegido por fuera del estatuto para generar “tropa propia” en el ámbito docente), ni hablaba del recorte de presupuesto educativo del 20% para el 2012, ni mencionaba la futura eliminación de la Educación Especial, por los gravísimos recortes que está sufriendo.
Una propuesta reaccionaria
Analizando un poco más su discurso, lo primero que hay que decir es que Bullrich, al presentar el tema desde el aporte de tecnología, oculta la esencia reaccionaria de la propuesta, no sólo porque se eliminaría la representación, sino que designó a Alejandro Finocchiaro, un personaje que volvió al Ministerio del que había tenido que irse en el 2009, cuando saltó el escándalo de escuchas ilegales bajo la gestión de Narodowski y el control operacional del espía Ciro James, a quien el actual colaborador de Bullrich habría recomendado en esa dependencia, según investiga la justicia. Finocchiaro estaría a cargo del nuevo sistema de evaluación, designación y ascenso de todos los docentes de la ciudad de aprobarse el proyecto que el oficialismo elevó a la Legislatura.
Siguiendo el análisis de las mentiras, contra argumentamos: Ellos sostienen que las juntas son burocráticas y que su propuesta nos “facilitaría la vida a los docentes” informatizando el sistema. Si bien esa generalización es mentirosa, es cierto que la junta de escuelas medias viene arrastrando una cantidad de dificultades. La principal es que no se realizan titularizaciones hace años porque el gobierno no entrega los listados correspondientes. Los docentes de media vienen peleando para titularizar y está en las manos del Ministerio de Educación resolver este problema. Sin embargo Bullrich toma esto como argumento del “colapso” y la “ineficacia”.
Por otro lado nadie se opondría a acceder a la información por Internet, el problema es quién controla ese sistema, porque ningún sistema se “despersonaliza” como dicen ellos, ya que a las máquinas las manejan los hombres. En ese sentido, cuando esta gestión vino a “resolver” el problema de los atrasos en el cobro aplicando un nuevo programa, los atrasos en el cobro aumentaron. La diferencia es que ahora le echan la culpa “al sistema” o a que “la secretaria de tu escuela no cargó bien los datos”.
Dicen que las juntas son poco transparentes. Deslizan que son elementos de poder por parte de los sindicatos, y que los docentes seríamos víctimas de ellas.
En ese sentido, no defendemos a las personas ni a una lista que haya ganado una elección. Defendemos la esencia de nuestro sistema de clasificación e ingreso a la docencia, que costó años de lucha conquistar, porque es un sistema transparente y objetivo regulado por el Estatuto del Docente, que es nuestro Convenio Colectivo de Trabajo. Sostienen que las juntas están llenas de docentes que no están frente a alumnos y que con el nuevo sistema podrían volver a las aulas.
Sabemos que la falta de docentes sólo se resuelve con más inversión en la escuela pública, con más salario, con equipos psicopedagógicos e interdisciplinarios por escuela, se resuelve becando a los estudiantes de profesorados para que hagan sus residencias y no dejen sus estudios.
Buenas relaciones entre el macrismo y el kirchnerismo
En cuanto al plan de lucha, no sorprende que la conducción Celeste de la UTE lo lleve adelante “en cómodas cuotas”. Una semana paramos, dos semanas de plancha y “reuniones” en Legislatura, otra semana de paro, para volver a hacer plancha y negociar. ¿Qué están negociando? ¿Será que las buenas relaciones de Macri con el kirchnerismo no le permiten ir ni a la esquina?
Así sólo perdemos tiempo frente a un gobierno que hoy por hoy está fortalecido, y plantea “sumarnos” a debatir el proyecto en la Legislatura. Ya hay varias carpetitas con “proyectos alternativos” de los sindicatos más traidores (AMET es uno de ellos), y la Celeste pone el centro del debate en la Legislatura. Mientras tanto, en las escuelas, desde las asambleas y comisiones por distrito, desde los maestros agrupados en Ademys y desde la Agrupación Enriqueta Lucero, no vamos a esperar que este proyecto sea votado o rechazado por los legisladores, por eso venimos haciendo las más diversas acciones: asambleas callejeras, marchas, festivales y jornadas con los padres de nuestros alumnos, e iremos a la Legislatura cada vez que se discuta el proyecto; nuestra meta es imponer el retiro del proyecto de la Legislatura.
Estamos dispuestos a pelearla hasta el final uniéndonos con los trabajadores de la salud y demás sectores afectados por esta política. El macrismo viene por todo y sólo podemos pararlo con nuestra presencia en las calles, presionando a los sindicatos para que sea nuestra voluntad la que determine cómo hacemos para, esta vez, poder ganarla.